La justicia al acecho

Thriller que acerca al sentir de los psicópatas. Perfecta presentación carcelaria y de individuos sin dobleces, su ausencia de remordimientos de conciencia es absoluta. No estamos ante un planteamiento equívoco de criminales que son arrastrados por la marginación, se trata de criminales netos.

Un asesino sin escrúpulos va a parar a la cárcel y se junta con una cuadrilla que, de entrada, vemos que el más flojito es Charles Bronson, con que ya se puede hacer uno la idea. El jefe es Broderick Crawford, asesino, atracador de bancos y un historial tan largo que el que relata la película casi pierde la voz.

La película dice que el Congreso debería subir la asignación a la policía y al FBI, lo merece persiguiendo a esta gente tan peligrosa y sádica. Opino que estamos ante un ejemplo de cine de categoría, acción, escenarios diversos, persecuciones emocionantes y argumento muy próximo al cine negro, aunque parece que no se le incluye en este género.

Una película que me ha sorprendido, encontrada por casualidad en ese tesoro que parece inagotable del cine "clasico" de Hollywood. El film es un cruce entre el trhiller, la investigación policial de un caso de secuentro con tono documental, el drama carcelario con fuga, y el retrato de una banda de malhechores sin escrúpulos. Es aquí, en el retrato de esta banda -interpretada por un elenco de actores imponentes:Broderick Crawford, Ralph Meeker, Lon Chaney Jr., Crarles Bronson...- y de sus planes, donde se hallan los mejores momentos de la película, en mi opinión. Una banda sin escrúpulos en pos de conseguir su objetivo, que no es solo la fuga de la cárcel...

Unica película dirigida por el productor (Howard W. Koch) de buenos films como "El mensajero del miedo" y "La extraña pareja" , para ello contó con un buen reparto de secundarios: Broderick Crawford perfecto en el papel de cabecilla sin escrúpulos del grupo de carcelarios, Charles Bronson que parecía que se presentaba al certamen de Mr. Universo, el avejentado Lon Chaney Jr, y Ralph Meeker apodado en la peli como Iceman. Con este plantel y un buen guión mitad Thriller mitad drama carcelario consigue que pasemos un buen rato delante de la tele. (defenders of the faith).

Interesante y muy entretenido thriller, al parecer basado en hechos reales. No creo que se dice esto al comienzo del film, pero todo está relatado por la voz en off del agente del F.B.I. que se encarga del caso, dando pormenores, datos y fechas que se ven están registrados oficialmente.
La película es dura en cuanto a que los personajes no están sujetos a la imaginación de los guionistas siempre dispuestos a sentir piedad por sus doloridos personajes y por tanto a salvarlos de cualquier imposible situación, sino al devenir de su verdadera existencia, sucediéndoles aquellos hechos que ocurrieron realmente. Por ello no caben giros imposibles o arreglos facilones que solventen la situación de modo que el espectador se sienta feliz al acabar la proyección.
Todo es creíble y tan solo se refleja la realidad de un hecho cruel, que derivó hacia más violencia y muerte, a cargo de unos hombres fríos como el hielo, sin piedad para sus semejantes.
Bien narrado por Howar W. Koch, un buen director, muy poco reconocido, y excelentemente interpretado por unos actores bien escogidos físicamente para sus crueles papeles (Broderick Crawford, Ralph Meeker, William Tallman, Lon Chaney Jr, un jovencísimo y absolutamente cuadrado Charles Bronson…), el film tiene siempre interés, siendo muy ameno y dejando un muy buen sabor de boca.
Tensión dramática conseguida, con muy buenos momentos, como los de la prisión, con el primer intento de fuga y, sobre todo, los de la embarcación pesquera, donde se muestra la ruindad humana provocando el desprecio más absoluto a la vida.
Una buena película que creo no se conoce casi nada. Yo, ni siquiera había oído hablar de ella. Pero es un buen descubrimiento y es un claro ejemplo del buen hacer cinematográfico de los años cincuenta en USA.

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Sorprendente que en una película de apenas hora y veinte puedan pasar tantas cosas como pasan en esta. Narrada con un estilo semidocumental y en tres actos claramente diferenciados, quizá la mejor parte es aquella en la que Ralph Meeker se encuentra con sus nuevos "socios", muestrario de villanos con nada menos que Brodercik Crawford, Lon Chaney, William Tallman ("El autoestopista") y Charles Bronson, lo mejor de cada casa. Ritmo endiablado en una película bastante dura, con momentos de extrema violencia para una peli de 1955 y con malos brutísimos. No me entusiasma la narración en off que nos va guiando en algunas partes, pero bueno, era un recurso muy habitual. Muy olvidada y muy interesante de recuperar.