No soy objetivo a la hora de hablar de esta serie. Tampoco lo sería con "Historias para no dormir". Entiendo que, a lo largo de las temporadas y con tantos equipos creativos, su calidad es irregular y hay altibajos. Pero el atractivo y capacidad de síntesis que suelen exhibir esta atinada mezcla de humor negro y terror se antoja irresistible. Desde su opening tan noventero, pasando por esas introducciones calavéricas, los amantes del género están destinados a perdonarle a "Historias de la cripta" todos sus pecados.

Políticamente incorrecta al máximo, la puesta en escena llevaba a argumentos nada moralizantes y con pocos finales asombrosos. Además hubo un acierto de casting bestial en la gran mayoría de las ocasiones. Una joven Demi Moore ya demostraba que iba a ser bastante más que una cara bonita en la segunda temporada del show, dentro de una delirante trama de adivinaciones que, como el oráculo de Delfos, podían dar lugar a profecías traicioneras para sus clientes.

Asimismo se dio cabida a actores y actrices de primer calibre cuando ya tenían galones de veteranos. Pienso en la genial Audra Lindley en la piel de una anciana amante de los animales que se verá obligada a sumergirse en una pesadilla cuando la jubilación forzada lleve a su marido a desarrollar inquietantes aficiones. Es un capítulo que en otra vida habría podido rodar Narciso Ibáñez Serrador.

Ferias de monstruosidades, tiendas con diabólicas gangas, cazadoras de fortunas y mafiosos se daban cita en un cóctel explosivo. Obviamente que era serie B, añadiendo que, cuando está bien hecha, se pueden encontrar tremendos hallazgos y grandes ideas.

Honra y recupera del baúl de los recuerdos a los míticos cómics que la precedieron. Sencillamente, una serie de culto.