Haz click aquí para copiar la URL

Retrato de una mujer en llamas

Drama. Romance Francia, 1770. Marianne, una pintora, recibe un encargo de una condesa que consiste en realizar el retrato de bodas de su hija Héloïse, una joven que acaba de dejar el convento y que tiene serias dudas respecto a su próximo matrimonio. Marianne tiene que retratarla sin su conocimiento, por lo que se dedica a investigarla a diario. (FILMAFFINITY)
<< 1 10 18 19 20 21 >>
Críticas 103
Críticas ordenadas por utilidad
29 de junio de 2020
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Céline Sciamma emprende una exploración exhaustiva hasta los confines del amor platónico y romántico, el amor incomprendido y tormentoso, el amor placentero aunque volátil. Todo ello condensado con una elegancia absoluta en Retrato de una mujer en llamas, drama de época donde una pintora es contratada con el fin de dibujar el retrato de una joven apesadumbrada, encargado por su madre, para una boda de conveniencia.

La autora francesa ha destacado en el panorama cinematográfico por abordar la mirada de las mujeres y las personas LGBTI. Colectivos defenestrados incluso a día de hoy por una sociedad que, aunque con el tiempo mejora, todavía queda un laborioso camino hasta la igualdad real, y personas como Céline Sciamma allanan el terreno con producciones de esta envergadura.

El intenso drama romántico es el eslabón más férreo en el que se asienta el solitario convento de la costa francesa del s. XVIII que será el espacio del desarrollo, época en la que nos introduce la directora desde el primer minuto con una puesta en escena tan firme que la necesidad de diálogo está ausente, máxima que se repetirá durante toda la historia centrándose más en aquello que no se dice mediante palabras, sino con gestos o miradas.

A la hora de representar ese amor prohibido, Sciamma cuida la estética al dedillo poniendo mucha importancia tanto en las composiciones en plano como las composiciones de colores, algo muy significativo teniendo en cuenta que el tiempo transcurre siguiendo la elaboración del retrato por parte de Marianne (Noémie Merlant), único recurso por el que nosotros podemos conocer el tiempo real. En cuanto a colores, algo sobresaliente que emplea la directora es el vestuario para mostrar el estado anímico de sus personajes; rojo para Marianne, símbolo de pasión y revolución, azul y verde para Héloise (Adèle Haenel) representantes de tristeza y unión por el primero e inocencia y serenidad por el segundo. El azul también va a ser representativo para La Condesa (Valeria Golino).

Como es lógico por el título, el elemento del fuego va a estar siempre presente de una forma directa o indirecta, ya sea mediante escenografía o sonido; la chimenea, las velas, la pipa, los sonidos del chisporroteo de las brasas o del crepitar de las ascuas, creando una impecable atmósfera intimista óptima para el desarrollo de los sentimientos, tanto carnales como pasionales, de ambas protagonistas. No obstante, el agua también va a ser un recurso implícito en la fotografía de Claire Mathon, soportado por los colores naturales que implican los exteriores, y que son usados para las representaciones de nuevos embargos emocionales en un entorno apacible, como es la llegada de Marianne a la costa o las ligeras conversaciones mantenidas por las dos en sus salidas.

Dejándose llevar de manera plena por la transmisión de los sentimientos tanto en las relaciones interpersonales entre los personajes como entre el espectador, Sciamma elabora un guión cargado de simbolismo y poética que excava profundamente en las almas de sus dos personajes, exponiendo con discreción y gentileza sus personalidades y diseccionando con pulso quirúrgico mediante un ritmo natural el amor, incomprendido tanto por la sociedad como por ellas mismas, imposible.

El tono melancólico que se emplea durante toda la proyección está al servicio de una aproximación triste pero esperanzadora de la liberación femenina, de la libertad plena, y como una clara reivindicación de la igualdad entre géneros haciendo justicia a tantas mujeres artistas de épocas pasadas silenciadas, ellas y sus obras, como resultado del machismo imperante.

De la misma manera, aunque introducido a la fuerza y de manera algo anticlimática, se hace una ponencia del aborto con el personaje de Sophie (Luàna Bajrami), siguiendo el tema principal del derecho a escoger de la mujer, muy bien hilado y relevado por la línea argumental inicial.

La directora utiliza varios leitmotivs que engloban a ambos personajes en un mismo círculo afectivo, y que son puntos clave para materializar el recuerdo y el carpe diem, otra idea fija en el repertorio de paralelismos que establece la francesa para estimular los sentidos de sus personajes y su público. Esta es, en una primera instancia, la excelente banda sonora de Arthur Simonini y Para One, como la canción de la hoguera (que marca la separación de arcos) y el aria de Antonio Vivaldi perteneciente a Las Cuatro Estaciones. Por otro lado, una Sciamma más literaria se basa en el mito de Eurídice y Orfeo, donde los símiles entre el mito griego y el argumento de la película se suceden desde la primera lectura hasta el desenlace.

Los travelling avant y retro se van a utilizar muy usualmente acompañados de planos cortos en los que se reflejan de manera tenue la tensión que asola a cada personaje durante el trayecto hasta el encuentro, algo que fluctúa hacia nosotros por la imprevisibilidad que embadurna todos los acontecimientos. Las vistas generales y planos de conjunto en exteriores nos ubican en un espacio y tiempo determinados que es difícilmente apreciable en interiores. El equilibrio de los planos es fundamental para crear una narración de este estilo, y Sciamma lo clava sabiendo poner el encuadre en el momento y lugar oportuno para que se sucedan unas preciosas imágenes cargadas de confidencia y erotismo íntimo entre sus dos musas, aún cuando el amor solo es una mera intuición.

Nada que decir respecto a las perfectas interpretaciones del pequeño elenco que conforma la película, sobresaliendo a ambas protagonistas, Adèle Haenel y Noémie Merlant que desprenden una química exuberante a base de compenetración escénica.

Muy recomendada película que, rehusando los tópicos, revisiona la mitología clásica llegando a competir en Cannes a mejor guión contra la aclamada Parásitos (Bong Joon-ho, 2019). Una de las grandes películas del año pasado de una de las grandes promesas del cine francés y del cine universal: Céline Sciamma.
Tiggy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
13 de enero de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La frase: la mirada és la expresión del alma, traduce literalmente lo que expresa esta historia de amor, de ese que embarga y subyuga, que nace en un abrir y cerrar de ojos, de la nada, y a partir de ahí, simplemente flota en el aire.
La sutileza es presente y esencial en todo el metraje, y es lo que va cargando el momento y lo insufla de belleza.
La fotografía medida introduce al espectador a la primera fila de la sala, junto con la casi total ausencia de banda sonora, innecesaria, ya que la música son las miradas cómplices de las protagonistas, y la química sexual que desbordan. Te deja flotando en una nube.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
rubitina
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
26 de diciembre de 2022
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas películas me han sacudido tanto como "Retrato de una mujer en llamas" y no solo por la salvaje belleza de sus paisajes, sino por la veracidad y la sensibilidad de una historia madurada a fuego lento que termina por desbordarse. "Retrato de una mujer en llamas" es una tormenta que comienza despacio y sutilmente, con un cambio de presión, que va aumentando la humedad del ambiente, que cambia el viento y que, finalmente, cuando ya es imposible contenerse, estalla en mil pedazos para cambiarlo todo, para que ya no haya marcha atrás. Céline Sciamma invierte la esperanza, convierte el pasado, lo que ya fue, en la fuerza que nos permite seguir viviendo.

Pero no solo se trata de amor, sino de igualdad, de sororidad, de mujeres que sostienen a otras mujeres. Sciamma convierte a artista y musa en dos seres iguales, no hay quien mira y quién es mirada, sino que ambas contemplan a la otra y ambas participan de la creación de la obra. Y, con sutileza, nos relata el papel de las mujeres relegadas a musas o retratistas debido al veto masculino. "Relato de una mujer en llamas" es también la historia de rebeldía de dos mujeres que se niegan a vivir según la norma y aunque ninguna acabe por conseguirlo completamente, siempre les quedará en recuerdo de que fueron libres en la tormenta.
ladruida1986
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de agosto de 2022
Sé el primero en valorar esta crítica
Retrato de una mujer en llamas es una gran película de amor que destaca por 2 magníficas interpretaciones de sus protagonistas principales y por una puesta en escena espectacular. Hay fragmentos de la película que parecen cuadros, fotografías, realmente espectacular. La fotografía es bellísima, los colores de las imágenes parecen de un cuadro del siglo XVIII.

Para aquellos que la quieren ver, avisar de que es una película intimista y lenta. Hay que tener paciencia y saber valorar otras cosas de una película para entretenerte bien. Hay planos que muchos pensarían que están alargados, sin embargo, gracias a la fantástica dirección de la directora, no solo se me hicieron amenos, sino que los disfruté muchísimo.

Para mí esta película es superior a "Call me by your name", tiene más fuerza en las imágenes y los sentimientos de cada una están muy bien logrados, no hay nada forzado.

Nota: 8/10
Carles Bertran Pujol
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 de junio de 2024
Sé el primero en valorar esta crítica
Se me ocurren muchas maneras de empezar a elogiar "Retrato de una mujer en llamas", pero diré que me ha parecido un completo largometraje repleto de sensibilidad y de momentos cumbre de intensidad enorme. Un drama potente en el que están implicadas dos mujeres, dos seres humanos que se aman y que disfrutan del momento que les toca vivir con la pasión necesaria sabiendo que tienen el tiempo limitado.

De aquí huirán los homófobos y antiabortistas, evidentemente, que les vaya bien allá donde sea que se vayan y dejen tranquilas a estas dos mujeres cuya química es bestial, con sus miradas, sus gestos, sus silencios y una comprensión mutua de la situación de cada una de ellas que me empujan a pensar que quizás sea una de las mejores historias de amor contadas por el cine. Si la poesía es algo que tiene que ver tanto con las formas como con el contenido, entonces lo que tenemos aquí es la máxima expresión de la mejor obra poética transformada en imágenes.

Poco puedo añadir cuando te sientes tan implicado en la historia que llegas al final y se te encoge el alma, algo se remueve dentro tuyo por sentirte de una manera u otra cómplice de su historia de amor. Llegados al momento cumbre, tal vez dos momentos, si se se te escapa una lagrimilla no pasa nada, fue algo de polvo que se te metió en el ojo, cosas que pasan...

Ellas fueron a caer en una época en la que son cautivas de una sociedad que prohíbe su amor: ´gírate´ se escucha también, el mito de Orfeo por ahí, las notas de Vivaldi y los recuerdos de un amor tan bello y puro, tan real que, venga va, qué va a ser nada que se me ha metido en el ojo, lloro de verdad al ver cómo Héloïse lo dice todo sin decir nada en el teatro... Y, claro, pintada en un cuadro...
Luisito
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 10 18 19 20 21 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow