Haz click aquí para copiar la URL

Petróleo sangriento

Drama Texas, principios del siglo XX. Una historia sobre la familia, la avaricia y la religión. Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) se traslada a una miserable ciudad con el propósito de hacer fortuna, pero, a medida que se va enriqueciendo, sus principios y valores desaparecen y acaba dominado por la ambición. Tras encontrar un rico yacimiento de petróleo en 1902, se convierte en un acaudalado magnate. Cuando, años después, intenta ... [+]
<< 1 2 3 4 10 58 >>
Críticas 286
Críticas ordenadas por utilidad
8 de febrero de 2008
48 de 67 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego la película no me parece una obra maestra, cada secuencia, cada fotograma, fluye brillante al mismo tiempo que se muestra espeso y torpe como sí de un río de lava se tratase. El conjunto es demasiado autocomplaciente y al final quiere llegar a tantos sitios que no tengo claro si consigue llegar a alguno. Ahora bien, pocas veces se retrató con tanto éxito la ambición humana, a Daniel Day-Lewis le ha regalado un personaje mucho más complejo que el de Bette Davis en La Loba sin que por ello se pueda decir que es menos despiadado. De hecho lo es más, pues mientras ella no renunciaba a nada pues nada más quería, él mutila sus deseos con la misma frialdad con la que pisa a los que le rodean. Podríamos decir, en este caso sí, que estamos ante un enfermo de ambición.

There will be blood, espesa como el mismo petróleo, demuestra el evidente talento de Paul Thomas Anderson. ¿Demasiado pretenciosa? ¿Excesiva obsesión por mostrar el dominio total en todo momento?. Probablemente. De todas formas nada que ver con otros productos de directores “superdotados” de la actualidad estadounidense. El camino para manifestar su talento es probablemente igual de pretencioso pero sin duda mucho más interesante que el de, por poner un par de ejemplos, Jim Jarmusch o Kevin Smith. Ellos también transpiran ego pero, el primero desde Year of the Horse y el segundo en toda su filmografía, no tienen más sostén que la chispa de sus guiones pseudointeligentes.

Una cosa más, y aunque resulte obvio, me uno a todos los que han criticado la patética traducción del titulo. En serio, no sé que me alucina más: si que a alguien se le haya ocurrido o el que haya conseguido que le hagan caso.
ibán
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
23 de febrero de 2008
37 de 47 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1972, Shakespeare se reencarnó en Francis Ford Coppola y llevó a cabo "El padrino", una magistral y trágica disección de cómo el poder puede corromper al ser humano hasta el tuétano, y convertirlo en un desgraciado, un monstruo, o las dos cosas. Sin embargo, en 2007 Shakespeare no se ha reencarnado en Paul Thomas Anderson en su particular disección de poder que lleva a cabo en "There Will Be Blood".

“There Will Be Blood” es un complejo e inteligente retrato de un hombre picado por esa desgracia humana que es el ansia de poder, de dinero, de riqueza, o de lo que sea, y de cómo pueden conseguirse éstos, pero carente de esa capacidad que hacía remover las entrañas de “El padrino”.

Vemos como este hombre acaba absorbido por completo por el éxito que saca del petróleo, dejando de lado todo lo demás, pero la historia de éste no me provoca demasiadas emociones. Bueno, miento, si me provoca alguna emoción (miedo sobre todo) se debe en exclusiva a Daniel Day-Lewis, que está a sus anchas, haciendo lo que le da la gana con el personaje. Su voz, su mirada, su presencia: tienen el poder para transmitir todas las sensaciones que quieran. Y eso sólo está al alcance de un gran actor.

Pero, ahora bien, cuando el inestable volcán de odio que es el personaje de Day-Lewis, que tanta tensión me provoca durante todo el filme, termina estallando, la película se va de madre. Anderson demostró en “Boogie Nights” o “Magnolia” su talento en esto del cine, pero también una tendencia al exceso que me cabrea un poco. Y aquí ocurre de nuevo al final. No sólo no se controla él, sino tampoco Day-Lewis, sobreactuando como nunca, contrastando dolorosamente con el resto de su interpretación. Así pues, lo hasta ahora muy bien contado se torna afectado y un tanto grotesco en su desenlace.

Con todo, es de admirar esa progresivamente creciente tensión psicológica que imprime Anderson, potenciada con la magnífica banda sonora, logrando acojonarme, ponerme mal cuerpo; así como la brillante y portentosa disección de cómo la fe en el de arriba y la fe en ese líquido negro tan costeado pueden unirse y dar como fruto billetes a borbotones. Dos aspectos perturbadores que hacen que “There Will Be Blood” merezca ser vista y oída.
GVD
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de febrero de 2008
29 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
No será la primera vez que comento que Paul Thomas Anderson es un genio. Hoy en día pocos directores hacen cine tan sugerente como el suyo. "Pozos de ambición" es tal vez su obra más perfeccionista. Todo en esta película está estudiado al detalle, y puede que por este motivo, el film cargue con una losa muy pesada.

"Pozos de ambición" es un film de ritmo lento y Anderson se muestra detallista en todo momento, y filma secuencias de gran valor artístico. El film técnicamente es de lo mejor que se ha visto este año. La música de Jonny Greenwood me ha impactado, mantiene durante todo el film una sensación angustiosa. Espectacular y sorprendente hilo musical.

