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Dantza

Musical. Drama Musical que, a través de danzas vascas y toda la simbología que estas recogen, compone una historia sobre el ciclo de la vida y la evolución del hombre. Una historia de esfuerzo, dominio de la naturaleza, mitos, lucha por la supervivencia, fiesta, amor y muerte donde los gestos, las canciones, los ritmos y todo el amplio abanico del lenguaje no verbal arropan el discurso central que tejen los bailes.
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Críticas 7
Críticas ordenadas por utilidad
18 de diciembre de 2018
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La riqueza del folclore vasco

Dantza cuenta dos historias en una. Por una parte, narra el nacimiento del fruto de la tierra, la lucha contra las plagas, la recolecta de la manzana y su conversión en sidra. Por otro lado, el enamoramiento y posterior boda de una joven pareja. Ambas historias hiladas a través de la celebración del festival de la bebida autóctona. El folclore vasco se encuentra presente en todo momento.

Es incuestionable la riqueza de la tradición y la mitología vasca y es algo con lo que el director juega en todo momento. Los tambores, las flautas, los cascabeles… crean melodías que empujan a la acción de los personajes. Estos danzan, saltan, se ríen, luchan… todo se forma a través de su forma de moverse, en una celebración de la vida, la muerte y el amor.

Los bailes y las melodías típicas oscilan entre los más cercanos al ballet a o a las polcas e incluso a las melodías célticas, en una reedición de los grandes clásicos: ezpatadantza,, sokadantza, galaiena , zinta dantza, sagardantza…. De esta forma, la danza vasca llama a hacerse un lugar como forma de expresión, al igual que lo han hecho en otras ocasiones otros bailes regionales. Este es el caso del filme Flamenco del célebre realizador Carlos Saura, una clara fuente de inspiración para Dantza.

Poesía visual vasca

Dantza desde el principio deja claro su objetivo, el baile es la forma de transmisión de un lenguaje propio. Las palabras sobran, tan sólo alguna en vasco tienen presencia a lo largo del filme. No hace falta más. Los cuerpos como instrumento y el lenguaje no verbal crean una historia a seguir, que tiene su apogeo en la historia de amor, la cual deja con ganas de más.

La narración se centra no se sabe muy bien en qué momento de la Edad Media, a juzgar por la vestimenta de los personajes. La película para ello ha contado con más de 250 dantzaris, con una revisión de los trajes típicos de la zona.

Las localizaciones entre el País Vasco, Navarra y Aragón cuidan las estética al milímetro y eso se nota, desde los campos a las edificaciones antiguas. Los paisajes son extraordinarios y aprovechan el juego de luces de los amaneceres y los atardeceres, la noche, el día, y la explosión de todos sus colores. Verde, azul, rojo… los colores de la naturaleza están muy presentes.

Los planos son cuidados con mimo y con un gran acierto. Dantza muestra desde un inicio la presencia de los cuatro elementos: tierra, agua, fuego, aire, así como da vida a componentes naturales como el arco iris, los árboles o las plagas. También hace uso del transcurso de las estaciones y de la vida y la muerte a través de ellas. No es de extrañar por eso que Greenpeace haya otorgado el premio Lurra de este año a la película, por mostrar el medio ambiente desde un punto de vista tan bello. A veces incluso desde un tono cómico, como en el caso del florecimiento de las manzanas.

Falta de valentía

Y como no hay arena sin cal… Las escenas a veces abusan de la paciencia del espectador. Algunos momentos se hacen demasiado pesados debido al abuso de coreografías excesivamente largas y que cuentan poco. Si bien es cierto que en muchas ocasiones cosas tan simples como cambios de personajes o la personalización en alguno de ellos evitan precisamente este hecho. La irregularidad entre las escenas es palpable. Aparte, en algún momento se presentan también cambios muy bruscos entre ellas, que pueden verse demasiado forzados.

Pese a que se trata de danzas tradicionales, da pena que el largometraje no se atreva a dar un paso más con el folclore y simplemente lo muestre como un mero escaparate. Bien visualizado podría ser una fantástica vía de acercamiento de los más jóvenes a lo tradicional. Entendamos ese acercamiento con una revisión actual. Sorprende que todas las parejas sean aún de chicas y chicos, y los hombres y las mujeres estén separados en muchas escenas. Es cierto que la historia transcurre en el pasado, pero quizás ese punto de falta de valentía de abordar ciertos aspectos puede llegar a recriminarse.

Conclusión

La mitología, el costumbrismo y la tradición vasca son expresados de forma magistral a través de los bailes regionales. La estética es el punto fuerte de Dantza donde cada plano presenta una belleza sublime y muy cuidada. Esnal expresa gustosamente una historia bien hilada basándose en lo visual, la pena es que no se atreva a ir a un paso más allá. La historia se desdibuja a ratos y se hace demasiado pesada.

Escrito por Miguel Angel Romero
https://cinemagavia.es/dantza-critica-pelicula/
Cinemagavia
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21 de diciembre de 2018
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dantza refleja un elemento profundo del pueblo vasco como es la dantza con amplios significados. Es una puesta al día con una estética -y fotografía- innegablemente bella. Uno podría pensar que sólo la estética no puede salvar una película, pero Dantza está hilvanada de una manera bastante mágica que le otorgan un cuerpo, dificil de definir, pero que resulta efectivo.

