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España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
6
Ciencia ficción. Fantástico. Intriga. Drama En 1975, el leñador Travies Walton (D.B. Sweeney) y sus compañeros vieron un OVNI suspendido en el aire. Todos, menos Walton, lograron huir. Mientras tanto, un investigador (Garner) sospecha que la increíble historia puede ser la tapadera de un asesinato. (FILMAFFINITY)
13 de agosto de 2012
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El 5 de noviembre de 1975, Travis Walton tuvo una traumática experiencia. Iba con sus compañeros de regreso a casa después de su jornada laboral en los bosques de Arizona cuando vieron una extraña luminosidad. Creyendo que el bosque estaba ardiendo, fueron a investigar y descubrieron un extraño platillo volante inmóvil en el aire. Walton se acercó desoyendo las advertencias de sus compañeros cuando, de repente, se cayó al suelo inconsciente. Asustados, se marcharon de allí abandonando a Walton, pero cuando reunieron fuerzas para volver a por él ya había desaparecido. Aparecería cinco días después, contando una historia increíble…

El caso de Travis Walton es un referente de la ufología, y más concretamente del capítulo de abducciones, al igual que lo fue el caso de Barney y Betty Hill. Lieberman nos narra la inquietante experiencia de un joven al que dieron por muerto durante cinco días y que luego, bajo hipnosis, recordó cómo unos seres extraños lo observaban, lo estudiaban y le hacían desagradables pruebas médicas. Es difícil discernir entre fraude y realidad, sobre todo hablando de algo tan cogido por los pelos como es la ufología, donde nunca existen pruebas definitivas sobre nada y es la propia víctima la única que está convencida de su verdad.

Lieberman refleja muy bien esa dicotomía entre lo real y lo imaginario, haciendo que el propio espectador saque sus propias conclusiones. Si bien se basó en el libro escrito por el propio Walton, se tomó alguna que otra libertad artística con respecto a la apariencia de los alienígenas y la forma brusca y desagradable de tratar a Travis. Sin embargo, logra que el relato se desarrolle en una tensión constante, explotando en el momento en que Travis recuerda todo lo que le hicieron en una especie de clímax realmente inquietante.

En las interpretaciones es de destacar el papel de Robert Patrick, el inolvidable “T-1000” de “Terminator 2” (1991), estrenada apenas dos años antes, por lo que el actor estaba en un estado de gracia en esos momentos. Una lástima que su versatilidad no haya sido aprovechada posteriormente y haya optado por elegir papeles en películas poco notables.

Recomendable.
Richy
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