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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
4
Ciencia ficción. Fantástico. Aventuras. Acción Katana es el dictador del planeta Zeist del que procede Connor Mcleod. Este último tiene setenta y cinco años, y espera en la tierra que le llegue su hora calmadamente tras una larga e intensa vida. Pero los problemas vuelven a surgir en su vida cuando el autoritario Katana quiere acabar con él. Para poder hacerle frente, recurre a un extraño conjuro que le convierte en un joven de treinta años y que consigue hacer volver a Ramírez, su amigo. (FILMAFFINITY) [+]
19 de agosto de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Parece increíble que, después de que en 1986 el irregular Russell Mulcahy firmara su obra más influyente y notoria, el mismo director cayera en el despropósito más absoluto en esta “secuela”. Y entrecomillo “secuela” porque “Los inmortales 2: el desafío” parece ser una película totalmente distinta a su predecesora, tan distinta, que Mulcahy transforma totalmente el concepto inicial de los inmortales como caballeros honorables, con la maldición de vivir por siempre y sufrir la muerte de sus seres queridos, y los relega a meros extraterrestres, habitantes de un tal planeta Zeist, que viajan a la Tierra a su antojo para transformarla en su escenario de combate.

Además, el personaje de Connor Mcleod (Christopher Lambert, más inexpresivo que nunca) se separa de forma absurda del Connor Mcleod del filme de 1986: no tiene nada que ver el uno con el otro, ni en objetivos, ni en ideales, ni en nada de nada. Con la tonta excusa de ser el impulsor de la creación de un escudo protector contra los rayos ultravioleta del Sol (algo que no afecta para nada en el desarrollo ni de la historia ni del personaje), Mcleod sólo se pasea de aquí para allá para enfrentarse al malvado Katana (Michael Ironside, muy sobreactuado), el dictador de su planeta, que viaja a la Tierra para provocar el caos. Pero además, contará nuevamente con la inestimable ayuda de su viejo mentor (Sean Connery), que recordemos, ¡murió en la primera película! ¿Explicaciones del por qué está vivo? ¡Ninguna! (si obviamos el hecho de que se dice que la misma “magia” que rejuvenece a Mcleod hace resucitar a Ramírez… el conjuro se llama “cogido-por-los-pelos”).

Por si fuera poco, los efectos especiales escasean y los pocos que hay son de traca, algo imperdonable en una película de 1991. Realmente, es inexplicable cómo es posible que Mulcahy haya destrozado su propia obra de manera tan absurda, estúpida y descabellada como lo ha hecho con esta cinta, cuyo principal (y quizás único) aliciente es ver los caretos de loco que pone Ironside.

Un verdadero despropósito.
Richy
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