Despedida de soltera

Con esta película y otras parecidas desde mediados de los 60, se empieza a instalar la comedia picaresca y sexual, que viene a reemplazar en cierta medida las comedias románticas en Latinoamérica, en Argentina este tipo de historias se inaguraron con La cigarra no es un bicho, desconozco cuál habrá sido la promotora en México de las mismas.
Aquí se cuenta la historia de 6 amigas, una de ellas se va a casar, y las otras vendría a ser sus damas de honor, cada una representa un estereotipo de la mujer de mediados de aquella década, aunque con una mirada bastante parcial y machista, a la que el tipo con el que sale le ve la cara, y en realidad está casado y tiene hijos, la promiscua, la feminista, la que ya está casa, la chistosa, etc.
La película es muy desigual, tiene momentos bastante logrados, sobre todo cuando explotan el humor negro, pero en lo demás es muy acartonada, y ha envejecido muy mal, los diálogos y sobre todo las situaciones son muy rancias, los conflictos, etc.
Lo mejor el elenco, exceptuando Arturo de Córdova que hace un papel patético y realmente olvidable, dando más pena que gloria, se lo ve avejentado, fuera de contexto, y algo que nunca he entendido de algunas películas de aquellos años, es la necesidad de un presentador, cuando no aportaban absolutamente nada, y sus escenas están metidas con calzador y solo son paja mal disimulada.

Discreta película, intrascendente pero vitalista y con apuntes de relato cotidiano que desarrolla su historia sin complicaciones y con un deliberado aire de dicharachera frivolidad.
Su sentido del humor, siempre suave y sedoso, tiende en demasiadas ocasiones a la esfera de lo convencional y de lo ñoño.
El argumento y su guión son tan sencillos como la propia estructura cinematográfica que le sirve como soporte.
El largometraje ofrece un rato de comicidad básica y algunos destellos que alumbran la esperanza de la sonrisa.