Indudablemente que la cinta bebe en algunos aspectos de la madre del subgénero zombi como es “Night of the Living Dead” de George A. Romero (los muertos vivientes que son “despertados”, la voracidad de carne de los zombis, el contagio al morder, la fuerza descomunal que poseen, el hecho de que no son detenidos ni siquiera con disparos) pero aporta también su cuota de originalidad y la misma es gratificante también (la radiación surgida de una máquina financiada por el Ministerio de Agricultura que afecta a insectos con sistemas nerviosos simples, los bebés también son alcanzados por la onda expansiva, y un mensaje pro ecologismo tácito)
Es una coproducción ítalo-española rodada en Inglaterra que posee una historia atrapante. Plantea una situación donde se descontrolan las misteriosas situaciones que se suscitan en un pequeño pueblo dando lugar a todo lo detallado anteriormente.
Pero el filme también tiene otros atractivos tales como: el inusual y violento comportamiento del detective a cargo de la investigación, los sugerentes e inquietantes escenarios agrestes y aislados donde se desata el embrollo sobrenatural, el nivel de truculencia sanguinaria y morbosidad que hay en las alternativas narradas , algún que otro desnudo para darle más polémica y atrevimiento al producto, curtidos pero dignos efectos especiales y maquillaje (para dar vida a todo lo visceral) dado el hecho de que se trata de una cinta austera y sin tantos recursos económicos.
En fin, sin llegar a la calidad de obra maestra (el abrupto desenlace tampoco colabora mucho) es una intensa y dinámica cinta que propone angustia y tensión con todas las características del subgénero zombi, pero con algunas variantes originales.