25 de octubre de 2009
21 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ágora me ha sorprendido muy gratamente porque me guiaba por las críticas negativas de algunos medios y por las leidas aquí y no me esperaba gran cosa. Sinceramente no lo entiendo. Pero bueno, para gustos los colores.
Impecablemente ambientada en todos sus detalles, su escenografía y fotografía es de una belleza que conmueve. La atmósfera de Alejandría es realmente evocadora.
La historia es fascinante e insólita en las películas históricas hasta el momento; nos muestra una versión completamente inédita del cristianismo inmediatamente después de haber pasado a ser el culto dominante. Amenábar se ha documentado y bien, ya que históricamente, por mucho que los sectores cristianos se lleven las manos a la cabeza, se pueden confirmar los hechos. Lógico que nos hayan ocultado esta parte de la historia durante la cual la cristiandad, que ya no era un grupo perseguido sino mayoritario, se desvinculó deshonrosamente de todo aquello que predicaba (germen de su gran calado y éxito), cultivando la intolerancia, el fanatismo, la ignorancia y la violencia.
Raquel Weisz impresiona, está fantástica en su papel de Hipatia, la para muchos (entre los que me incluyo), desconocida filósofa que en Ágora representa el pensamiento científico y la tolerancia derrotados por el fanatismo. Su dedicación a la ciencia demuestra un apasionante amor por el conocimiento que es contagioso, y que rememora perfectamente el ambiente filosófico del mundo antiguo. Del resto del reparto, destacar la contenida intensidad de Max Minghella.
Ágora es preciosa, interesante, inteligente, sensible, apasionada, su escenografía es increíble...Felicidades Amenábar, eres uno de los grandes.
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