El triunfo de la voluntad

Como considero que nadie se hace nazi ni por leer libros ni por ver buen cine (en todo caso, por lo contrario), independientemente de lo que uno llegue a leer, ver u oír en esa práctica, recomiendo vivamente este clásico del Tercer Reich, donde Leni Riefenstahl, con una concepción excepcional de la composición visual y del montaje cinematográfico, consigue hacer poesía con algo tan siniestro como el partido nacionalsocialista. El documental sobre el congreso celebrado por los nazis en Núremberg durante seis días de 1935 resume en menos de dos horas todo el despliegue de simbología y arrogancia que realizó este partido y consigue dar la ilusión de que se albergaba una concepción heroica de la vida donde ahora sabemos que no había más que bravuconadas, vacías de todo menos de violencia. Baste decir que, según las crónicas, los aliados estudiaron en su época este documental y les pareció demasiado bueno como para intentar ridiculizarlo (como se podía hacer fácilmente con las obras de ficción del Tercer Reich, tan zafias y pobretonas que hasta el propio Goebbels suspiraba en sus diarios de envidia hacia la manera de hacer de Hollywood). No es que Riefensthal no fuera nazi, pero era una nazi que sí sabía lo que era el cine. Pasea con total agudeza su cámara por los rostros de las diversas gentes que asistieron al congreso y muestra las escenas de diversión y de camaradería que rodean los actos oficiales. Realiza certeros ensamblajes entre los planos de Hitler y los de las gentes que le miran con atención o veneración, logrando la misma síntesis ideológica que preconizaban los cineastas marxistas. Casi todos los principales líderes del momento del partido nazi pasan por delante de la cámara dando sus discursos. Se habla de paz y de no por ello dejar de mostrarse valientes; se habla de la humillación sufrida por Alemania en la primera guerra; y se desmiente que se vayan a disolver las SA. Pero da la impresión de que en los nazis lo principal no se transmite en las palabras, sino en la simbología y en las actitudes, y así lo entiende Riefenstahl, que, junto con su estupendo fotógrafo, se las arregla para dar una dimensión mítica a las cuidadas formaciones de las milicias hitlerianas, a sus hileras de estandartes y a sus grandes banderas, evitando perderse en el esteticismo.

Es inevitable y a estas alturas tópico darle vueltas a la noria de si Helena Bertha Amalie "Leni" Riefenstahl (1902-2003) fue más o menos simpatizante del régimen nazi. Es cierto que trabajó por encargo del mismísimo Hitler y que el desarrollo de su trabajo se benefició del poder del partido para obtener todos los medios necesarios para realizarlo tan brillantemente como lo hizo.
El partido se dio cuenta del inmenso poder del cine para llegar a las masas y su utilización como propaganda efectiva siempre y cuando los films, en este caso documentales, estuvieran bien hechos. La bailarina, actriz y deportista "Leni" ya había demostrado en el 32 con la obra de ficción "La luz azul", premiada en Venecia, que esto del cine podía ser lo suyo. Al Führer le gustó la cinta (y la autora) y le encargó la llamada trilogía de Nüremberg (este es el segundo documental) poniendo incluso la misma ciudad a su disposición para que rodará la exaltación de su imperio de mil años.
Y "Leni" se puso a ello con disciplina prusiana, arte austriaco y tenacidad germana en general para dejar este y otros documentos históricos impagables, ejemplo de objetivos cumplidos para los que fueron realizados y una mirada autoral, derroche técnico y excelso montaje que se tradujo en dos horas (un 3% de lo rodado) que sentarían cátedra en el devenir del género.
Otra cosa es, a toro pasado por supuesto, que a uno se le ponen los pelos de punta viendo como la larva va engordando en su capullo adornado de oropeles y esperanzas de un futuro grandioso para acabar metamorfoseandose en un monstruo que devoró a sus propios hijos y a todo lo que le rodeaba.
Como anécdota, (una de ellas) es ver a un Hitler alabar a su cuerpo paramilitar de asalto, las SA, cuando tan solo dos meses antes en la famosa "noche de los cuchillos largos", los había purgado, arrestado y asesinado (entre ellos a su líder Ernst Röhm) dejando a las SA supeditadas a las tristemente famosas SS. El film no obstante se estrenó un año después.
Riefenshtal siguió brillando, olimpiadas del 36 incluidas, hasta el apocalíptico final del Reich del que salió tocada pero no hundida para el resto de su muy longeva vida.

