El justiciero 2

El personaje alcanzado por Denzel no es un simple observador, va más allá de la contemplación del universo que se dispone ordenadamente a su alrededor, como diría Huxley, es un personaje que estudia, escucha y trabaja en el mayor de los sentidos, con equilibrio y sabiduría, atendiendo las penas de todos sea cual sea su religión, sexo o catadura y sean cosas nimias o grandes. En realidad, este justiciero quiere que seas tú también un observador, que tomes partido, por eso The Equalizer 2 es una película para, si eres de los que le gustó la 1, sepas que aquí no ha cambiado nada, que acaso ha mejorado el panorama, porque todo lo que se compromete uno a hacer de buenas maneras, puede ser susceptible de ser mejorado.

McCall es un obrero, un dependiente de grandes almacenes, un taxista, también un camarero, un viajante de comercio, puedes ser tú también, sólo hay que implicarse, si alguien ensucia la calle, nadie la limpiará, pero tú puedes hacerlo con voluntad. Sus palabras están llenas de sensatez, hay que entender que Fuqua nos propone una película de tipo moral, no una película de justicieros para limpiar las calles de esa canalla mierdera, no, McCall es la conciencia que siempre está ahí pero que la gente la esconde, por vergüenza, porque uno quiere ser un tipo duro, pero como señaló una vez el señor Seagal (sí, Steven), todo el mundo quiere ser un tipo duro pero nadie quiere pagar por ello. Aquí McCall es justicia del Apocalipsis, así que no es una simple película de acción, un thriller de toma esto y tira millas, ni mucho menos, es una película de corte litúrgico, de culto sagrado. Cuando el señor McCall, justiciero, va a impartir justicia es un momento apocalíptico, los mares se embravecen, los cielos truenan y el caos se apodera del mundo.

Evidentemente, Equalizer no es un personaje de acción, es un hombre que recopila escritos, momentos cumbres, cielos y horizontes, es un hombre impenetrable, intocable, y como la justicia divina, la venganza es siempre suya. Aconsejable ver a este grande de la pantalla, Denzel, que hace grande a un ya de por sí, gran personaje en una continuación que nada tiene que envidiar a la primera. A mí me gustó más.

Denzel Washington protagoniza y Antoine Fuqua dirige su primera continuación de una de las películas más interesantes que han realizado. The Equalizer (2014) nos presentaba un personaje bondadoso, pero a la vez implacable, puesto que el sentido de su vida era esparcir un poco de justicia en su entorno.

Como película de acción no aporta nada nuevo al género. De hecho, encontramos un argumento común y que tarda en arrancar. La película se molesta en mucho exceso en presentarnos el personaje de Washington y su bondad, cuando realmente esto se trata de una secuela y ya conocemos al protagonista de la entrega anterior. Tampoco conviene esperar grandes escenas de acción, porque realmente se sitúa más cerca del thriller. Aún así, este último punto no debe restar, ya que la acción está bien medida y no desvía la atención de lo realmente importante.

El verdadero mérito se encuentra en el personaje de Robert McCall, que consigue enfatizar a la perfección con el público (otra vez). Más allá de eso, pueden destacarse algunas que otras pequeñas salidas ingeniosas típicas del protagonista sigiloso cual Pantera Rosa. Evidentemente, a destacar las acciones y lecciones morales y éticas del héroe de acción McCall.

En definitiva, buen entretenimiento cinematográfico de evasión, pero poco novedoso.

Nota final: 7,5.

Si la primera parte era pasable, principalmente porque Denzel Washington lleva años sin cambiar de registro, ésta segunda no la salva ni su carisma.
Hecha con un guión sin terminar, en el que no se explica nada, y con unos fallos de raccord impropios de un director con el bagaje de Fucua.
Mejor hubiesen hecho si se hubieran fijado en la secuela de John Wick, en la que van al grano, o sea a la acción, y no dar una vaga excusa para la venganza.
Sin hablar de lo predecible que resulta todo, desde quién va a morir hasta quién es el asesino.
Por eso ésta saga acabó aquí y la de Reeves prepara su cuarto film.

Desde la primera secuencia, el espectador sabe lo que va a encontrar: una buena película de acción y espionaje. Eso es The Equalizer 2, la segunda entrega de las andanzas de Robert McCall el solitario exagente de la CIA que sigue empeñado en ayudar a todos aquellos que están oprimidos.

Mientras que The Equalizer apostaba más por la acción espectacular, la secuela sin abandonar el género, se encuadra también dentro del cine de espías. El pasado del protagonista dentro de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense vuelve a brotar ante los acontecimientos que van ocurriendo. Entre ellos, el asesinato de un agente belga que trabaja para la CIA en Bruselas y que Susan -Melissa Leo-, la antigua jefa de McCall, se ve obligada a investigar en suelo europeo.

No es la única diferencia entre ambas películas. Mientras que en la primera parte de la saga nos encontrábamos con un malo muy definido -interpretado a la perfección por Marton Csokas- ahora el mal no esta tan centralizado. Este matiz, lejos de lastrar la trama, la favorece en mi opinión. Es un mundo muy ambiguo en el que se mueven los espías y el crimen internacional tiene muchas ramificaciones e intereses tanto económicos como políticos. Que el espectador no sepa a quién se tiene que enfrentar el protagonista, ayuda a mantener la tensión y el interés en la trama.

Estas variaciones convierten a The Equalizer 2 en una obra superior respecto al primer filme. Mucho más seria en temática y con un ritmo menos trepidante, pero más constante en su conjunto. Denzel Washington vuelve a estar perfecto en el rol de agente solitario.

Dirigiendo a este compensado reparto vuelve a estar Antoine Fuqua y en el guión repite Richard Wenk. Hay que resaltar la labor de ambos, director y escritor, ya que saben prescindir de la acción que estaba presente en todo momento en la primera parte de la saga construyendo así un filme más interesante y equilibrado. Una propuesta muy digna para estos meses de verano en los que la calidad media de las películas que llegan a nuestras pantallas es menor al resto del año.

Más sobre esta y otras películas en el blog: argoderse.blogspot.com y en la página de facebook: Argoderse

El título de la crítica lo resume.

Equalizer 2 es el ejemplo de como no hacer una secuela, la precuela era una peli con alucinantes escenas de acción y un ritmo ágil, sin embargo, el film que nos ocupa, tienen que rellenar la pelicula con pequeñas subtramas en las que Mr Denzel "equaliza" malos de poca monta.

en mi opinión muy por debajo de la priemra película en todos los aspectos.