The Greasy Strangler

Una absoluta bizarrada que empieza con un par de secuencias verdaderamente divertidas pero que, pese a que éste tono sea premeditado, acaba perdiendo rápidamente la gracia a fuerza de repetir bromas y situaciones que hacen que su absurda historia no termine de arrancar nunca.

Si encima sumamos que todo en ella es desagradable de ver, se entenderá que se me hayan hecho eternos sus 90 minutos de duración.


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“The greasy strangler” tiene una sinopsis tan extraña como es la propia película. Personajes con aspecto extremo (tanto a nivel físico como estético), argumento sin pies ni cabeza, situaciones donde se pone a prueba al espectador con repetición de diálogos hasta la extenuación, humor grotesco y chabacano, escenas gore y una banda sonora machacona forman ésta película imposible de clasificar. La verdad es que todavía no se pronunciarme sobre si me ha gustado o me ha parecido algo infumable. Tiene sus momentos, no deja indiferente y es un gran homenaje al cine de serie Z. Acercarse a ella con cautela.

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Después de ver este año en el Festival de Sitges "An evening with Beverly Luff Linn" de Jim Hosking, (un inclasificable director de cine) y conseguir que me riera un montón con la película, me recomendaron su anterior film aun mas bizarro "The greasy Strangler" difícil de procesar todo lo que vas a ver, todo lo grotesco y escatologico que te puedes imaginar aparece aquí. Un cine serie Z que no llega a los niveles de "Human centipede"de Tom Mix (menos ofensiva porque está en clave de humor) pero al igual que este, consigue incomodar a la audiencia. 

El guión absurdo nos cuenta cómo un padre y un hijo (Big Ronnie y Brayden) llevan a cabo "recorridos turísticos a pie por discotecas" con gente de lo más extraña, vestidos de rosa a juego y en una ciudad que parece ser Los Ángeles . Pero un día, una mujer coqueta llamada Janet (Elizabeth De Razzo) toma el tour y seduce al virgen Brayden, pero la infiel Janet se acuesta también con el padre, lo que provoca en el una reacción convirtiéndose en el estrangulador grasiento, empapado de aceite de arriba a abajo y desnudo sale a matar...

Producida por Elijah Wood y Ben Wheatley el icónico director de "Turistas"y "High Rise", se agradece la valentía en afrontar este tipo de proyectos tan alejados del cine convencional con unas narrativas poco normales. Todo esto está filmado en un estilo inexpresivo de los actores y con una partitura musical abrasiva que enfatiza lo escandaloso y ridículo que es todo.

Irritante y desconcertante con buenos momentos de humor absurdo harán que la odies o que te guste.
Destino Arrakis.com

Perturbadora cinta de comedia de terror que basa su premisa en dejar al espectador totalmente descolocado y con nauseas varias. Son el tipo de cintas que justamente tienen fama porque la gente habla de lo raras y asquerosas que han sido. Tenemos a un padre y un hijo bastante peculiares a la que se le suma una chica algo más normalita mientras un asesino grasiento —literalmente hablando— hace de las suyas por la ciudad.

No recomendada para estómagos sensibles, muchas veces se dice pero pocas son tan ciertas como esta. Si te gustan las películas que te dejan con los ojos en blanco pero que a su vez no puedes dejar de mirar esta entonces es la tuya, te la recomiendo totalmente. Solo por la escena del detective ya la película merece un pu*o Óscar al mejor guion original.

Por cierto, también había uno en España que decía que le había hecho unos macarrones a Michael Jackson y otro que decía que le había plagiado «Thriller» que en español sería «son pesadillaaaaaaaaaas». En el sitio de agregado de críticas tiene un cincuenta y ocho de cien que quiere decir que las críticas profesionales son mixtas o promedio y en la tomatá tiene un sesenta y tres de cien.

Me resulta difícil escribir algo con sentido sobre esta locura. Pero vamos a intentarlo. Esta cinta es una grasa. También una comedia absurda y escatológica. Pero no todo son pedos. Hay caca. Y algo de inteligencia entre la grasa. La película parece funcionar a dos niveles: el superficial es básicamente sobre genitales; pero por debajo hay un humor más fino, más basado en la complicidad con el espectador, con diálogos y momentos que recuerdan incluso (¡perdóname John Cleese!) a Monty Python. En 90 minutos la cinta es capaz de crear sus propios memes, forzar algunos running gags e incluso entrar en el metalenguaje grasiento. Está todo a medio camino entre la genialidad y la estupidez sin remedio. Se merece mi admiración. Y algo de mi desprecio.