La vida de Carla (Barbara Hershey) parece tranquila, tiene un buen trabajo del que espera un breve ascenso y vive dignamente en una casa junto a sus tres hijos. Pero una noche algo la ataca y viola, pero para su sorpresa en la casa sólo se encuentran ella y sus hijos. A partir de entonces los ataques serán constantes, pero el psiquiatra que la trata (Ron Silver) cree que todo es cosa de su mente.

El ente es el contrapunto (no para todos los públicos) de la popular Poltergeist y es seguramente uno de los trabajos más decentes de su director, Sidney J. Furie. Sus primeros planos y la planificación de las escenas en las que "aparece" el ente del título son lo suficientemente estimulantes, a pesar de que se eche en falta algún que otro sobresalto. Puede que sea porque el guión funciona mejor como crítica no sólo hacía el gremio de psiquiatría sino también a la misoginia (véase la escena en la que varios psicólogos debaten la causa de los problemas de la protagonista y la acusan de reprimida).

A destacar el trabajo de Barbara Hershey, quién no sólo es capaz de aguantar con solvencia los primeros planos, sino su capacidad para afrontar las complicadas y comprometedoras escenas referentes a los ataques y violaciones que sufre su personaje, y aunque el resto del reparto no lleguen a su altura cumplen su cometido dignamente. La película deja la sensación de que se podría haber aprovechado mejor la temática (así como también se podrían mejorar algunos efectos especiales), aunque se agradece que no caiga en el esperpento.