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La esclava libre

Drama Amantha Starr es una bella y rica joven que vive con su padre en una lujosa plantación sureña. Pero, cuando éste muere, la acusan de ser hija de una sirvienta negra, por lo que es despojada de sus tierras y convertida en esclava. Trasladada a Nueva Orleáns para ser vendida, un apuesto caballero la compra en una subasta de esclavos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 27
Críticas ordenadas por utilidad
4 de febrero de 2010
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con que simplicidad, calidad y sentido de lo épico rodaba las películas Raoul Walsh, es impresionante...

Se ha tachado y nombrado varias veces a esta película de ser una sombra de "Lo que el viento se llevó", yo no lo voy a negar, porque varias cosas es evidente, pero hay varios temas morales que llega a abordar más en profundidad, como principalmente el racismo. Hollywood, que siempre hizo emblemáticos los personajes de criados/as como es el caso de Hattie McDaniel, aquí cuenta con un impetuoso Sidney Poitier, que más allá de caer bien se mantiene firme ante sus principios.
Todo lo demás es un melodrama de lo mas mítico y previsible, pero que no pierde el encanto, no sé si será la mano de Walsh, las plantaciones... hay algo de esta película que me atrapa, esa historia de amor para nada cursi (desde mi punto de vista), y ese antiracismo, arrepentimiento de la época, y por supuesto los actores, con un Clark Gable en la línea de su ya mítico Rhett Butler pero con 18 años más (sigue sin perder el atractivo). Yvonne de Carlo deslumbra con su belleza en cada plano, y Sidney Poitier una vez más como figura del hombre negro.

No es "Lo que el viento se llevó", pero no decepciona y va más allá...
Dusty Rivers
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3 de abril de 2016
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias a un excelente libro que reúne las entrevistas que le hizo Jon Halliday, los cinéfilos aprendimos a distinguir que, en el caso de Douglas Sirk, una cosa era el valor del guión y otra el valor de la película. Habrían hecho falta más Jon Hallidays porque no siempre han merecido el mismo juicio de valor los melodramas de otros directores de Hollywood, ni siquiera entre los más ilustres.

Un ejemplo es esta obra maestra de Raoul Walsh, abucheada en su momento por los críticos serios, y demasiado olvidada hoy: al leer las primeras líneas del resumen del argumento uno siente el peso del tío Tom y Scarlett O'Hara, sin su aureola mítica. Lo convencional y lo inverosímil desde el punto de vista narrativo tiene mucho peso en "Band of angels", aunque no más que en muchos clásicos intocables de Hollywood: desde la tormenta tropical que anula las cautelas sexuales, hasta los comentarios para la galería: “hoy ha quemado una parte de su vida”, etc.

La obra de Raoul Walsh está ligada a los orígenes del cine, y pertenece, como los orígenes de la literatura, al género épico. Con todo, el protagonista de "Band of angels", Hamish Bond (Clark Gable), al igual que el general Custer, el Mike McComb de Silver River o el Ben Allison de The tall men, es un héroe esencialmente ambiguo: bastaría un leve desplazamiento del punto de vista para hacer de él un perfecto canalla. Lo determinante para el veredicto no son las acciones del personaje sino sus motivos, y este Bond, como sus antecesores citados, se salva porque está guiado por la ética de la aventura, y no por la del dinero. Esto queda claro desde su misma presentación, precedida por su voz en off, que anuncia: “5.000 dólares”: el dinero y el desprendimiento definen a Hamish antes de que veamos su cara.

Todo es así en la película, modelo de narración clásica y capacidad de síntesis: el relato transcurre con rapidez pero al mismo tiempo está lleno de detalles que quedan siempre como entre líneas, sin ningún gesto para llamar la atención; hay que estar atentos a cómo se enfrentan los personajes y cómo se miran, a cómo se repiten las situaciones a lo largo de la trama, creando significados más allá de lo que dicen los diálogos.

Los derechos civiles de los negros y de las mujeres han avanzado mucho, al menos sobre el papel, desde 1957, pero el centro crítico al que apunta toda la película, la corrupción asociada al dinero como valor supremo, parece resurgir con más fuerza aquí y ahora: por eso, "Band of angels" es más actual que nunca, pese a sus colores pastel, sus coros espirituales y su regusto sutil y delicioso de añeja novela de aventuras.

