Top Gun: Maverick

Sinceramente no daba un duro por esta película, pero ante la ola de calor de estos últimos días mi interés se centraba en poder pasar el mayor tiempo posible al fresco de una sala de cine y los 130 minutos de esta se ajustaban perfectamente a mi tiempo disponible. Una vez dentro me di cuenta de que mi apreciación era totalmente infundada y me uní a la fiesta sin ningún tipo de prejuicio.

“Top Gun” es un entretenimiento colosal que no busca nada más, ni nada menos, que llevarte en volandas desde el principio hasta un frenético final. Es el Blockbuster del verano y probablemente del año con más calidad de los vistos hasta la fecha. Es un producto perfecto que contiene todas las virtudes del cine made in USA y como no, también todos sus mantras patrioteros habituales. Un cine que a pesar de ser “bélico”, sigue la estela de títulos como “Armageddon”, Deep Impact” o cualquier otra película muy americana que se nos ocurra porque tiene un poco de todas ellas.

Pero no solo hay acción y espectáculo, la película también ofrece historias de redención, perdón, amor y camaradería que pone a prueba los temples mas imperturbables dejándote al borde de la lágrima; ah no, que era algún mosquito en el ojo. “Top Cruise” está muy cómodo en este papel, probablemente uno de sus mejores últimos trabajos y muy por encima de otros de similar pelaje como “Misión Imposible”, “Jack Recher”, “Obvilion”...Etc.

Mas alto, más rápido y más asombroso es el último vuelo con Maverick , un auténtico crescendo de emociones que no te suelta hasta el final.

Si yo fuese Putin, estaría muy acojonado.

Es cierto que estamos viviendo una época que se esta abusando de reciclar ideas, pero en esta ocasión el material que se ha utilizado solo logró captar más soldados para la marina americana que una película decente. Esta segunda oportunidad que se ha dado a la saga me ha hecho ver que había una buena idea en el fondo.
Aunque si no hubiera sido porque todo el mundo decía que la película estaba bien y que había que verla en cine si o si por la espectacularidad de sus escenas no le habría dado una oportunidad tras lo decepcionante que me resulto la primera entrega. Ha sido una sorpresa muy gratificante, ya que han logrado solucionar todos los problemas de la precuela sin traicionar la esencia de esta y le han dado una calidad a la saga que no tenía.

Es cierto que el personaje de Tom Cruise sigue siendo un chulito, pero es inherente al personaje y algo que suele pasar a los personajes que tienen un don innato para determinada tarea. Pero según va avanzando la película vemos que esa chulería poco a poco se va transformando, y consigue finalmente inculcar a sus alumnos las habilidades que necesitan para realizar su misión. Es cierto que su personaje tiene demasiado peso en la trama, pero él es el protagonista y era algo esperable. Se había agradecido que fuera la película más rompedora en este aspecto como no volver a meter de nuevo una historia romántica o dar mayor responsabilidad a los nuevos reclutas, pero creo que era un riesgo que el estudio no quería asumir.

Como ya he mencionado antes tanto los combates y los entrenamientos son dignos de presenciar, y tiene la tensión suficiente para mantenerte al borde del asiento.

Es cierto que no nos da tiempo a conocer a los reclutas, pero tenemos lo mínimo para poder cogerles cariño o diferenciarlos uno de los otros. Además, la trama de Bradley Bradshaw es un complemento perfecto para la trama principal de la película.

En conclusión, una película que esta llena de referencias a la primera entrega como su música, que, aunque no la hayas visto, es casi imposible que no vibres con ella. Que abandona esa chulería desbordante por una historia de trabajo de equipo, con unas escenas de aviación que logran transmitir esa velocidad al espectador y con la incertidumbre de que cualquier fallo puede resultar fatal. Una película que, aunque no es innovadora, se nota que han hecho un esfuerzo extra para aprovechar ese material original. Muy recomendable.

A estas alturas de la vida, no me esperaba ver ya una secuela de la taquillera ‘Top Gun’, pero la maquinaria hollywoodiense cuando se lo propone es capaz de rescatar cualquier cosa del olvido. No era tampoco un mal momento para actualizar aquella película de Tony Scott que, quizás, vista hoy en día, no pase el filtro actual a ciertos diálogos o situaciones.

Continuamos la historia de Maverick, que lleva ya cerca de treinta años sirviendo como piloto y estancado en el rango de capitán por su comportamiento y porque, en el fondo, no quiere dejar de volar. Su última oportunidad consiste en volver a Top Gun y entrenar a un grupo de jóvenes pilotos para una complicada misión.

Si hay una cosa clara, amigo espectador, es que el éxito rotundo que está cosechando el filme se debe, sin lugar a duda, a la presencia e involucración de su principal estrella, Tom Cruise. Me atrevería a decir que es el único exponente de un star system desaparecido, engullido por producciones plagadas de efectos CGI y el rotundo éxito de las adaptaciones de cómic.

