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Amor bajo el espino blanco

Drama. Romance Jing es una colegiala ingenua de la ciudad que debe trasladarse a un remoto pueblo en las montañas para su “reeducación” durante la Revolución Cultural. Su padre ha sido encarcelado por “derechista” y su madre lucha para alimentar a sus tres hijos. Jing sabe que tanto su futuro como el bienestar de su familia dependen de su buen comportamiento en opinión de las autoridades. Pero su prudente y tranquila existencia se ve trastocada cuando ... [+]
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Críticas 59
Críticas ordenadas por utilidad
5 de septiembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque el inicio del metraje no sea lo mejor de su filmografía ( también es cierto que el cine de Yimou no es una excelencia narrativamente hablando), todo a seguir supone una de esas oportunidades de saborear el amor, la pureza, la sensibilidad, la elegía,...entrelazados fotograma a fotograma con unas vetas de guión de exquisita brillantez, todo siempre horneado y ordenado por la inocencia y la humanidad. Genial en muchas formas, Zhang Yimou resulta siempre un bocado de gusto apetecible. Para tener en cuenta en la memoria de cualquier espectador a la busca de un lugar donde alimentar el sentimiento.
Sotelino
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22 de diciembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este sencillo y bello film, el cineasta chino se adentra en el terreno del relato costumbrista, además de una hermosa digresión bajo el marco de una tierna historia de amor juvenil, pues propone de manera solapada una sutil pero dura visión de la China de Mao, una dictadura comunista que apenas ha evolucionado en el terreno de las libertades. Zhang Yimou que tras sus primeros éxitos internacionales, fue el encargado por el gobierno chino de dirigir la ceremonia olímpica de inauguración de 2008 en Pekin, granjeándose la triste fama de “cineasta oficial del régimen comunista”. En política todo es opinable y depende cómo se valore la postura de quien siendo conocedor de los defectos del régimen político bajo el que vive – y en este film demuestra conocer a la perfección su país –, en vez de emprender el camino del exilio, decide quedarse y trabajar “desde dentro”; a veces el valiente no es el que se va, sino el que se queda.

“Amor bajo el espino blanco” es una ferviente demostración de que no es ni complaciente, ni sumisa, ni acatadora del orden establecido. A través de una sencilla trama argumental, el cineasta es capaz de extraer un caudal de sugerencias. Una pudorosa historia de amor entre la jovencísima Jing y Sun, un poco mayor que ella, en la China maoísta de principio de los setenta. Zhang Yimou se sirve de esta romántica historia para criticar la China contemporánea pero lo hace con sutileza y discreción, aunque pueda pasar desapercibida a los adeptos a los grandes discursos. Resultando muy interesante el magistral contraste entre esa historia de amor tierno y la dureza del retrato de esa sociedad, sobre todo la espléndida combinación de delicada poesía que despliega Zimou para narrar lo primero y sin desentonar con lo segundo. Una apuesta arriesgada por su dificultad, encajando esos dos extremos con armonía.

Es una de esas películas que se atreve a hablar en voz alta de algo tan difícil de mostrar como los sentimientos. La relación de los dos jóvenes no puede tener más dificultades, ella es hija de un disidente político en prisión, una adolescente que se ve sometida a ser óptima en los estudios y el trabajo para conseguir un puesto como profesora que garantice la subsistencia de su madre y hermanos y que no puede cometer el error de enamorase de Sun, un joven ingeniero, todo respeto hacia ella, pero que la joven tiene miedo al embarazo indeseado, como le ocurrió a una amiga, dejando claro la mala educación sexual de la sociedad china. El carácter clandestino de su romance.

