El tercer hombre

Poco que añadir a lo mucho y muy bueno que se ha publicado en las demás críticas.
Vuelta una vez más a ver esta cinta, sigue teniendo para nosotros la consideración de obra maestra. Un diez.
Argumento, guion, realización, interpretación, diálogos, música, ambientación ... No es extraño que una de las rutas vienesas que recomiendan las guías turísticas sea la del "Tercer hombre" por las cloacas de la ciudad, que rompe con el lujo frío de la ópera y de los grandes palacios imperiales ... Aunque luego decepcione la visita a falta de esa fotografía de claroscuros y de fuertes contrastes, de esos encuadres inclinados, de esas sombras profundas que emergen de la oscuridad merced a una magnífica iluminación. El cine, una vez más, nos traslada muy por encima de la realidad concreta de las cosas.
Nos quedamos, colegas al cabo, con Holly Martins (Cotten), ese autor menor de novelas del Oeste, "Yo escribo novelas baratas", con títulos como "El jinete solitario de Santa Fe", "Muerte en la pradera" u "Oklahoma Kid". Ese autor que tiene como modelo al gran Zane Grey y que, fiel a su prosa, cree en la amistad por encima de los años que van pasando como ocurre con sus propios vaqueros.
Siete años más tardía, "El tercer hombre" nos evoca "Casablanca" (1942), donde podemos asimilar a Anna Schmidt (Valli) con Lisa Lund, a Harry Lime (Wells) con Víctor Laszlo o al mayor Calloway (Howard) con el capitán Claude. Eso sí, cambiando Casablanca por Viena. Han pasado ya siete años.
También esa crítica sociológica a la frialdad de la "cortesía vienesa", "Un austriaco es incompatible con ser un buen ciudadano". Ahí está para demostrarlo ese mercado negro de la penicilina que los desaprensivos están robando de los hospitales militares para crear auténticas fortunas sobre cadáveres o sobre lisiados.
Trama política, intriga, silencios, miradas furtivas ... hasta un niño con cabeza de bola que va señalando culpables con el dedo.
En fin, una obra maestra y, como tal, ahí están para demostrarlo la galería de personajes que han quedado como arquetipos en la historia del cine.
Se puede ver una y cien veces, y siempre encontramos cosas que nos han pasado desapercibidas. Por eso, parafraseando a Rick, "Siempre nos quedará Viena".

Se puede ver veinte veces, y en cada una de ellas descubres cosas nuevas. Las casas, la arquitectura, las ruinas de la ciudad, en este caso.
La película funciona desde el primer al último minuto, y con una intensidad notable. Tráfico de penicilina, escrúpulos, conciencia, recuerdos que no fueron.
Recordaba más minutos en la pantalla de Orson Welles; realmente sale muy poco.
La música como un protagonista más. La belleza de las imágenes en la persecución en sombra y luz en las alcantarillas de la ciudad son prodigiosas. Plano tras plano, luz y sombra, oscuridad y esperanza. Una persecución dificilísima de rodar, con grandes dosis de emoción y peligro, un goce para el espectador.

Esta cinta es genial, quizá no quede mucho que decir con referente a ella; perfecta de principio a fin (ese final poético, oscuro y sublime), esas interpretaciones magistrales (Joseph Cotten, Alida Valli, Trevor Howard, Orson Welles), sobre todo Welles, acompañados de un magnífico guión, de una fotografía de ensueño y una narración notable. diez indiscutible y bastante recomendable.

Sí, es un peliculón de visionado obligatorio, historia del cine. Música, actuaciones, fotografía, el reflejo irrepetible de una Viena de la posguerra. No voy a desgranar ahora todas sus virtudes porque para eso cualquier crítica trabajada que le ponga de 8 para arriba será válida y tendrá mucha razón.

Ahora bien, en mi opinión lo fundamental en cualquier película es el guion. Y es que en una película por lo general el público va a que le cuenten una historia. Si el guion/historia es sobresaliente, la película puede permitirse un comportamiento más mundano en algún aspecto secundario que no estropeará el resultado final. Lo que me ocurre con esta película es que el guion en mi humilde opinión cojea con situaciones presentadas o solucionadas a conveniencia de la historia de forma poco lógica/coherente. Por lo que debo terminar en la zona de spoiler.

Vale, la fotografía está genial, el juego de luces, la ambientación de la Viena destruida, los enfoques en picado y contrapicado, “pon otro Orson que parece que hemos puesto pocos”… pero la historia que debería de ser lo más importante flojea mucho. Los personajes son planos, sin matices; el muy malo malísimo que parece un personaje sacado de dibujos animados, la única mujer que, como no, es guapa y tonta, el amigo que no se entera…
También me ha llamado mucho la atención la música; no pegaba con las escenas y es bastante mala. Me alegro por quien haya logrado disfrutarla pero a mi me ha resultado aburrida y predecible.