En cuanto vi a uno de los personajes principales con un corte de pelo tan característico, no pude tomarme la película en serio. Parecía Joaquín Reyes en una de sus imitaciones chanantes.
Luego se suceden, una tras otra, una serie de escenas que resultan cómicas por accidente o que son tan cliché que hacen gracia, como el típico accidente fatal que no es nada fatal.
Hay un momento de la película en que, sin previo aviso, te cambian radicalmente el tono de presentación de un personaje.... saltando a la vista el cambio.
La película toca dos temas de forma políticamente correcta: el feminismo y el tema de los refugiados. No obstante, el humor involuntario da al traste con todo intento de querer tomarse el filme de forma no cómica.
En resumen, la película es entretenida y se deja ver. Un neófito del mundo de los superhéroes como yo la pudo disfrutar sin problema alguno... pero disfrutándola como la película de un género que no esperaba. Está repleta de guiños a la cultura pop de los 90, lo que es un jugoso añadido nostálgico para los que nacimos en esa década.
Es una buena película para echar una tarde, pero si se ve con las expectativas de ver una película de acción con mucho drama uno se puede llevar un chasco importante.