Mammoth

Una película bastante desigual en su contexto dramático y un relato insípido por momentos, que invita a pensar que el guión fue hecho a prisa. De todas formas, tres historias de tres personas inmersas en sus respectivos trabajos, pero que en sucesos inesperados en cada uno de ellos, aunque entre ellos todo parece normal, las vidas toman el rumbo que, como una confabulación cósmica, los invita a cambiar de posición ante los seres queridos más cercanos, aunque distanciados por diferentes circunstancias de la vida.

La historia en sí no es mala, pero algo falla. No se, quizá las ganas de “el niño terrible” del cine sueco, Lucas Moodysson, que quiso retratar un mundo globalizado y a su vez coexistiendo en la soledad, pero se quedó corto. Respecto al trabajo de Gael García Bernal, pienso le faltó inspiración.

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Barranquilla)

Hay algo que me ata y atrae hacia las producciones que hablan o entrelazan vidas bajo un denominador común; y más aún quedo satisfecho cuando el resultado final es una gran cinta sobre la vida y sobre puntos a tener en cuenta dentro de un mundo tan caótico y casi desesperanzador. Esta es la temática de la última cinta del director sueco Lukas Moodysson en Mamut.
La película nos habla de la vida de varios seres humanos que viven en sus mundos, cargados, pesados, agobiados, indescifrables y monótonos. La pareja jóvenes de padres que empiezan a conocer lo que es la distancia cuando les falta el calor del otro; la madre filipina que trabaja incansablemente en los EEUU para dar un mejor futuro a sus hijos; la sociedad tailandesa y su cultura suburbana que demuestra los típicos problemas de cualquier país tercermundista, entre otros, son los parámetros principales en los que la trama se desenvuelve. ¿El resultado? Una bella película sobre la vida; sumerge al espectador otra vez en una temática complicada sobre la globalización; roza la esperanza y desesperanza a la vez y propone sentimientos fuertes y atractivos.
Ahora bien; muchos comparan a Mamut con la inmensa obra de arte Babel (del gran director mexicano Alejandro González Iñarritu), y aunque es cierto que hay comparaciones en ciertos puntos y se podría decir que el fin es el mismo, la obra del 2006 es ampliamente superior, a pesar de las particularidades diferenciables que existen entre un film y el otro. Mamut no cuenta con la fuerza necesaria que debería contar, queda corta. Las actuaciones son correctas, no hay alguna que sobresalga del resto (Williams tal vez sea un poco más solvente que el resto del elenco), pero los más destacados son los niños Sophie Nyweide y Jan David G. Nicdao que con sus jóvenes personajes consiguen transmitir emociones fuertes y bien ejecutadas. La música es fría y distante, un punto desfavorable, considerando que este film es con tinte dramático; y otro de los grandes problemas es que el final se vuelve muy previsible, mientras transcurren los minutos.

Sigo en spoiler por falta de espacio.

Prometía.
Historias paralelas que nacen de una raíz común. Uh, creo que ya he visto algo parecido. Uh, y creo que me encantaron (Traffic, 21 gramos, Babel...). De Lukas Moodysson ya había visto una buena película llamada Lilya-4-ever o algo así. Gael García Bernal es un gran actor. Y Michelle Williams nunca ha sido mi favorita pero me encanta que parezca llorar en cada plano.

Desde Suecia siempre han llegado maravillas, y desde Bergman hasta "Déjame entrar" han sido de mi agrado. Premiada y nominada internacionalmente, la crítica independiente (jajaja) huía de tópicos para realzarla. Conclusión: la veo, o en butaca o en sofá.

No sé si porque Iñárritu ha bajado el listón, porque ya tanta repetición me adormece o porque el tema a tratar es poco interesante, pero la película se me hizo larga a pasos. No sabía si quería llegar a un lugar más escabroso o sólo pretendía mostrar la misma basura humanista y moralizadora de la última década.

Me gustaron algunas interpretaciones, claras, simples, veraces, transparentes y cercanas. La luz y los planos son tremendamente suculentos, de clásico. Me gustó la historia de amor, y la no-sinceridad de la fidelidad vulgar.

Y no me gustó el ritmo, la encadenación, la falta de guión justificado. Puede que tenga razón otro cuando dice que la sutileza se perdió en el doblaje, pero la transmisión de alma corre a cuenta de dos personas.

Así es la crítica de una película sencilla, cordial, sensata y potencialmente arrolladora. Fácil, sin complejidades, ordenada y real. La sobrevaloración viene dada por la sensación agradable al terminar el film.

Prometía y con el tiempo saldaré cuentas por este 7 con moraleja.

Artificioso drama de historias cruzadas (al más puro estilo Babel) protagonizado por un matrimonio, Leo (Gael García Bernal) y Ellen (Michelle Williams), cuyos trabajos (ella es cirujana y él trabaja en el sector de los videojuegos) no les permiten pasar tiempo con su hija (Sophie Nyweide), por lo que Gloria (Marife Necesito), una mujer filipina, se encarga de cuidar a la pequeña.

Aunque las intenciones parezcan loables, lo cierto es que el discurso de la película (la cual trata temas como la religión, la familia o las diferencias culturales y de clases) huele a prefabricado, diluyéndose su supuesta retórica entre innecesarias secuencias de transición y personajes que no resultan creíbles ni nos transmiten nada (algo que es más culpa del guión que de los intérpretes). No es que Mamut sea un espanto, simplemente es una de esas películas de las uno espera mucho más.

Historia de ricos y pobres. Los ricos tiran a la basura lo que luego los pobres recogen en el basurero. Neveras llenas a rebosar en una parte del mundo y estómagos vacíos en la otra parte. Personas que trabajan sin descanso para comprar cosas que no necesitan, mientras otros trabajan aún más para subsistir. Tanto unos como otros sufren. No hay una pizca de felicidad en esta película.
Historia de un pareja y su hija, que aunque lo tienen todo no tienen nada, y trabajan sin descanso (ella, la madre), mientras él se pega la gran vida gracias a ser un genio de los jueguecitos de internet. En contraste tenemos a la criada filipina, que cuida amorosamente a la niña, limpia y cocina, y ocupa el lugar que la madre, por su horario de trabajo, no puede llenar.
Recuerda a "Babel", y aunque es una película bonita que se deja ver, algo le falla. Así que pasas todo el metraje preguntándote, si la historia es bonita, los personajes "guapos", la música agradable, la ambientación estupenda, qué falla, qué hace que esta historia no me acabe de llenar. ¡Que alguien me lo explique!. Tal vez el fallo sea la sensación que deja de que el ser humano (en especial el masculino) es una mierda.