El ascensor

El interés de la cinta va relacionada con la proximidad del personaje a la zona de peligro. Las subtramas van diluyendo el atractivo de la obra. Es irregular en atmósfera y ritmo. Visualmente correcta. Su montaje es torpe en ocasiones y efectivo en otras.

Demasiados agujeros de guion. Se deja ver cuando se centran en su reclamo. El resto es puro relleno insustancial. Momentos casposos salpican el metraje.

Un producto neerlandés de serie B con bajo presupuesto de los años ochenta. No esperaba otra cosa.

El elevador instalado en un bloque de oficinas parece traer disgustos a más de uno. Su sistema de engranaje falla desde una tormenta provocando intentos de asficia e incluso algún que otro decapitamiento. Felix (Huub Stapel), un mecánico de ascensores, al comprobar que todo está en regla, sugiere la posibilidad de que el fallo provenga del sistema eléctrico; un sistema de microchips de muy dudosa elaboración. Pero decide investigar por su cuenta cuando las muertes se suceden ayudado por una periodista sensacionalista (Willeke van Ammelrooy).

Cineastas de los Países Bajos que han apuntado muy alto en el campo sumamente comercial, me vienen dos en mente; Paul Verhoeven (Desafío Total) y el que fuera su director de fotografía Jan de Bont (Twister). Pero no hay que olvidarse de Dick Maas que después de su posterior éxito “Amsterdamned; Misterio en los Canales” (1988) y las populares comedias locales sobre la familia Flopper, dirigió “Presa del Pánico” (Do not Disturb, 1999) entretenida cinta de suspense interpretada por William Hurt y Jennifer Tilly.

“El Ascensor” bebe precisamente del suspense para adentrarnos en una sobrecogedora atmósfera en que la claustrofobia (la angustia de quedarse encerrado), y la tecnofobia (un elevador demasiado inteligente como para estar estropeado) se unen. Ya rezaba el lema publicitario del film en su estreno: “Por las escaleras, por las escaleras… ¡Por el amor de Dios, sube por las escaleras!”

El ascensor se trata sin duda alguna de una película exótica y curiosa. Ya las frases de reclamo que utiliza en la portada de la película se tratan de un acertado guiño-Utiliza las escaleras!-reza el lema. Un pequeño comentario acerca del doblaje, si tenéis ocasión, huid de él como alma que lleva el diablo. Especialmente horroroso en la primera secuencia de la película (la fiesta entre burgueses), parecen voces sacadas de una película de Alfredo Landa.

Cierto que pertenece al género de terror (aunque coquetea también con la ciencia ficción y el thiller) y está realizada en los años ochenta (más exactamente en el 1983), decáda en la que este tipo de películas afloraron por doquier, pero la película no es precisamente una más de la producción Hollywoodiense, sino que se rodó en Holanda y además tiene un argumento bastante interesante, que puede recordarnos a películas como “Duel” (película de un joven Spielberg, traducida el español con el poético título de El diablo sobre ruedas) o a “Christine” del maestro del terror, John Carpenter. ¿Qué comparte con estas películas?

A diferencia de la gran cantidad de slashers ochenteros en el que el enemigo de la película se trata de un desquiciado asesino en serie ávido de sangre, el ascensor, como indica el propio título de la película, el enemigo se trata del mal mismo, condensado en la figura de un inocente ascensor de un rascacielos. Así pues, la conducta del mal queda totalmente inexpugnable para el espectador y para los propios personajes que sufren las malvadas consecuencias. Realmente, al igual que en “El diablo sobre Ruedas” la sensación de no saber con que enfrentarse y de hallarse totalmente indefenso ante el enemigo, se cumple a las mil maravillas. Es ese juego sádico en el que el propio elemento maligno hace y deshace, como a él le da la real gana. La primera secuencia es una gran demostración de esto. El ascensor ha hecho con los personajes de esta primera secuencia lo que ha querido y pese a tenerlos en su mano, no ha acabado con ellos. No hará lo mismo con el pobre ciego, escena esta, en la que el director juega con dejar en suspenso el terrible suceso que el espectador está a punto de contemplar. Seguramente Dick Mass también vio “el resplandor”, pues hay algunos planos (del ascensor) que parecen un claro homenaje a la película de Kubrick.

Es una pena pues, que siguiendo este esquema la película haga un último giro, abrazando la ciencia ficción y tratando de justificar las acciones del ascensor de alguna manera, pero era la manera más fácil que tenía el director para poder acabar con la película y acabar justificando de manera rápida la entidad del ascensor, para que el espectador exigente de explicaciones innecesarias sea saciado.

