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Annette

Musical. Romance. Drama Henry es un monologuista cómico de humor incisivo. Ann, una cantante de renombre internacional. Centro de todas las miradas, juntos forman una pareja feliz rodeada de glamur. El nacimiento de su primogénita, Annette, una niña misteriosa con un destino excepcional, les cambiará la vida. (FILMAFFINITY)
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Críticas 64
Críticas ordenadas por utilidad
14 de julio de 2021
90 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por increíble que parezca, los prejuicios y los complejos obligan a cierta gente a separar entre la alta y la baja cultura, a considerar una forma de entretenimiento más digna que otra, un tipo de espectáculo más merecedor del aplauso, de la carcajada, incluso de las lágrimas que el resto. Bergman, por ejemplo, atinaba con sus dardos cuando puso en evidencia a una intelligentsia acomplejada en la deliciosa Noche de circo, donde un grupo de bonachones y humildes artistas de pista tenían que aguantar las burlas de una troupe de teatro que vivía a todo lujo. Hoy, de manera casi imperceptible Annette nos plantea qué ocurriría si la ópera y la stand-up comedy osasen besarse. Anne, prestigiosa soprano, deidad de las altas esferas. Henry, cómico extravagante de moda en teatros angelinos y hoteles de Las Vegas. Una diosa y un mortal que nunca debieron siquiera conocerse, engendran a Annette. Niña prodigio bastarda.

Prodigio y bastarda son los mejores calificativos que se pueden aplicar al nuevo opus de Léos Carax y a la propia niña que le da título y de la que es imposible apartar la mirada. Una marioneta, un guiñol hija del teatro de mamá y de la comedia absurda de papá. Tan fascinante como única, tan inusual como sorprendente. Una mezcla de lo sublime y lo extravagante, que, cual funambulista, recorre decididamente la cuerda suspendida por encima del cráter del ridículo. Cuando pensamos que Annette pierde el equilibrio y que la caída será estrepitosamente sonora, la película recupera briosamente la compostura y sigue avanzando con sus arriesgadas piruetas dejándonos boquiabiertos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
harryhausenn
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25 de septiembre de 2021
48 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
–So May We Start–

‘Annette’ es la desembocadura de un río que nace en la filmografía temprana de Carax. Desde el famoso travelling lateral que acompaña al frenético Denis Lavant en ‘Mala Sangre’ al son de ‘Modern Love’ de David Bowie hasta la nostálgica interpretación de ‘Who Were We’ a cargo de Kylie Minogue en ‘Holy Motors’, pasando por el ‘Danubio azul’ de ‘Los amantes del Pont-Neuf’, parecía cuestión de tiempo que el director francés abordara el musical; un género libérrimo en el que zambullirse dando rienda suelta al ruido, furia y caos que alientan en su alma.

Los hermanos Russell y Ron Mael, del grupo Sparks, componen una ópera rock oscura y sensitiva que empasta ejemplarmente con la trama argumental. Disonancias, bloques de sonido, estridencias y suaves melodías se enlazan en una partitura que nos lleva de la mano a la fascinación de lo sencillo y turbio de la vida de pareja.

–We Love Each Other So Much–

En ‘Los paraguas de Cherburgo’ descubrí mi lado cursi. Esa cinta es para mí, junto a ‘Mulholland Drive’, un nudo de tristeza. El sentimiento que une a Guy y Geneviève, tan puro, tan manido y simple, me produce el efecto de una sublime miniatura de cristal; quisiera mantenerlo a salvo en una urna a prueba de erosiones, suspender el tiempo y evitar su deterioro; su fragilidad, al fin, me rompe el corazón. Lo mismo me sucede con el ‘sueño americano’ de la Diana/Betty interpretada por Naomi Watts. Cuántas veces he querido colarme en sus secuencias, salvarla y acogerla.

