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In-Sectos

Terror. Drama Un paranoico veterano de guerra, que ve insectos por todas partes, se encierra con una mujer solitaria en una siniestra habitación de motel en Oklahoma. (FILMAFFINITY)
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Críticas 26
Críticas ordenadas por utilidad
28 de enero de 2009
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para hacer una película como “Bug” se debe tener agallas y es eso lo que, en primera instancia, hay que reconocer en William Friedkin, quien hace más de 30 años produjo escalofríos con el clásico de horror “The Exorcist” y ahora lo vuelve a lograr a través de este increíblemente modesto film, que, con su ejecución desnuda e intensa, constituye una experiencia auténticamente aterradora.

Situada dentro de las cuatro paredes de un motel, resulta notorio que la película está basada en una obra de teatro, la misma que aborda la extraña y autodestructiva relación que surge entre una mujer solitaria (Ashley Judd) y un veterano de Vietnam (Michael Shannon) perseguido por horribles alucinaciones de insectos. En este contexto la cinta plantea un gran reto que todos sus actores superan portentosamente: Harry Connick Jr. es una presencia agresiva que se contrapone a la vulnerabilidad enfermiza de Michael Shannon mientras, la aquí extraordinaria, Ashley Judd muestra, a través de su rostro, una inagotable gama de emociones y se involucra con tanta sinceridad en el rol asignado que su transformación de verdad espanta.

Realmente “Bug” es teatral, extraña y difícil de recomendar (es del tipo que la mayoría de la gente odia) pero no es menos cierto que, dentro de sus propias limitaciones, ofrece una original, hermética y retorcidamente erótica perspectiva de la paranoia, elevada a proporciones inverosímiles para generar un ambiente alienado del que uno quiere, desesperadamente, escapar… y ese es, precisamente, su éxito.
Luigi De Angelis
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13 de enero de 2010
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agnes White (Ashley Judd) es una camarera solitaria con un pasado trágico que vive encerrada en una habitación de un motel en Oklahoma, ella también vive temiéndole a su agresor ex marido, Jerry Goss (Harry Connick, Jr.), que ha salido de la cárcel recientemente y llama por teléfono para perturbarla.

Su amiga, R.C. (Lynn Collins) le presenta a Peter Evans (Michael Shannon), un cliente que conoció esa misma noche en el club nocturno que ambas trabajan.

Peter es un hombre que luce común y corriente, pero esconde un pasado oscuro y tenebroso. Cuando inicia un romance con Agnes, comienza a sugestionarla con las cosas que cree y ve.

Peter es un ser paranoico y desquiciado veterano de la Guerra del Golfo que ve insectos en todas partes, y que cree que es la primera señal de que van a infestar el mundo. Poco a poco irá contagiando a Agnes con su mal.

El film nos presenta cuatro personajes perturbados mentalmente, Agnes, Peter, R.C. y Jerry, por diferentes razones, hasta el momento cada cual ha podido trabajar con sus temores y frustraciones. Pero el que ellos se unan, permite que compartan sus inquietudes y esto hace que cada uno se identifique con el otro, como una forma de protección y seguridad.

La película tuvo un presupuesto $4 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $7 millones en EEUU solamente, más $1,3 millones por la venta del DVD, además recibió tres nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, de los cuales gano un premio en el Festival de Cine de Cannes.
operez
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18 de diciembre de 2012
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bug es la adaptación cinematográfica de la obra teatral (homónima) del dramaturgo americano ganador del Pulitzer Tracy Lett, y narra la historia de una camarera llamada Agnes White (Ashley Judd), que trabaja por las noches en un bar de lesbianas junto a su amiga R.C. (Lynn Collins), y vive, o más bien malvive, sola en un motel en mitad del desierto de Oklahoma, ahogando en alcohol y drogas un pasado traumático. Una noche R.C. le presenta a Agnes un hombre llamado Peter Evans (Michael Shannon) que ha conocido en el bar donde ambas trabajan. Este tipo anodino y retraído, guarda un terrible secreto, su pasado. Para completar la situación de partida y complicar el romance, extraño e intenso, entre Agnes y Peter, Jerry (Hary Connick, Jr.), el marido de Agnes, sale de prisión y tiene la intención de volver con su mujer.

Esta premisa (que bien podría haber sido un drama costumbrista de la América profunda en otras manos) repleta de perdedores que son incapaces de afrontar sus miserias y frustraciones, y que se desarrolla prácticamente en su totalidad entre las paredes de la habitación de un viejo y polvoriento motel en mitad de ninguna parte, se convierte o muta, gracias a Friedkin y el delirante guión de Lett, en un thriller psicológico y paranoico con brotes de violencia extrema que a su vez no es más que el reflejo del mundo capitalista y globalizado en el que vivimos. ¿Acaso no es la especie humana la plaga más letal y devastadora que transita la faz de la Tierra?

Peter (Michael Shannon) arrastrará al resto de personajes a una espiral de enajenación cuando colisionen por un lado los conflictos interiores que este sujeto porta como consecuencia de su pasado belicoso (es veterano de la Guerra del Golfo) y las necesidades de libertad por salir de una rutina insoportable que profesan el resto. La locura de Evans se plasma en forma de bichos, insectos que poco a poco invaden la casa donde se aloja, de igual forma que su demencia y fanatismo se inocula en la mente de Agnes. Esta, tratando de escapar de sus demonios interiores abraza la tabla salvadora en forma de esquizofrenia-paranoide que le ofrecen los insectos de Evans, mientras R.C. trata de advertirle de los peligros que corre y su marido intenta retroceder a una situación pasada que hace tiempo desapareció. Debido a la multiplicidad de capas y lecturas que ofrece la cinta, tal vez deberíamos replantearnos su visionado colocando el foco de atención en Agnes y cómo es esta la espoleta que detona la acción o…

En el fondo, todo el discurso del film y que he intentado esbozar sin desvelar nada trascendente, no es más que una metáfora de la ideología NeoCon que arrasa EE.UU y parte del mundo occidental (escenificada en forma de paranoia que se materializa como insectos), donde todos a priori son potenciales enemigos de los que hay que desconfiar (máxime después del 11S) y que pese a existir una minoría racional que trata de detener la “plaga” que se propaga desbocada (intelectuales que denuncian las “malas artes” del gobierno americano) no son capaces de detenerla. Ya que (nos guste o no) sólo existe una forma de combatir una plaga.

