Estrenando nuevo director y con el mejor presupuesto posible, así como todos los efectos especiales que quepan en la imaginación de cualquier seguidor Marvel, "Iron Man 3" fue uno de los grandes estrenos de 2013. La llegada de una de las Némesis del Hombre de Lata, El Mandarín, interpretado por sir Ben Kingsley, anunciaba a un broche de oro para la franquicia, así como el precedente de "Los Vengadores", elevaba las expectativas.

Repitiendo el siempre inspirado Robert Downey Junior y Gwyneth Paltrow (una de esas actrices que tiene clase hasta andando), así como otros secundarios de la talla de Guy Pearce, entre otros, con un simpático arranque, la primera media hora del film, avanza con ligereza, mientras esperamos la llegada del momento que nos enganche definitiva a las desventuras del Vengador.

Por desgracia, varios giros de guión inesperados, llevan la película a una trivialización y falta de lógica (no puedo sino comulgar con las críticas previas de otros usuarios ante algunas de las incongruencias de las armaduras del protagonista y su acceso), en un estruendo y entretenido fuego de artificio, pero que deja muy poca novedad sobre Tony Stark, cada vez más invulnerable a cualquier desgracia y ante quien es imposible pensar que le vaya a ocurrir algo malo.

En este caso, creo que el titán de hierro tiene los pies de barro, una vez se analiza un poco el film...