Desde el golpetazo que se dio con ‘La Momia’, Cruise no se mete en un proyecto si no lo hace como él quiere y, para eso, mete a un director en quien confía (Kosinski, con quien coincidió en ‘Oblivion’), alguna cara conocida para que le acompañe en el reparto (como Miles Teller o Jon Hamm y mención especial para Ed Harris, pocos minutos en pantalla, pero la presentación de su personaje nos regala una secuencia para el recuerdo) y un despliegue sensacional e impresionante de aviones seguidos de increíbles secuencias de combate.

Porque no todas las alabanzas se las va a llevar Cruise, el trabajo de Kosinski es excepcional para que todas las peripecias aéreas sean lo más espectaculares posibles y el espectador no pierda el más mínimo detalle de las maniobras llevadas a cabo por los pilotos.

No faltan los guiños y referencias a la original, pero el guión tampoco se vuelve demasiado loco, hay los justos. Me ha encantado que se recupere, aunque sea casi anecdótico, el personaje de Val Kilmer y que el arranque sea casi idéntico al de la original, mientras suenan algunas canciones de la mítica banda sonora.

Resumiendo, ‘Top Gun: Maverick’ es un blockbuster como los de antes, pero con los medios actuales. Una secuela que enlaza muy bien con el argumento de la original y que la supera en espectacularidad y solidez.   

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Sinceramente nunca creí que fuera necesario una segunda parte para una película como Top Gun. Luego de ver la maravilla de película que nos ha brindado Joseph Kosinski. Tengo la necesidad de que me regalen una tercera entrega y ojala que no tengan que pasar 30 años para poder verla.

Parto diciendo que esta secuela es mucho mejor que su antecesora. En Top Gun Maverick, encontramos una película adictiva, emotiva, vibrante y ochentara. Que nos transporta a uno de los mejores blockbuster de lo que llevamos de año. Resulta ser una grata sorpresa el resultado final con que nos encontramos luego de ver esta segunda parte. Satisface con aquellos guiños de su antecesora y le entrega una actualización a una historia de pilotos de aviones de la marina.

Una historia que es capaz de ofrecernos egos, amor, tensión, emoción y nostalgia en 131 minutos, es que lo has logrado medio a medio en brindar una de las mejores películas de acción de un gran estudio en mucho tiempo. Nos encontramos con una película que llega a ser estúpidamente emocionante y conmovedora que hace que adoremos a Maverick y a Tom Cruise con todo el amor posible.

Aquel anhelo que su director se propuso al encargarse de una segunda parte de una de las películas que lo enamoro del cine. Es que ha sido totalmente realizado ese deseo, Kosinski actualiza un clásico popular y lo convierte en un evento cinematográfico en forma de gran espectáculo veraniego. Permite que las nuevas generaciones tengan su propio encuentro con Top Gun, así como muchos lo tuvimos con la película de finales de los ochentas. Es el relevo de generaciones, pero con un plus adicional que es tener una mucho mejor película a su disposición.

El equipo sabe lo que hace y en cómo sabe mezclar la nostalgia, los homenajes y la novedad permite que tengas un ejemplo de como hacer una secuela 30 años después. Tom Cruise, sigue demostrando que es aquel ídolo del aire y de la acción en donde nadie le puede discutir su grandeza frente a la pantalla.

Una banda sonora que nos lleva a los ochentas, una historia de amor ochentera, un montón de referencias ochenteras llevadas a una película de acción moderna con una de las mejores misiones áreas en la historia del cine. Top Gun Maverick vale la pena ver en el cine a pantalla grande y no perderte su última media hora arriba de aviones, música y Tom Cruise.

No soy partidario del cine con aviadores y escenas en el aire, batallas o acrobacias. Tampoco soy especialmente seguidor de Tom Cruise ni del cine patriotero made in USA.

Dicho esto, reconozco que he pasado más de dos horas entretenido, divertido e incluso algo emocionado viendo una película que sabes cómo va a terminar, que puedes incluso adelantarte a escenas y diálogos completos. Y es que estamos ante una película sin sorpresas ni un guión especialmente osado y trabajado pero que está muy bien realizada, con personajes que simpatizan rápidamente con el espectador, una trama que no por conocida deja de interesar y unas escenas de acción fenomenalmente logradas y que, aunque no te gusten los aviones y las batallas aéreas, como era mi caso, te van a atrapar rápidamente.

La película funciona en todos los sentidos: como drama romántico, como comedia romántica, como película de acción e incluso aventuras y, por supuesto, como instrumento patriotero y propagandístico (USA, USA, USA).

El espectador no mira el reloj en ningún momento y se mete en la historia, mero entretenimiento, sin problemas. Tom Cruise está bastante bien, aparecen gente como Ed Harris (muy poquito), Val Kilmer (muy poquito), un solvente Jon Hamm ya muy lejos de MAD MEN, y, sobre todos, una bellísima en su madurez Jennifer Connelly, cincuentona aunque parezca mentira.

Sí, la verdad es que es una película que se disfruta.