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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
7
Drama A principios del XIX, durante las guerras napoleónicas, un teniente de húsares del ejército francés, el aristócrata Armand D'Hubert (Keith Carradine), recibe la orden de arrestar al teniente Feraud (Harvey Keitel) por haber participado en un duelo. Feraud, encolerizado, desafíará una y otra vez a D'Hubert durante quince años. (FILMAFFINITY)
27 de enero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Brillante ópera prima del que sería (y sigue siendo) uno de los directores más celebrados que ha dado el cine, independientemente del género. Ridley Scott se estrenó con una historia que por sí misma ya denota interés: la de dos hombres de honor, franceses de servicio en el ejército de húsares de Napoleón, que se enfrentan a duelo durante varios años. Feraud (Harvey Keitel) reta una y otra vez a D’Hubert (Keith Carradine) por una afrenta promovida por el cumplimiento de una orden, la que recibe este último para apresar a Feraud por atreverse a batirse en duelo cuando lo tenía totalmente prohibido.

El incansable y orgulloso Feraud persiste en batirse con D’Hubert a pesar de que los años pasan y sus vidas cambian. Scott cuenta la historia con un fuerte sentido de la temporalidad, haciendo evolucionar a los protagonistas y su entorno. Aunque el ritmo sea algo lento, lo compensa con la variedad de situaciones y de duelos, cada uno en un sitio distinto, con condiciones distintas y resultados también distintos. El filme se enriquece del talento de Scott como decorador, logrando una ambientación bastante conseguida y evocadora, con algunas escenas de un diseño de producción absolutamente magistral, tanto en escenarios como en vestuario.

Aparte del aspecto visual, muy rico y variado en los primeros años de su filmografía, Scott consigue desarrollar un relato de gran interés, tanto en ejecución como en diálogos, metiendo al espectador en la narración y asombrándolo con su cuidado formato y el elaborado perfil de los personajes. Feraud, violento, orgulloso y aficionado a las apuestas, en contraposición con D’Hubert, honesto y respetable, unidos de alguna manera por un destino que, más tarde que temprano, finalizará en un último duelo épico y con un desenlace que no puede ser más acertado.

En cuanto a interpretaciones, Keith Carradine y Harvey Keitel realizan unos trabajos excepcionales, especialmente este último. Nos ofrece un Feraud realista, con sus propios gestos, su mirada torva y su eterno ceño fruncido.

“Los duelistas” no sólo es uno de los mejores debuts de un director novel, sino que también es una de las mejores películas del que, tan sólo dos años después, revolucionaría el cine de ciencia-ficción con “Alien, el octavo pasajero” (1979) y cinco años después con “Blade Runner” (1982).
Richy
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