Star Trek V. La última frontera

Star Trek V: La Última Frontera se trata probablemente de la más floja de las seis películas clásicas de la saga (1979-91). En eso estamos de acuerdo muchos pero no por ello es una mala película como para que vapuleen a William Shatner o que no se estrene cines en España.

Tras ver a su querido enemigo Leonar Nimoy dirigir nuestro canadiense favorito dijo "Yo también quiero!" y le dieron este proyecto. El hombre intenta y consigue con cierta solvencia para ser una opera prima algunos planos interesantes, por ejemplo en la primera escena en el planeta Nimbus III basadas en el western

La película de Shatner en mi opinión cuenta con los ingredientes que debe contar una película de Star Trek: Contenido filosófico, algo de comedia, química entre los personajes, poquita acción, buenos villanos y una gran banda sonora, como no puede ser de otra forma de Jerry Goldsmicht.

En definitiva, infravalorada cinta que necesita una revisión sobre todo comparandolas con los blackbusters palomiteros de J.J. que traicionar el espíritu de la saga.

Cambio de piloto para "Star Trek". Leonard Nimoy, conocido como Spock, deja el testigo de detrás de la cámara a William Shatner, que interpreta al capitán James T. Kirk. El actor e improvisado director, al parecer también colaboró en el guión, vuelve un poco a los orígenes con un planteamiento más filosófico, nada menos que la búsqueda de Dios y el conocimiento absoluto, aunque sin abandonar algunos brotes de comedia. El resultado final no es despreciable pero la crítica la acabó crucificando, por ejemplo, con tres "premios" razzies a la peor película, director y actor, William Shatner, lo que hizo que se resintiera en las taquillas.

Yendo por partes, el principio en el planeta Nimbus III, me ha gustado, incluso me ha despertado expectativas más altas, por un tono más serio, como de principios de los 90, en todo caso no pulp. Luego la cosa vuelve un poco a las andadas de la franquicia, pero al menos tenemos una idea interesante en la que parece contraponerse la razón y la emoción, el pensamiento lógico y lo irracional, la ciencia y la religión. Al final, no se remata bien (¿qué ser es ese que lanza rayos por los ojos? ¿qué hace allí?), tampoco es que el desarrollo tenga mucha intensidad, pues apenas hay escenas de acción, pero se deja ver, en su estilo.

Hablamos de la 5º y penúltima película post-serie con los actores originales (luego se hicieron varias más con otros personajes distintos, los de las "nuevas generaciones"). Y es mala de solemnidad, mira que siento decirlo.

( Ver spolier )

El problema principal es que esta película se la dejaron dirigir a William Shatner (al parecer por contrato: todo lo que hacía Nimoy tenía que hacerlo también Shatner, así estaba firmado), que obviamente como director no le llega a la altura de los talones a Robert Wise, Nicholas Mayer y Leonard Nimoy, que dirigieron las anteriores. Y claro, el ínclito Shatner perpetra un bodrio infumable. En fin, patética película, la peor con diferencia de toda la saga. Una pena.

Lo siento, pero esta vez no puedo recomendarla ni al más acérrimo seguidor de la saga.

Como seguidor de los moradores del Enterprise, he de reconocer que esta quinta entrega supuso una sorpresa no muy agradable. Los primeros minutos tienen cierta capacidad de enganche pero desde que aparecen un Klingon gordinflón y una Romulana que es el clon de la cantante Quimera, abandonamos el sugerente campo de la Ciencia Ficción para sumergirnos en la comedia surrealista, casi paródica. Muy pocas cosas funcionan en esta película, pero yo destacaría un guión hyper-memo en el que Kirk, Spock, McCoy y compañía mantienen diálogos chanantes y una dirección de Shatner deplorable e impropia de la franquicia. De este modo, se suceden los disparates, los planos ramplones, las naves en las que se ven los hilos y, sobre todo, poco respeto por lo que se supone que es Star Trek. En resumen, merecido agujero negro en la saga cuyo visionado no es muy aconsejable.

Quinta entrega de las aventuras del Enterprise y su tripulación. En esta ocasión dando un resultado inferior a lo deseado. La película no sabe muy bien lo que pretende y se queda a medio camino de cualquier cosa.

El tema tratado es la búsqueda de Dios, el conocimiento supremo, la respuesta a todas las preguntas. Un nuevo villano con delirios de profeta será el encargado de guiar, de forma forzada, a nuestros protagonista hacia el origen del universo. La historia podría dar para bastante más, pero no se sabe lo que se quiere. Por momentos parece que nos dirigimos a un final filosófico para la reflexión, en otros parece querer centrarse en la aventura, fallando en ambas cosas. El guion no es muy imaginativo, se vuelve a sacar el tema de la amistad, la lealtad entre los protagonistas, pero ya empieza a cansar y resulta repetitivo.

Los fx son inferiores a las anteriores entregas y han envejecido mal. La historia tiene varias lagunas y deja más preguntas que respuestas. No entiendo el problema por cruzar la última frontera, si al final lo hacen sin dificultades y encima les sigue otra nave, que tampoco entiendo cómo los logra encontrar. Esa nave klingon está de relleno, no aporta nada. Tampoco queda claro por qué el profeta sabía a donde ir exactamente, y mucho menos la verdadera identidad del Dios tras la cortina. Todo se queda a medias.

A la película le falta fuerza, se nota cierto cansancio. Y aunque se sigue agradeciendo que en cada entrega nos ofrezcan historias diferentes, comienza a dar la sensación de que esto ya lo hemos visto. Y lo hemos visto mejor.