Fragmento del texto publicado en: navegandohaciamoonfleet.wordpress.com
el pastor de la polvorosa
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7 de febrero de 2015
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al morir su padre, la heredera de una gran plantación sureña (Yvonne De Carlo) descubre ser hija de una sirvienta negra y es vendida como esclava a un maduro hacendado (Clark Gable). Entre ambos nacerá un amor incondicional.

Lujoso folletín racial ambientado en la Guerra de Secesión a la manera de "Lo que el viento se llevó", que flaquea debido a cierta inconsistencia en el guión. Sin llegar a la excelencia de otras obras del autor, posee momentos magníficos y bien vale un visionado. Un Walsh menor, un film mayor.



"Libertad es una palabra blanca."
CINECLUB
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1 de marzo de 2015
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde “El nacimiento de una nación”, la Guerra Civil Americana ha sido protagonista de bastantes películas. En muchas de ellas, la guerra en sí era un elemento secundario. El mayor ejemplo es la excelente “Lo que el viento se llevó”. Después de la Segunda Guerra Mundial llegaron películas que de alguna manera intentaban aprovechar el tirón de “Lo que el viento se llevó” una de esas películas es la que hoy nos ocupa, “La esclava libre”.

Con la “Esclava libre” la Warner Brothers desplegó todo su poderío deleitándonos con una fastuosa producción que contaba con una maravillosa fotografía a cargo del gran Lucien Ballard y la partitura siempre inspirada de Max Steiner. Sentado en la silla del director Raoul Walsh ejercía su magisterio en la última etapa de su larga y rica carrera, el veterano cineasta supo imprimir ese poso de clasicismo que necesitaba la narración, en un relato lleno de épica y romanticismo. La elegancia de Walsh en la puesta en escena y el cuidado diseño de producción convierten a la película en algo más que un mero folletín melodramático y nos permite disfrutar de un cineasta de otro tiempo, casi de otra dimensión, un narrador extraordinario con butaca de primera fila en el paraíso cinematográfico.

Arrolladora la belleza de Yvonne De Carlo, es una lástima que sus recursos como actriz no igualen a los de su fotogenia, descargando el peso interpretativo en su compañero Clark Gable, realmente grande, grande, grande y que impone su carisma en la que fue la tercera película consecutiva de Gable para Raoul Walsh, ambos trabaron una buena amistad, sobre todo en sus largas cacerías por las praderas, y estuvieron a punto de volver a trabajar juntos en “Vidas rebeldes”, dirigida finalmente por John Huston. También destacable la actuación de Sidney Poitier como Rau-Ru, un esclavo negro pero educado por Gable, con una dualidad moral bien definida pero conflictiva, en lugar de gratitud, está lleno de rabia, resentimiento y odio.

Un melodrama desaforado con momentos tremendamente épicos, una película de dramas personales dentro de un entorno de segregación racial. Una entretenida película con la que pasas dos horas realmente agradables.
Juan Marey
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13 de mayo de 2019
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Otra declaración de intenciones de Raoul Walsh, profundamente anti racista y anti esclavista, con la adaptación de la novela “Band of Angels” (1965), de Robert Penn Warren, basada en hechos reales, con una excelente fotografía y una entrañable banda sonora original de Max Steiner que todavía resuena en mis oídos.

La historia, que ciertamente ocurrió en muchas ocasiones, nos lleva a la sinrazón de que una mujer de apariencia blanca es negra y por lo tanto esclava al ser la hija de un hombre blanco y de su esclava mulata. Yvonne de Carlo con su rotunda belleza es esa esclava blanca, comprada a la muerte de su padre por Clark Gable, un perfecto caballero que esconde un oscuro pasado que se nos irá revelando.

Con unos luminosos planos de la secesionista Louisiana y la belleza de sus plantaciones y las casas coloniales se desarrolla este drama con tintes románticos que expresa la dureza de la esclavitud desde que los negros fueron sacados de su África natal, como los esclavizaban, como los vendían en mercados como si de animales se trataran, y en muchos casos, el "síndrome de Estocolmo" que en aquella época no se había diagnosticado ni bautizado, con un joven Sidney Poitier que ya demostraba las dotes interpretativas de las que luego hizo gala.

Notable, 7.
andeltor
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