Otro aspecto a destacar del film son las interpretaciones. Sobretodo los momentos en los que el magnate petrolífero (Daniel Day-Lewis) se enfrenta al predicador Eli Sunday (Paul Dano). Todos sabemos que Daniel es un intérprete magnífico, y en este film tiene momentos en los que da gusto verle, aunque también tiende a exagerar en exceso en otros momentos, como en el caso del final del film. Quien me ha sorprendido en "There Will Be Blood" es Paul Dano. Enorme interpretación con la que no se ha hecho justicia, ya que merecía ser nominado como actor de reparto.

Donde tal vez cojea más el film de Anderson es en el guión. Desconozco si la novela de Upton Sinclair tenía unas elipsis tan exageradas, pero ese salto temporal que da la película no me ha gustado nada. Anderson cuenta todo al detalle durante toda la película, para luego no explicarnos cómo se ha llegado a la situación que se nos plantea al final del film. A todo esto, la conversación padre-hijo es colosal.

"Pozos de ambición" no es la película del año, pero está tan bien hecha que es lógico que sea alabada. También que sea maltratada. Sus ocho nominaciones no se puede decir que no sean merecidas, que haya mejores películas que la de Anderson, también es innegable.
Sersolo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de abril de 2009
27 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre son bienvenidas las películas que abordan historias de pioneros, de epopeyas, de duros inicios... todas ellas tienen un sabor a cine añejo y clásico, que gente como yo, rastreamos sin mucha suerte en las carteleras de nuestra ciudad.

Tuve la suerte cuando era universitario de leer la novela “Petróleo” y me pareció una joya. En Europa ese tipo de literatura ya se había hecho mucho antes, pero Estados Unidos como país joven que era llevaba un cierto retraso en el desarrollo de estilos, por tanto lo que había sido el realismo o el naturalismo en nuestro continente en el siglo XIX, ellos lo tuvieron ya entrado en siglo XX y convivió a la vez con las vanguardias.

La novela de Upton Sinclair, un socialista peleón y participativo, es descomunal, más de 600 páginas, y cualquier aproximación que se quiera realizar desde la gran pantalla es un intento en balde. Quizás una miniserie de al menos 4 horas podría ser la única manera de acercarse a ella.

La recreación de Paul Thomas Anderson es regular, excesivas elipsis y sobre todo una voracidad en la desaparición de importantes personajes que aparecían en el libro (algunos femeninos de gran importancia). Lo mejor de la película es precisamente lo más cinematográfico y no lo narrativo o novelesco, y eso siempre es sospechoso cuando se trata de una adaptación literaria.

Y a pesar de todo, recomiendo “Pozos de ambición” a cualquiera que tenga gusto por todo lo maravillosamente antiguo. Ver a Daniel Day-Lewis, es ver al faro que ilumina la profesión de actor. Ese precioso color, esos tonos, esos paisajes, ese cielo, esa fotografía, que invita al deleite y el placer por el placer, algo necesario.

Personalmente me encanta Paul Thomas Anderson, ese abuelo en el cuerpo de un joven de 38 años, y eso que parece que lleva toda una vida entre nosotros. Gente como él, hace que aunque el cine adolescente nos inunde, y no asistamos más que a bichos raros y tíos en calzones volando, siempre tendremos directores que reserven un hueco para los Emile Zola, Galdós, Dickens o el propio Sinclair. Estamos de enhorabuena.

Nota: 7,1.
vircenguetorix
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
17 de febrero de 2008
61 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si John Ford levantara la cabeza y viera esta película diría algo así como: "¿pero qué habéis hecho?, ¿qué me he perdido?. El comienzo es prometedor unos 10 minutos, 20 a lo sumo, pero pierde todo su sentido, por el cambio de tono un poco más avanzado el metraje, en una película absolutamente desequilibrada tanto en guion como en dirección.

Todo es de una gelidez alarmante, sin secundarios, sin una trama medianamente interesante, con guiños de cara a la galería del director, y por encima de todo, permite a Daniel Day-Lewis pasarse veinte pueblos. El film gira en torno a su actuación, anulando a todo actor de reparto que se le acerque. Malas transiciones, papeles que aparecen y desaparecen, provocan el caos y la consiguiente desesperación en el espectador. Con todo tipo de tics, piruetas y gestualizando cada dos por tres, Day-Lewis hace que su interpretación sea una caricatura realmente grotesca. Sobreactúa como nunca y gran parte de culpa la tiene el director, por no saber frenarle.

La película no transmite, va avanzando sin control, a trompicones, con monotonía y con una banda sonora estridente y anticlimática. La última hora va sin freno, sin detalle, con precipitación desmedida. El resultado es feo, tedioso, no sabes si reir o llorar. La dirección de Paul Thomas Anderson, es hueca, superficial y sin atisbo de personalidad.

Estas son mis sensaciones, acerca de una película en la que tenía muchas esperanzas puestas, pero de la que no me cuadraba y me mosqueaba la elección del director. Y me duele aún más por el actor británico, (nacionalizado irlandés), del que no he visto nunca una mala actuación. Espero y confío en que esto sea sólo un borrón en su brillante carrera.

Ah! se me olvidaba, ha ganado con este papel muchísimos premios y el oscar también se lo llevará, 8 nominaciones a la película, nominación para el negado de Anderson, (Joe Wright se estará descojonando aún), y yo me pregunto: ¿ A quién le importan ya estos premios?
El halcón maltés
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 10 58 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow