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Tú y yo

Romance. Drama Un elegante play boy y una bella cantante de un club nocturno se conocen a bordo de un transatlántico, gracias a la invitación de otras dos personas. Ella es la amante de un magnate y él está comprometido con una rica heredera. Entre ellos surge un apasionante romance que los llevará a la siguiente promesa: romper con sus compromisos actuales, buscar trabajo y encontrarse a los seis meses, para continuar su vida juntos. Pero un trágico ... [+]
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
23 de septiembre de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Love Affair” (1937) de Leo McCarey con Irene Dunne, Charles Boyer, Maria Ouspenskaya, Lee Bowman, Astrid Allwyn, Maurice Moscovitch, entre otros. Drama romántico nominado a 6 premios OSCAR: Mejor película, actriz (Irene Dunne), actriz de reparto (Maria Ouspenskaya), historia original, dirección de arte y canción “Wishing” sobre una pareja de comprometidos que se enamoran durante un viaje, y quedan por verse en un lugar especial, sin embargo, la tragedia se los impedirá. La película tiene en su contra que su propio director la rehízo en 1957 bajo el título “An Affair to Remember” con Cary Grant y Deborah Kerr en los papeles principales, y que luego tuvo un remake en 1994; donde la gran diferencia reside en la atmósfera, pues en esta encontramos alta comedia musical, mientras que en los remakes tenemos mucho melodrama; pero en ambas sigue siendo una historia muy hermosa, tejida primeramente por el azar y la casualidad, que se convierte de pronto en algo mucho más serio y profundo, más dependiente de la voluntad y del tiempo, que de la mera atracción pasajera; hasta que interviene de nuevo el azar, y ha de ser el carácter y la voluntad, con una nueva mano echada por la casualidad, las que, al final, aclaren las cosas, y permitan tratar de enderezarlas, en la medida en que lo sucedido no sea, al menos en parte, de consecuencias irreversibles. El guión se ajusta muy bien y mantiene también los estándares del Código de Producción imperante, al castigar a la pareja de infieles, siendo implacables con la mujer… Desde lo técnico, el filme de menos de 90 minutos, se hace corto gracias a la fluidez de la narrativa, el acercamiento hacia los protagonistas y alguno que otro encuadre muy íntimo y personal que elevan la obra como una de las más románticas del género, tan influyente fue que después del estreno, los restaurantes fueron repentinamente bombardeados con pedidos de “champaña rosa” Sin embargo, en uno de los momentos más angustiosos de la historia, cuando Michel está esperando a Terry en el Empire State Building en la noche, y se desata una tormenta, el mismo rayo bifurcado se ve al menos 4 veces en el fondo, siempre en el mismo lugar, lo que es muy poco probable, siendo tan evidente que quita toda la tensión generada por el momento. En definitiva, el filme queda como “un ensayo” de algo rehecho de una mejor manera.
“Todo lo que me gusta es ilegal, es inmoral o engorda”
RECOMENDADA.
NO tendrá nota en Lecturas Cinematográficas
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/
Alvaro Zamora Cubillo
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2 de agosto de 2019
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente se trata del mejor de los clásicos del género, nadie al que le guste el melodrama romántico debería perderse "Love affair" puesto que todo lo que viene después en parte viene de aquí. Es tan buena que incluso quien normalmente deteste este tipo de cine debería claudicar, porque si las cosas están bien hechas, si se trata de cine de calidad, lo justo es someterse y aceptar la realidad.

La primera parte en el barco es excepcional, con unos diálogos inteligentes, con situaciones muy logradas y con una pareja que aunque parece que avancen con el freno puesto definitivamente han de rendirse ante lo inevitable. Él puede no caer bien, ella menos aún, de oficio desconocido uno y cantante ella, lo que es indiscutible es que existe una química maravillosa. Es la magia del cine, incluso para quienes no sientan afinidad por este tipo de historias esa magia se nos pone delante y es imposible abstraerse.

Una vez en Madeira la película se supera, el personaje de la abuela es un grandísimo acierto. Puede que el valle por el que hay que pasear una vez en la ciudad sea un peaje obligatorio que pagar para llegar a un final apoteósico en el que a más de uno se le erizará la piel. Los guiones bien armados, las buenas ideas, a menudo pienso que son cosas del pasado.