Hay que resaltar que la película se disfruta mucho más si uno es amante de la dantza vasca y conocedor profundo de su folklore y cultura. Si no es el caso, podría resultat vacía e incomprensible para una mayoría de espectadores.
Josemi
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17 de diciembre de 2018
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas artes hay más universales e imperecederas que el baile, la danza. Pasan los siglos y las épocas y los humanos seguimos moviéndonos al unísono al compás de la música. Esta obsesión se ha manifestado en infinidad de espectáculos teatrales o musicales, y por consiguiente también acabarían teniendo forma fílmica. No sólo en musicales, sino también en películas que son enteramente números musicales o coreografías filmadas sin trama que las hilvane. En estas coordenadas se encontraban algunas películas estupendas de Carlos Saura. Y es este tipo de producto en el que se enmarca la película sobre la que en esta ocasión os escribimos. Una producción vasca que se programó fuera de concurso en la Sección Oficial de San Sebastián pero que no pudimos incluir en nuestra agenda de la semana. Es Dantza, de Telmo Esnal. 98 minutos de danzas tradicionales de Euskadi que retratan su identidad y cultura. Filme que pasó por la ciudad donostiarra sin pena ni gloria, y que está pronto a estrenarse sin haber hecho ruido alguno. Acepté con gusto el pase de prensa, en tanto disfruto como el que más las películas espectacularmente fotografiadas y las pocas veces que he visto una película de baile la hemos gozado. Pocas veces se habla de ellas en los medios, por lo que contribuimos con gusto a revertir esta tendencia. Así que acudí a visionarla una semana antes de su estreno en salas. Y si bien tampoco hubo fascinación con el resultado sí que estoy satisfecho de las emociones que me produjo. Un conjunto de coreografías hermosas filmadas con mucho tino, pero un montaje de ritmo irregular hace que lo que siendo poco deleitaría, cansa tan de seguido. Empieza muy fuerte y se va desinflando progresivamente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Néstor Juez
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25 de agosto de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hermoso proyecto que ha tardado siete años en gestarse más por problemas burocráticos de financiación y compromiso de las instituciones que por las labores artísticas que conlleva este musical basado en las danzas tradicionales vascas. Un trabajo notable sustentado por la fotografía espléndida de Javier Agirre Erauso una base esencial etnologica del antropólogo y folklorista pamplonés Juan Antonio Urbeltz y una puesta en escena sobresaliente del escultor guipuzcoano Koldobika Jauregi encargado de las localizaciones, vestuario y atrezzo que sintetizan y elevan todo el conjunto de lo particular a lo universal, en una historia musical de hombres y mujeres que trabajan la tierra, luchan por la cosecha y celebran sus dones que les permiten seguir existiendo fruto del amor. Poético argumento telúrico donde uno hecha en falta el lado oscuro de una realidad que supongo estará también representada por músicas y danzas autóctonas a tal efecto.

Esnal apuesta por seleccionar aquellas manifestaciones que apuestan por el triunfo de la vida y suprime la palabra, innecesaria, ante el poder narrativo de la imagen y la música tradicional de Mikel Urbeltz y Marian Arregi fallecida recientemente y pareja de Juan Antonio Urbeltz. Todo ello pasado por el tamiz del afamado compositor de bandas sonoras Pascal Gaide. Todo un lujo de profesionales musicales al servicio de un espectáculo integral con una estructura temporal lineal simbólica, rodada con pulso irregular por Esnal, que a mi juicio debería haber destilado los tiempos en aras de una mayor fluidez y así escapar de las inevitables repeticiones de planos de los dantzaris (no profesionales remunerados y magníficos todos ellos). La cosa se agrava con el denominador común repetitivo de la mayoría de movimientos que conllevan las danzas vascas y que pueden lastrar en el ánimo del espectador medio.

En definitiva un empeño satisfactorio, un documento loable y que nos impulsa y nos transporta con escenas de gran belleza a emociones atávicas comunes de la mano del rico folklore vasco. 

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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8 de febrero de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
DANTZA es una estupenda recreación de las danzas más populares vascas a través de un hilo conductor que va desde el despertar del invierno, la siembra y el estío, la recolección del fruto y la llegada del nuevo invierno. Una celebración gozosa de las estaciones a través del baile y una puesta en escena que pese a sus limitados medios, asombra por su calidad y su brillantez escénica.

El folklore vasco, al igual que la mitología y su lengua, están dejando en los últimos años una estela de grandes películas que no hacen sino poner de manifiesto la capacidad de generar contenidos de gran calado cinematográfico y exquisito gusto en la puesta en escena de un cine, comprometido y arriesgado, que parecía exclusivamente reservado a otras latitudes más afines a otra cultura. El cine vasco y su cultura milenaria interesan al público fuera de sus fronteras y que demanda ver las películas en su versión original en euskera y con subtítulos, sin duda, un gran paso.

Lo demás poco que añadir; que ésta película es un gustazo y que pese a que algún número musical parezca excederse demasiado o el hilo argumental sea algo difuso, no empañan en absoluto el resultado final de alegría y regocijo, de ferias otoñales y jubilosas fiestas de verano que en definitiva, son milenarias celebraciones de la vida.
kawenzotz
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