Llama poderosamente la atención la habilidad del cineasta en la progresión sentimental de la pareja, el juego amoroso por la expresión de sus manos en esos primeros planos, las lágrimas al tener que separarse, la atención que se prestan recíprocamente. Y cómo no, la simbología de ese árbol espino blanco, el árbol de los héroes chinos en que sus flores blancas se van convirtiendo en rojas por la sangre de los caídos. Ese árbol viene a erigirse en icono que expresa la dualidad sentimental para los jóvenes que se conocieron bajo ese árbol, una preciosa película.
Antonio Morales
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28 de febrero de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película supone - como otras de Yimou- un viaje a las emociones y al mismo tiempo un viaje a su país, a sus raíces, costumbres y como no, a su sistema político y como éste influyó en la mentalidad y comportamiento de los chinos. Es admirable como este director plasma su sociedad y lo remueve - que no lo agita- con los sentimientos humanos más universales.
Para mi la gran fuerza de la película radica en la juventud de Jing y por tanto en su inexperiencia y cómo debe afrontar una delicada situación. El dolor de casi una niña nos hace recordar nuestra adolescencia y la indefension ante lo que queríamos y lo que nos prohibían...muy ampliado y agravado en la sociedad china de la época.
La película está adornada con un simbolismo primoroso y con una fotografía fantástica, viéndose con deleite pues es pausada, tranquila y al mismo tiempo lleva un ritmo bien marcado y en mi opinión muy adecuado a la narración.
Una delicia.
Juan Solo
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26 de febrero de 2018
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una escritora de origen chino, radicada en los Estados Unidos de Norteamérica y quien, prefiriendo el anonimato utiliza el seudónimo Ai Mi (o Aimi), tuvo acceso al diario de una muchacha, el cual convirtió en una romántica novela… y tras publicarla en un blog como “Hawthorn Tree Forever”, consiguió luego que se imprimiera en 15 países, se vendiera más de un millón de copias, y además, interesara al director chino, Zhang Yimou, para llevarla al cine con resultados más que satisfactorios.

La primera asociación que se nos viene a la memoria con esta trágica historia, es con “Romeo y Julieta” de William Shakespeare, pues, vuelven aquí a imponerse las diferencias de clase, los obstáculos de toda suerte que se oponen a que pueda brillar una relación que nace limpia y sincera… y la tragedia que corrobora lo obtusa que es la sociedad que padecemos, porque los prejuicios están allí, pero también abundan acá y más allá. Hacen de los rezagos culturales.

Después, “AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO”, puede asociarse con la exitosa, pero bastante plana, “Love Story”, que dirigiera Arthur Hiller (aunque aquí es la joven la que está enferma) … y aún con “Dying Young”, en la que una atractiva muchacha (Julia Roberts) se emplea para cuidar a un chico de clase alta que padece leucemia.

El común denominador de las abundantes películas que ha inspirado la gran obra del bardo inglés, ha sido la sensiblería, la lágrima fácil… puro afán de hacer dinero tocando el corazón de los espectadores con escenas melodramáticas. ¿Qué tiene, entonces, “AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO”, que pueda hacerla distinta y superior a muchas de ellas?

En primer lugar, la caracterización que logran Zhou Dongyu como Jing Qiu y Shawn Dou como Sun Jianxin, es de una autenticidad absoluta, además de que, ambos, desbordan un carisma resplandeciente y arrobador; y el comportamiento de ambos, la suerte de detalles que cada uno asume para demostrar al otro lo que guarda en el corazón, es de la más alta sensibilidad y trasciende la simple anécdota para convertirse en una permanente metáfora de la acción que expresa muchísimo más que las palabras más dulces.

Para Yimou, la situación política es apenas anécdotica, mostrando cómo durante la Revolución Cultural la discriminación ya no la siente el proletariado sino quienes antes detentaban el poder, y en su adaptación muy personal de la novela, lo que pesa es mostrar como la norma y la cultura imperante, en su pretensión de definir lo que es “correcto para todos”, al asumirse de manera rigurosa termina obstaculizando y/o resquebrajando relaciones que el universo bendice. ¡Son hartas las cosas que se condenan en la tierra, mientras que, en el cielo, las glorifican!... y esta es una de las comunes razones para que haya tanta amargura en este maltratado mundo.
Mejor conocido por sus geniales películas del género Wuxia (“Héroe”, “La Casa de las Dagas Voladoras”, “La Maldición de la Flor Dorada” …), Zhang Yimou también ha demostrado que, su sensibilidad alcanza los más altos niveles cuando se ocupa del presente y extrae del pueblo personajes de enormes carencias, pero, de una gran riqueza interior. Títulos como “Qiu Ju”, “¡Vivir!”, “Ni uno menos” o el que ahora nos ocupa, dan fe de su sensibilidad a borbotones.

“AMOR BAJO EL ESPINO BLANCO”, es cine romántico por excelencia.
Luis Guillermo Cardona
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22 de agosto de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hacía tiempo que una película no me lo hacía pasar tan bien y tan mal, me ha tocado hondo.

La sensibilidad y la pureza que transmite esta obra son dignas de mil elogios. Muy recomendable para románticos, no tanto para escépticos.
La belleza visual, la fotografía, la localización, el contexto, la BSO, todo rezuma vida bajo el espino blanco.

Me sorprende mucho ver que una película de este calibre no tenga apenas reconocimiento. En FA tiene buena nota (7.3) aunque con apenas 5.000 votos. El 7.1 de IMDB es insultante.

Os la recomiendo a todos, cualquier voto positivo a esta obra es hacer el bien.
Selasor
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