El director nos sumerge de forma pausada (que no lenta) en la frustrada vida de estos fracasados para golpearnos en la mandíbula con brotes de violencia y locura que no somos capaces de percibir hasta que es demasiado tarde. Al igual que ellos (Shannon y Judd), los espectadores, tenemos el cuerpo cubierto por costras que nos provocan una picazón insoportable y que no podemos detener. ¿Cómo han llegado esos malditos bichos invisibles pero voraces hasta nuestro cuerpo? La respuesta la debemos buscar en Friedkin, que despliega todo un recital de buen hacer narrativo, a través de una planificación sensacional de las escenas, aprovechamiento máximo de los espacios, perfecta utilización de la luz (magistral la fotografía, sobre todo en su fase final de la cinta) y un uso del sonido y montaje que nos sumerge en la locura y paranoia de Peter y Agnes y nos hace partícipe de su degradación.

Además del buen uso de los recursos técnicos, jamás se habrían alcanzado las cotas de ambiente malsano y enfermizo que se consigue sin la estupenda interpretación de los actores de la cinta. A pesar del escaso reparto, sobresalen y de qué manera, Ashley Judd y Michael Shannon, los cuales nos brindan una de las mejores interpretaciones de sus carreras. Todo apuntaba hacia el descontrol y el histrionismo más desbocado, pero bien dirigidos por el pulso firme de Friedkin, Shannon y Judd nos resultan creíbles en sus delirantes y fanáticas idas de olla. A lo que habría que añadir una magnética erótica viciada que destila Ashley a lo largo del film, pese a lo desaliñado, mugriento y afeado del aspecto de su personaje.

Recomiendo (aunque soy consciente que no es apta para todos los gustos) esta incomoda, intensa e insólita película que perdurará bastante tiempo en la memoria de aquellos que la vean (sobre todo por la contundencia, valentía y “coherencia interna” con la que se cierra la función), aunque debe dejarse claro que pese a lo terrorífico y cruel de lo que se nos muestra, esta película no es de terror (aquellos que busquen una película clásica del género que no se adentren aquí, pues no hay asesinos enmascarados, ni fantasmas vengativos, ni zombis sedientos de carne), pero sí una bizarrada (muy disfrutable) que te precipita al abismo de la sinrazón de una mente perturbada. ¿O muestra una realidad estremecedora y molesta que no queremos reconocer?

Para una reseña más extensa ver:
http://elcuervoenteradillo.blogspot.com.es/2012/12/critica-bug.html
Vagabundoespiritual
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31 de mayo de 2009
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Particular forma de llevar la locura hasta sus últimas consecuencias. Friedkin elaboró una historia en base a la enajenación de una pareja que se siente invadida por insectos que los consumen poco a poco y lo cierto es que a medida que avanza la peli uno siente la presencia de esos bichos por todos lados, al extremo de perder el hilo conductor que movilizaba al guión.

Poco clara resulta la relación entre Peter y Ashley, hay algo de viscoso y ríspido en ellos mientras que la violencia gratuita y enfermiza corre por parte de Harry Connick, una ex pareja de la protagonista que a su vez lleva los pergaminos de ex convicto. Lo cierto es que de una trama que desde un principio amenazaba con formar un triángulo de riesgo poco a poco esta historia se va diluyendo, el hombre golpeador va quedando de lado hasta casi desaparecer por completo de la peli para que esta quede en manos de la locura, y aquí todo se va de madre. Incluso esas pelis que se esmeran por realizar un retrato fiel de la enajenación mental guardan por lo menos un sentido de la organización, algo que en Bug brilla por su ausencia: si los diálogos resultan tan inconexos y las ideas delirantes tan...delirantes es porque el director creyó que al generar una espiral demente dentro de ese hotel campestre su obra ganaría en consistencia, y ocurrió todo lo contrario.

Desprolija, desfazada, Bug encuentra puntos altísimos en la actuación de todos los actores, pero estos no pueden levantar por si solos esta maraña de trama que se pierde en la misma enajenación que narra.
Juan Rúas
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18 de julio de 2010
6 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película muy perturbadora y muy de actores y para actores, de hecho está basada en una obra de teatro. Aunque tarda bastante en arrancar la verdadera trama, engancha desde el principio, con una primera parte al servicio de la actriz Ashley Judd, que sorprende gratamente, y una segunda parte acompañada por el también impresionante Michael Shannon, ya inmersos en el desconcierto y regalándonos un genial duelo interpretativo. No entiendo cómo no los tuvieron en cuenta a ninguno de los dos para los Oscar. Si por este papel no estuvo nominada Ashley Judd, nunca lo estará (su compañero si consiguió estarlo años después gracias a Revolutionary Road). La dirección y puesta en escena logran asustar e intranquilizar de una forma muy simple y sútil.
Lo mejor: las actuaciones sobresalientes de los protagonistas.
Lo peor: el desarrollo puede llegar a ser un tanto lento.
Serch
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