Entra el piano en el tema de amor de Henry y Ann y siento una punzada; sé, de algún modo, que nada puede acabar bien. Gregorio Belinchón, en ‘El País’, dice que la canción es indigesta. Y es que la indigestión está en la base de los amores contrariados. La virtud cardinal de la música es, precisamente, que mueve los afectos sin necesidad de dar tributo a la razón. Inútil pues justificar por qué sus notas me conmueven.

–I'm an Accompanist–

Ella, idealizada; él, un simio alto y desgarbado, provocador y casi tierno, con un evidente gen de oscuridad. El desempeño de Adam Driver resulta formidable, en un papel resbaladizo y arriesgado, a punto siempre de caer. Mantiene el pulso en los monólogos, en los momentos de tensión, incluso si su 'partenaire' es una marioneta.

–She's Out of this World! –

Cuenta Leos Carax que la búsqueda de la intérprete de Annette era prácticamente una quimera. No sé qué habrá de cierto o de fingido en sus palabras, pero el recurso utilizado es sorprendente y atinado; pocas veces se habrá hecho mejor de la necesidad virtud. La presencia de la niña es extraordinaria, en el sentido etimológico del término. Hipnotiza y desconcierta por igual. Cuando, más adelante, comparece en su actuación primera en otra escena de gran riesgo, la marioneta consigue emocionarnos con su flotar aéreo y su voz aguda y quebradiza. La metáfora es obvia y transparente; como escribe Francesc Miró en ‘elDiario.es’, el director “está convencido de que cuanto más explícito sea, más conectará con una audiencia cuya inteligencia él mismo pone en duda.”

–Six Women Have Come Forward–

Un breve inciso de crítica social. Cómo no pensar en el movimiento #MeToo o en el stand-up comedian Louis C. K. al escuchar la denuncia de las seis mujeres que comparecen en el tramo medio de la cinta.

‘Annette’ no es sólo un musical de autor, autoconsciente y desbocado; es también una crítica feroz de la masa adocenada y de cierta masculinidad mal entendida. El público, robotizado, habla al unísono, siguiendo los dictados de una invisible autoridad moral que mueve hilos y conciencias.

–Let's Waltz in the Storm! –

Si tuviera que resumir la obra completa de Leos Carax en una sola frase, lo haría quizás con el título de esta canción; todo su cine es como un vals en la tormenta. Un baile visceral. Caótico, intuitivo; excéntrico, imperfecto, extravagante y diferente.

El director francés acepta un material ajeno y lo hace propio; todo el film queda impregnado de sus demonios interiores. Sobrevuela en su atmósfera la muerte, en 2011, de su compañera Yekaterina Golubeva. Una muerte cuyas circunstancias, aún hoy, no han sido esclarecidas.

“En ocasiones uno mismo es su peor enemigo”, diría ante los medios.

–Sympathy for the Abyss–

‘Annette’ es, en suma, un ‘tour de force’ brechtiano y atrevido. Es igualmente una celebración: ahí está la huella de ‘A Star Is Born’ en su argumento; y el plano archifamoso de ‘The Crowd’. El inicio es una invitación para ir al cine y la intervención última de Henry McHenry, “stop watching me”, da pie a reflexionar.

Carax es un funambulista, se mueve siempre al borde del abismo. Como en el cuento de Poe, aun sabiendo que el vértigo le puede aniquilar, es incapaz de no mirar a lo profundo. La cinta transcurre al filo permanente del ridículo, lo bufo frisa la vergüenza ajena. Por ello es comprensible que el público, cierto público, lo acabe censurando. Pero qué sería del arte sin una personalidad como la suya; qué sería de nosotros si el cine fuera un cine funcionario. Aplaudo sus ganas de innovar, de tomarse la vida como un salto en el vacío.

Cierra los ojos y siente el viento al descender.
Servadac
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23 de agosto de 2021
37 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Musical que utiliza el color característico de los musicales para desenmascarar una realidad oscura. