True Detective (Miniserie de TV)

Cuando parecía que no podía haber vida en el panorama televisivo más allá de la excelente “Breaking Bad” (2008), apareció un tal Nic Pizzolatto que nos trajo, junto con HBO, una de las obras más crudas e inteligentes que ha dado nunca la televisión norteamericana, me atrevería a decir incluso la televisión mundial.

“True Detective”, en esta primera temporada, comienza llamando la atención y preparando al espectador desde el primer instante, con los magníficos títulos de crédito iniciales acompañados de la evocadora música de “The Handsome Family”. Inmediatamente, nos encontramos con una narración sórdida, de ambiente angustioso, situada en una húmeda y rural Louisiana, con unos personajes de una profundidad sobrecogedora que atrapan inmediatamente con su personalidad.

A lo largo de ocho episodios, se narran las peripecias de dos detectives (McConaughey y Harrelson) que retoman un caso que tuvieron que abandonar hace tiempo. El asesinato ritual de una prostituta les vuelve a llevar tras la pista de la investigación, con nuevas informaciones reveladoras. Mediante entrevistas por separado, los detectives cuentan sus pesquisas y avances, además de introducir aspectos de su vida que son relevantes a la hora de establecer un escenario temporal. De esta manera, además de la intriga policíaca, nos encontramos con un relato de un marcado tinte psicológico, ya que se profundiza en la psique de cada uno de los personajes. Rust (Conaughey) tiene una personalidad compleja, muy característica, que le hace ver la realidad bajo un prisma casi autista. Su complicado pasado le ha provocado una herida profunda en su inteligencia emocional, le resulta incapaz de empatizar con nadie y no sabe comportarse en las relaciones sociales. Martin (Harrelson), por otro lado, presenta inseguridades que le provocan deslices desafortunados, y le resulta inevitable hacer daño a su familia por su carácter violento y su incapacidad para no dejarse influir por el desarrollo de la investigación.

La serie bebe directamente de los clichés, tanto del más puro cine “noir” como de las “buddy movies” de los 80 y 90. Rust y Martin chocan inevitablemente, no pueden ni verse, pero juntos forman un equipo muy competente. Conforme se suceden los capítulos, su relación evoluciona hacia una especie de camaradería, fruto más bien del roce diario y las vivencias de un caso tan complejo que de un entendimiento mutuo. Las extraordinarias interpretaciones de Woody Harrelson, y en especial la de Matthew McConaughey, hacen más creíble ese tira y afloja que hay entre los dos, y han sabido transmitir esa caída hacia el abismo que parece dominar las vidas de sus personajes.

A nivel técnico la serie es notable. La fotografía, tenebrosa y de un fuerte toque melancólico, muestra unos paisajes llenos de contrastes, destacando las imágenes panorámicas. Desde las interminables carreteras a los humedales y los campos de cultivo, la variedad cromática permite una inmersión notoria del espectador en la trama, siendo capaz de experimentar el desasosiego y la inquietud que sienten los personajes.

Si se le puede achacar algo, la dirección de Cary Fukunaga es en ocasiones excesivamente lenta, pero lo compensa con maravillas como el impresionante plano-secuencia de casi 6 minutos de duración que podemos ver hacia el final del capítulo 4.

Con todo, estamos ante una de las series más impresionantes que nos ha dado la pequeña pantalla en los últimos años. Imprescindible.

True Detective temporada 1 es, sin duda, los mejores 8 episodios que verás en una serie, con grandes actuaciones, una trama muy interesante y una banda sonora muy buena, lo mejor de McConaughey y Harrelson está aquí, este no es la típica serie de Detectives, porque esto es 1000 veces mejor. La serie aborda muchos problemas a la vez y lo hace muy bien, el entorno de Loisiana se adapta bastante bien a la serie, no tardas mucho en simpatizar con los dos protagonistas, te importa lo que pueda pasar ellos, y cuando te preocupas por los personajes, te gusta la serie o película. A diferencia de otras series, True Detective no pierde su tiempo con sub-tramas tontas, o mostrándote cosas innecesarias, la serie es muy realista, es una obra maestra y si no está de acuerdo conmigo, bueno, realmente no me importa, puedes irte a ver tus aburridas y mediocres series como Lost, Stranger things, sense 8 y ese tipo de series que el 90 por ciento de las personas aman tanto.

Poco se puede decir. Es perfecta. Intriga, suspense, acción, terror, drama...
Te mantiene en vilo de principio a fin.
Es una de esas series que apetece seguir viendo, recomendarla a todo el mundo y disfrutarla.
Posiblemente una de las series emblemáticas de la década.

Es increíble como hay ciertas series (no voy a decir nombres para no herir a nadie) que se alargan hasta la extenuación, que tienen una buena temporada y luego siguen estirándola como a un chicle cuando en realidad no dan para más. Sin embargo, otras como True Detective, sin lugar a dudas una de las mejores series que se han hecho jamás, solo dura ocho capítulos. No es que la serie se te quede corta, es que necesitas más, te deja a medias con aspectos importantes de la trama, es como si te dan algo maravilloso y te lo arrebatan sin más, de las manos.

La serie prácticamente está narrada en flashback hasta los dos últimos capítulos. Dos detectives, magestuosamente interpretados por McConaughey y Harrelson, se ven obligados a rememoran unos atroces asesinatos y unas misteriosas desapariciones ocurridos años atrás puesto que el asesino parece que ha regresado.

La historia se basa en la relación existente entre los dos protagonistas, tanto desde el punto de vista de sus creencias y su fe, como de sus miedos y angustias vitales, reflejando la condición humana de cada uno de ellos ante el otro, la vida y la muerte, el más allá, todo lo que la vida conlleva en sí misma. Todo ellos aglutinado en una atmósfera absorbente, deprimente en muchos sentidos, con el telón de fondo de los pantanos de la rural Luisiana.

La mayoría de las escenas entre ellos están cargadas de debates existencialistas, principalmente de Rust, el personaje de McConaughey. Sus miradas perdidas al vacío, sus desvaríos morales sobre el ser humano, sobre sus incoherentes creencias, sobre la existencia de Dios... hacen el contrapunto perfecto al personaje de Martin, interpretado por Harrelson, hombre de familia, casado y con hijas, católico, bebedor y mujeriego, nos lo presentan casi como el típico habitante de esa región de Luisiana.

Poco a poco, esos personajes tan antagónicos uno del otro, con sus innumerables desavenencias, con el paso de los años, van entendiendo las razones morales de la existencia del otro. No digo que la palabra amigo defina su relación, más bien es esa necesidad de ayudar al compañero ante los problemas que le va surgiendo a lo largo de la vida. En medio de esa relación convive también la esposa de Marti, genialmente interpretada por Michelle Monaghan, desesperada por los continuos engaños de su marido.

La serie me recuerda mucho a las películas de Bergman o Tarkovsky, donde en realidad no importa mucho el final de la historia, sino el recorrido que tenemos que seguir para llegar a él. En True Detective pasa lo mismo, en realidad lo que el director nos quiere contar es el desarrollo moral de los personajes, el caso y los asesinatos en muchas partes de la serie están en un segundo plano. De hecho, mucha gente ha criticado el final de la serie un poco por ese motivo, porque realmente no es un final dramático, simplemente es un final, pero fiel 100% a lo que nos han contado a lo largo de toda la temporada.

Sin duda alguna, una de las series mejor realizadas de la historia, imprescindible su visionado para los amantes de las series televisivas y de los cinéfilos, te sorprenderá estoy seguro.

La brutal serie, con unos espectaculares actores principales (posiblemente el mejor papel de Woody Harrelson en toda su vida) tuvo un buen éxito de audiencia y crítica, con razones plenamente justificadas.
Es un thriller de asesino psicópata e investigación policial como no se veía desde los tiempos de “Seven” y “El silencio de los corderos”. Su dureza y pesimismo existencial son bastante fuertes, de forma que no es apta para ser vista con un estado bajo de ánimo, en absoluto.
La personalidad de los protagonistas y sus reflexiones sobre la maldad y la negatividad que imperan en nuestro mundo, es casi tan importante o más como la propia investigación criminal.
Además, la narrativa es muy particular, con saltos temporales que no termina de resolver el puzzle hasta el final.
Pero lo mejor de todo son las interpretaciones, especialmente la del de “Interstellar”, con un aspecto muy demacrado y fumando sin cesar, por las heridas del alma dejadas por este cruel caso.
Sus valores cinematográficos son tan altos, que se disfruta mucho a pesar de lo mal que lo pasan los personajes y la visión tan pesimista que tiene de todo.
El formato es el adecuado. Una temporada autoconclusiva y cerrada, que no da pie a estropear la historia. Desgraciadamente, el hecho de que esta historia les saliera bastante redonda, y el empeño de seguir con la serie, dio pie a unas segunda y tercera temporada (por el momento) que, no solo pierden por goleada en la comparación con esta pequeña joya, sino que directamente son malas en mi opinión, como desarrollo en mis correspondientes críticas.
Pero esta primera entrega de “True detective” hay que verla, sí o sí. Es muy buena.