Gastaré y gastaré papel recordándote, quedará para mí. Lo que pudo ser y lo que no fue. Menos mal que el cine existe para ofrecerme historias así...
Luisito
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16 de septiembre de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un guión inteligente, unos diálogos certeros, dos intérpretes geniales... Y todo en una película de 1939 por la que no pasado el tiempo.
Es verdad que esta finura, este romanticismo sublimado hace tiempo que no se lleva, porque lo corriente en las pelis de amor es si se acuestan en la primera o en la segunda cita. Todo se ha vuelto simple y ramplón.
Por eso vale la pena ver y volver a ver películas como esta en las que mandan los buenos sentimientos.
Hay un buen remake de esta peli muchos años después pero yo prefiero esta.
Leo McCarey fue un gran director, el de Sopa de ganso, Siguien mi camino, Las campanas de Santa María o An affair to remember.
yoparam
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3 de mayo de 2008
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi 70 años después de que fuera filmada...hoy he visto yo esta película, de la que no tenía ni idea.
Y francamente me ha gustado bastante tirando a mucho. Por tanto, coincido con lo comentado por Peque.
De entrada (tal y como arranca) crees que será algo ñoña o anticuada (además está ya bastante mal conservada, al menos la copia que yo he visto) pero te van sorprendiendo el guión y el ritmo: conversaciones divertidas y ocurrentes y una sucesión de escenas bien pensada. Por cierto, muy destacable la visita de los dos (Dunne/Boyer) a Madeira, con una abuela entrañable en unas escenas memorables.
Y sobre todo el papel y la interpretación de Irene Dunne. Hasta Charles Boyer está casi correcto.
En resumen, una película muy fresca y agradable, ideal para disfrutar de un rato de cine amable.
frajavat
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2 de abril de 2023
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Recordar es volver a vivir

A retrospectiva, las cualidades artísticas de la película Tu y Yo se enuncian más y más en su hora y media de metraje, que relata y edifica el amor de dos amantes sobre un trasatlántico, Michael Marnet y Terry McKay, ambos comprometidos sentimentalmente con otras personas. Sin embargo, esa situación de distancia se va a quebrar desde el inicio, todo a partir de un corto y sublime movimiento de cámara, donde los personajes reflejarán sus deseos de búsqueda, en que diferentes elementos de la puesta en escena convergen.

*Entre el amor y la infidelidad

Nada más empezar la película Tu y Yo se anuncia la situación del pintor Marnet, que es un hombre comprometido. Ya cuando se da el primer encuentro con la cantante McKay, los primeros planos de ambos se reúnen e intercalan a través del ojo de buey, que a la vez los separa. De esa manera, pone en evidencia que no solo es él quien tiene un compromiso amoroso, sino que ella también está en una situación parecida.

La idea de que la pareja está tan cerca y a la vez tan lejos se manifiesta, pero el director se encargará de quebrarla rápidamente, pues el mismo ojo de buey carece de vidrio para seguir manteniendo la distancia entre ambos. De ese modo, estarán en una situación moral de igualdad y arriesgándose por esa relación aparentemente prohibida. Pero el plano que define lo que va a pasar entrará en la ecuación inmediatamente y será cuando empiecen a moverse en el decorado, plasmando su conexión de lo que están dispuestos a hacer.

*Unidos en un mismo plano

Lo anterior se plantea mediante una pequeña coreografía, cuya barrera entre uno y otro se va a romper con el uso del plano secuencia. Cuando ella se aleja, él intenta seguirla atravesando la puerta del muro, pero no la encuentra. Instantáneamente, aparece ella por detrás, buscando una excusa para acercarse a él. Esto los reúne a ambos en un mismo plano, encapsulándolos y sin apartarlos más (hasta el accidente).

Esa búsqueda entre sí, con unos pasos marcados que dura exactamente sesenta segundos, pone a flote un saludo abstracto en que los personajes han decidido sumirse, pero que no han podido materializarlo debido a sus situaciones de noviazgo. Así, el primer obstáculo invisible lo han superado, el de romper sus distancias, todo en un mismo plano, donde no hay cabida para nadie más. Y eso se acentúa cuando otra pareja detrás de ellos se sitúa sobre el mismo encuadre, sugiriendo también, el irremediable destino que les depara.

*Conclusión

Cuando se recuerda películas que representan el género dramático/romántico viene a la memoria Casablanca (Michael Curtiz, 1942) o Lo que el viento se llevó (Víctor Fleming, 1939). Sin embargo, casi nunca se sitúa en la mesa la obra de Leo McCarey que, con este melodrama atípico en su forma (la escena de la iglesia, que recuerda a al realismo poético francés), habilita una senda sublime para acercarnos a la unión de dos personajes inolvidables, envueltos en la infidelidad y el amor, donde ambos temas operan desde el movimiento de cámara, el desplazamiento actoral y un decorado que palpita.

Escrito por Renzo Bill
Cinemagavia
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