Cuenta la leyenda que esa fue la legendaria carta con la que los hermanos Marx contestaron a las acusaciones de la Warner Bros de haber usado de manera ilícita el nombre de Casablanca para dar título a su nueva comedia, aprovechándose de la exitosa obra maestra protagonizada por Bogart y Bergman. Con el desparpajo y anarquía que les caracterizaba, los geniales artistas amenazaron con hacer lo propio con la compañía, ya que usaban el término "hermanos", cuando ellos ya lo habían empleado con anterioridad.

"Una noche en Casablanca" es una comedia loca y con un tono de parodia, no es mejor que otras piezas más elaboradas de su filmografía, pero goza de un excelente tono y unos diálogos en perenne estado de gracia. "Esta comida me parece tan venenosa como la de cualquier hotel" será la inmortal frase de Groucho ante las insinuaciones de que necesita un catador para evitar atentados.

Introduciéndose conceptos tan descarados como los "camello taxis", esta Casablanca es mucho menos entrañable y evocadora que su predecesora, pero los fans de la familia terrible la van a disfrutar en sobremanera.

Recomendable para echar un muy buen rato.