Felices Pascuas

Es el día 22 de diciembre. A una familia les toca en una rifa de lotería de Navidad un borrego. El padre, desilusionado por la suerte, se lamenta por el dinero. Los críos, encantados con el borrego y la mujer, preocupada por que su marido no esté enfadado con ella también. Finalmente deciden servirlo en la cena de Nochebuena, asado, pero nadie es capaz de matar al animalito y el mismo día de Nochebuena se lo roban. Como ya se habían encariñado con el bicho, comienzan a buscarlo y es aquí donde comienza la odisea para dar con el borrego.

La película se hace lenta, quizá debido a que no sabe ofrecer algo que provoque interés por seguir viendo la película con ganas. Supongo que el hecho de ofrecer unas interpretaciones simples y correctas tiene algo que ver, pero en mi caso he terminado de ver la película por no dejarla a medias y esperando que mejorara.

La verdad que me ha costado mucho ver esta película de una vez porque es una historia muy banal que se alarga y alarga y resulta demasiado pesada.

La película tiene un buen arranque, comienza bien pero la historia del cordero se hace insoportable y no te deja ver el resto de cosas que la película o la historia tienen, como por ejemplo el retrato de la pobreza en España de los años cincuenta.

Toda la historia pasa de una manera graciosa y divertida además de aburrida, pero en el fondo hay una gran crítica social sobre la pobreza social del momento.

Años más tarde este gran director nos demostrará que es un gran maestro pero aquí se ve la esencia de una genio de nuestra tierra.

Esta película tiene interés al saber quien es el director pero en realidad es una historia demasiado aburrida y banal.

En medio de las grandes películas de Bardem (Cómicos, Calle Mayor, Muerte de un ciclista) hizo esta, sin duda menor, pero interesante en la historia del cineasta.
Un cierto fallo es el actor. No sé bien por qué pero se nota que es francés, y no tiene ese casticismo madrileño que aquí habría venido bien. Ella, Julia Martínez, está muy bien.
Muy buena la introducción, el 22 de diciembre, el día de la lotería, con una selección de imágenes bien escogida.
La escena en la comisaría, en la que todos acaban llorando, al imaginar la muerte del corderillo es inmensa. Una vez más, en estos años, la buena influencia del neorrealismo italiano.
Un detalle curioso: no sé si lo he entendido bien pero en el villancico que cantan unos niños cuando salen los créditos iniciales se dice ¡Viva la censura! rimando con ¡Viva el señor cura!
Y un anticipo de la sensibilidad animalista que se haría muy extensiva muchos años después. Las imágenes del corderillo son entrañables. ¿Quién se atreve a matar a un animalito así?
Una extraña función monjil de Navidad, representando la muerte del Bautista, con cabeza decapitada y todo y una niña bailando como Salomé. Todo un poco deslavazado pero tiene su interés. Las escenas del ejército movilizado, hasta las más altas esferas, por culpa del corderito, no dejan de tener su coña. Con los secundarios de toda la vida, Alexandre, Pantaleón, Xan das Bolas...Y López Vázquez aunque sea un minuto.
Y como siempre en estas películas antiguas el documento de ver calles, vestidos, costumbres del Madrid de la época. Y la influencia yanki: en la tómbola de las monjas se rifa una plancha americana. El barbero que quiere poner su propia barbería la llamaría “Barbaría americana”.
A pesar de las desigualdades del desarrollo el final es buenísimo.

Un matrimonio de escasos recursos económicos gana un corderito en una rifa navideña. Su intención es cocinarlo para la cena de Nochebuena, pero sus hijos se han encariñado del animal…
Uno de los primeros filmes de Juan Antonio Bardem fue esta comedia de encargo, cuyas posibilidades críticas se verían parcialmente diluidas en honor a un humor blanco y moralizante, específicamente animalista. Hacia el final del metraje reconoceremos a futuras estrellas de nuestro cine desempeñando papeles secundarios.

“A quien se le diga que has cambiado 15.000 pesetas por un cordero…”

Entrañable y divertida historia sobre una familia que, bendita (maldita) suerte la suya, es agraciada en un sorteo con un pequeño cordero blanco, al que llamarán “Bolita”. Las peripecias de los niños, el padre y la madre, en vísperas de Navidad por Madrid, al son de un cordero cuyo destino parece escrito, dan para unas risas y agradarán a pequeños y grandes. Es ésta una película sencilla, sin mayores pretensiones, para ver en familia y dejarse llevar.

Tierna, encantadora, graciosa. Si es que lo tiene todo, es incluso gamberra. Con qué descaro se ridiculiza y critica al Ejército, aludiendo incluso al oficial de mayor graduación. ¡En los cincuenta! ¡Jesús, María y José! Qué censura más tonta la de entonces, ¿verdad? ¿Estarían buscando escotes y comunistas y no notaron la patada en los huevos?

Bien en cualquier caso por Juan Antonio Bardem, que no sólo nos hace disfrutar como enanos con las andanzas del borrego y familia, sino que además se permite hacer travesuras entre beeeeeee y beeeeeeeee. Así es imposible resistirse. ¡Larga vida a Bolita y… Felices Pascuas!