Almas desnudas

Qué lamentable que en una actuación, ya sea teatral o cinematográfica, sea más intensa y verosímil la de la ventana en el embarcadero que la del resto de actores. El film tiene serios problemas de interpretación dramática. Los personajes carecen de intensidad e inclusive de función: el hijo pareciera estar de agregado, no desempeñando ningún rol importante en la película; la hija, que el film la muestra al comienzo como la eventual protagonista, pierde peso y aparición a lo largo de la obra; la protagonista se muestra relativamente decente en su actuación, y hasta cierto punto. Donnelly, es interpretado de una forma muy mediocre y vaga. Si la película desea mostrar que este personaje se enamora de la mujer a la que está chantajeando, debe hacerlo con intensidad o al menos con intención: su enamoramiento no queda claro hasta la llamada telefónica que le hace ya bien entrada la relación de él con la protagonista. Los personajes, repito, carecen de intensidad y desarrollo. Inclusive, hay hasta una sustitución de roles, donde la sirvienta, acompañando ¡incluso manejando el auto de su empleadora! a la protagonista en su automóvil, es más cercana a lo familiar que el niño, que está casi siempre arreglando el auto o el bote motorizado. Los sucesos pasan rápidos y mezquinos. Película que deja un gusto a poco y pobre.

Una realización brillante con unos movimientos de cámara que recuerdan "Carta a una desconocida", "Madame D.." etc. y una historia chocante; guión incluso irritante con unos personajes de la "buena familia americana" que producen bastante rechazo, todos y cada uno de ellos: una mujer impulsiva maternal, protectora y frustrada, unos hijos un tanto simples: una hija adolescente en su mas pura estupidez adolescente, un buen hijo manitas y un poco pesado, y el abuelo con sus batallas y buenismo. La pregunta sería si es el resultado de un guión deficitario o un intencionado discurso sobre la familia americana... y para el final, "el malo" : Un personaje que desde el primer momento cuando aparece con las cartas para chantajear a la buena esposa...con marido "ausente", se nos presenta a nivel de la epidermis como el más atractivo, tanto por la magnífica interpretación de Mason como por el diseño del mismo que subvierte los valores tradicionales. Si esto es intencionado es una joya

De aquel grupo de directores de la UFA alemana, que se exiliaron en el periodo de entreguerras o ya entrada la IIGM, y que cimentaron Hollywood. Algunos se dedicaron a regalarnos comedias, como Billy Wilder o Ernst Lubisch y otros supieron utilizar sus conocimientos sobre el expresionismo y el terror y derivarlo en Cine Negro (Fritz Lang o Max Ophüls).

La película que nos ocupa, trata una madre coraje que aparentemente lo tiene todo (todo lo deseable en los 50): su cocinera de color, su casita frente al mar, un marido que la mantiene, coche nuevo, cigarrillos a mansalva… de repente se convierte en una femme fatale y se ve involucrada en un asesinato por encubrir a su hija. La mujer entra en el sórdido mundo del hampa y cómo no, surge el amorío… En fin, película de manual de cine negro.

Me resulta interesante, pero confieso que me parece poco creíble, aunque soy consciente que quizá es por la época: desde como muere el amante de Beatriz, a como la madre intenta hacer desaparecer el cadáver, al irritante hijo de la protagonista… Por otra parte, también esperaba encontrarme con algún plot twist al final de la película que me dejara boquiabierto, pero entiendo que debe ser un recurso posterior y no tan común en la época.

"The Reckless Moment" supone el cuarto y último título del gran Max Ophuls en su corto exilio en Hollywood antes de volver a Europa en 1950. Rodada el mismo año que su antecesora ("Caught", 1949) tiene en común su vinculación a la serie negra del momento, aunque desde las personales perspectivas de un realizador que siempre tuvo el melodrama en el punto de mira.
Se trata de un film muy estimulante, pese a tener algunas deficiencias en el guión, que compensa con una magnífica planificación y una elegante puesta en escena. Un estilo brillante que conecta con el de algunos magníficos ejemplos del cine negro con la peculiaridad de convertir en protagonistas a dos seres frecuentemente relegados a segundo término, un ama de casa de clase media desahogada y un delincuente.
La dirección de Ophuls es magnífica, empleando sus característicos movimientos de cámara para seguir a los personajes, bien secundado por una notable fotografía en blanco y negro de Burnett Guffey que acrecienta la atmósfera de desasosiego y el sentido del dramatismo de esta mezcla de cine negro, thriller y drama psicológico.

Por último destacar la interpretación de Joan Bennett, sobre la que gira toda la historia, que demuestra que lo mismo puede hacer de manera efectiva de "femme fatale" que de abnegada y sufridora madre de una familia de clase media, muy bien secundada por el gran James Mason.

Al enterarse de que, Beatrice, su bella hija adolescente está saliendo con Ted Darby, un vendedor de arte de mediana edad que no resulta, en lo absoluto, de su agrado, Lucia Harper, decide tomar cartas en el asunto y exige al hombre que deje de verla. Cuando él le pide dinero para hacer lo que ella le pide, Lucia queda convencida de la clase de hombre que es y así se lo dirá a su hija… pero, Bea, parece estar enamorada y no quiere romper la relación.

Lo que sigue tendrá visos de tragedia… y esa madre, cuyo marido está de viaje y a cuya hija adora, terminará enfrentando una difícil situación que se complicará cuando un singular chantajista se suba a bordo de este significativo drama.

Basada en la exitosa novela, “The Blank Wall”, que la newyorquina, Elisabeth Sanxay Holding (1889-1955), publicara en 1947, <<ALMAS DESNUDAS>>, enfrenta el drama de una madre abnegada dispuesta a todo por proteger a su hija y, al mismo tiempo, es una singular historia de amor donde un hombre pareciera buscar la ocasión de redimirse. Dejando fluir atinados matices psicológicos, el director alemán, Max Ophüls –quien con este filme se despedía de su etapa hollywoodense-, logra recrear una serie de valiosos personajes que nos dejarán perplejos y admirados, pues, al desnudar su alma, con sus acciones nos permitirán captar la divinidad que envuelve a los más disímiles seres humanos.

Joan Bennett, nos asegura un personaje pletórico de vitalidad y entrega, y con un carácter ejemplar que debería ser tomado en cuenta… aunque no siempre atina en sus decisiones. Geraldine Brooks, es la bella hija que tardará un poco en despertar, y sus acciones, desatarán el drama que dará cuenta de cuánto la ama su madre. Junto a ellas, James Mason es Martin Donnelly, el hombre que verá la ocasión de hacerse con una buena suma de dinero… pero, su conciencia, tiene otros planes para él.

Unos diálogos muy dicientes y una ambientación bastante precisa, añaden vitalidad a este virtuoso drama detectivesco en el que, Ophüls, se propone romper con lo establecido… y es evidente que lo logra.

<<ALMAS DESNUDAS>>, nos deja bastante satisfechos.