Más allá de psicologías malignas, la película tiene bastantes defectos de la época. La trama es realmente endeble y en vez de sustentarse en algún pilar que pueda elevar el contenido del film, se dedica a componer un compendio de diversos fragmentos que apenas tienen fuerza si se unen entre ellos. No ayuda además que la trama de la película se vaya por las ramas cada dos por tres, incluyendo alguna subtrama que no ayuda precisamente a la película, como los diversos dramas familiares del personaje principal.

El propio director elaboró parte de la banda sonora, sirviéndose de diversos instrumentos sintetizadores, que la verdad es que dotan un ambiente malsano a la película y consiguen crear una atmósfera propia para el ascensor.

Desgraciadamente la película se convierte en un entretenimiento más pasaratos que otra cosa. Cumple eso sí, como entretenimiento salvaje y puede evocar en el alma de los nostálgicos ochenteros aquellas películas que tanto abundaban en aquellos años, que con apenas dos o tres chorradas se construía una película entera. Desgraciadamente la carrera del director Holandés no fue demasiado fructífera y pese a dirigir un remake de esta misma película, esta vez en los estados unidos, no logró convertirse en repudiado director del género, aunque es cierto que la película gozó de un interesante éxito en su país de origen, los países bajos.

http://neokunst.wordpress.com/2013/04/23/analisis-filmico-el-ascensor/

Supongo que el hecho de no haberla visto nunca cuando era pequeño, y en cambio haberla visto por primer vez en el 2012 ayudará a que no me deshaga demasiado en elogios ante esta película.
Reconozco abiertamente que soy de los que cuando una película me emocionó realmente siendo todavía un niño, poco me importa que el paso del tiempo vaya degradando progresivamente la esencia y la calidad de la misma, o bien la acabe encumbrando en lo más alto de la historia del cine. Nunca deja de ser una de mis películas favoritas (La princesa prometida, Los Goonies, Exploradores, Alien, Depredador, Dentro del Laberinto, etc, etc, etc...)
Nunca sabré si esta hubiese sido una de ellas...pero sospecho que no.
No es que la historia esté mal pensada, y que el argumento no sea original, por lo menos en su idea. También es cierto que la trama propone un hilo conductor en el primer tramo que es seguido en buena medida por el espectador, quien incluso siente que se generan ciertas expectativas. Es verdad, asimismo, que crea algún sobresalto inesperado, y que la atmósfera de misterio que envuelve al dichoso ascensor se palpa, aunque sea en un estado latente...
Pero todo ello se hace casi casi insuficiente. No llega uno a sumergirse completamente en ningún momento en la película. Todo se convierte en un transcurrir de historias sin demasiado fondo, que te hacen esperar hasta un final de película que tampoco se puede calificar de legendario.
El aprobado se lo doy por ser cliché de película ochentera de terror, que es un género que me encanta, y porque viéndola he sentido guiños hacia otras películas del mismo tiempo y estilo (El muñeco diabólico, Sueños eléctricos, etc...) que sí me tocaron la fibra en su día.
Ah! y porque mi casa de cuando era niño siempre fue un piso 15, en la que el ascensor era vital, jeje...

El ascensor de Dick Maas es una interesante aunque no demasiado respetable película. Actualmente es una cinta que te choca por varios aspectos, como por ejemplo la música obviamente ochentera que eso sí, no dejará a nadie indiferente, y unos efectos visuales pasados de rosca.
Las actuaciones no son mucho mejor, por no decir que en algunos momentos pueden llegar a ser lamentables, casi tanto como la música. Y qué decir de la dirección, que sin duda es cuanto menos singular, y consigue hilar una trama embrollada y torpe.
Aunque eso sí, podríamos decir que mantiene el tipo a la hora de "dar miedo", así como de mantener la intriga y el suspense, ya que hasta el final te mantiene en vilo y no se descubre que es lo que pasa en el ascensor. Y aunque su conclusión puede llegar a estropear un poco la historia que se cuece, es merecedora de cierto elogio, ya que entretiene y consigue su cometido de género de terror.
En definitiva, un film aceptable al tener una historia con miga en su interior, que desde luego no pasará inadvertida para todo aquel que la vea. Y mucho más para todos aquellos que ya de por si tengan respeto a la hora de subir a un ascensor, ya que después de verla, le costará un poco más.