Técnicamente impresionante. La autora no desaprovechó todos los medios económicos que el partido le "cedió" para este gran documental. Cuando ves las imágenes, no te crees que exista algo tan bien realizado en los años 30.

El documental nos cuenta la celebración de la semana del partido, en Nuremberg en 1934 ( ¿en honor a este documental se celebraron los famosos juicios a los líderes nacionalsocialistas en Nuremberg? qué guapos están todos gritando "arriba Hitler" en los estrados de los escenarios que Leni nos muestra! Apetece estrangularles).

Puedes ver en él desfiles y más desfiles, niños, adultos; trabajadores, soldados,... desfilando y alguna mujer en las ventanas u ofreciendo los frutos del campo con el traje regional al Führer. Puedes escuchar cómo Hitler alienta a los trabajadores para que dejen su piel en las carreteras, bosques... argumentando que el partido lo son todos, que el nacionalsocialismo no admite diferencias sociales blablabla...

Añado una nota al Führer: “se te olvidó incluir en el guión de tu documental a las mujeres que cosieron todos esos miles (quizás millones) de uniformes y banderas que nos muestras, a las que animaban (o quizás lloraban) a sus hijos a ir a esos maravillosos campamentos de tus juventudes... Seguramente obviaste, en el año 1935 y en años sucesivos, informarles de muchas cosas más. Eso sí, tuviste que estar muy contento cuando veías a tantas personas creyéndote, confiando en tus palabras, ...”

Vedlo, aunque sólo sea un ratito. Es muy largo y monotemático: desfiles, mentiras, desfiles... y poco más.

Es un documento histórico importante de análisis en ciertos campos, una grabación mediocre en contexto y colosal en forma (imperial), como cualquier propaganda que se precie en un partido de estas características, promesas y exaltaciones de la identidad colectiva rodean cada escena. Como en muchas reseñas anteriores que he podido leer, Alejandro Magno si tuviera una camara lo hubiese hecho igual. El esquema de rodaje lo conforman desfiles o marchas de poder, funerales de miembros importantes del partido, juventudes nacionalsocialistas y discursos sobre la patria que realzan un populismo adictivo, destructivo, engañoso para la guerra y utópico mitológico. Hitler si fuera actor, que lo es en su discurso, sería ese protagonista que aparece cuando todos los demás han sobrecargado la escena para brillar ante un público ignorante, es decir, la masa y su partido decoran el protagonismo del dictador.

El punto importante del rodaje es la escena histórica rodada que sirve de fuente para análisis actuales sociológicos, políticos, etc..: las imágenes de las ciudades, la forma de vestir, gesticular, personas, miembros del partido, iconografía, política, peinados, etc.. Digo peinados con cierto humor, porque es curioso que el rapado por los lados con la rata en medio que se lleva ahora en adolescentes y algún moderno salga en las juventudes hitlerianas del rodaje de la cinta, curioso.

Por otra parte destacó que su esquema propagandístico refiere en pasado, presente y futuro del partido, es decir, los miembros que se mueren (el pasado), los miembros que están desfilando (presente), las juventudes Hitlerianas (futuro). En general se quiere transmitir un concepto de herencia, voluntad y perpetuidad que con una buena decoración pseudo romana le va bien.

En general es una cinta que hay que analizar con objetividad en ciertos ámbitos, sin dejar de lado el horror y la estupidez que supuso.

Artista del Maizal

Habrá que decir que es una obra maestra del género documental, o del cine en general, o bien, apuntar que está sobrevalorada, las opiniones son libres. Pero hablar de lo que fueron en realidad el tema de que trata y su protagonista: no, que ésto es una web de cine, aquí no se habla de política. Pero yo digo que Leni Riefenstahl era una gran y poco escrupulosa directora, y que los nazis eran unas malas bestias, Hitler uno de los más funestos personajes de la historia, que muchos alemanes sufrieron de locura colectiva al apoyarlos, y podría, de tener espacio, contar la vida de Hitler y la historia de su partido para demostrarlo. Y otra gente puede contradecirme, si quiere, faltaría más.