Este Batman de Bruce Timm rezuma fuerza y oscuridad, igual que la serie de animación de la que parte, esta película sin aparentes aspiraciones, es un magnífico ejercicio que demuestra que la animación puede abarcar a muy diferentes clases de público, estando a la altura con las expectativas de todos.

Como excelentemente refleja alguna de las críticas presentadas previamente en esta misma página, estamos ante un prólogo, el testigo que brillantemente recogerá Nolan que permitirá devolver Gotham a la gran pantalla con una mayor realidad y respetando la esencia de la creación de Bob Kane.

Especialmente breve, su ritmo narrativo es muy bueno, limitándose a contar las vivencias de unos pocos personajes, yendo directamente al grano y mostrando un interesante giro de tuerca para tratar de hacer caer a Bruce en el abismo al que, como sensatamente Alfred le advierte, siempre se asoma cada noche que sale...

La trama amorosa que casi parece imperativa en este tipo de producciones no estorba en lo más mínimo y está llevando con sapiencia artesana (de hecho, más quisieran algunos de los culebrones de hoy en día), ajustando el tempo y el dramatismo en todo momento en lo adecuado.

Destaca también un gran doblaje, especialmente Mark Hamill como un enloquecido pero brillante Joker que no duda en afirmar que uno debe ir armado para prevenirse contra todos los lunáticos que andan por las calles de su ciudad.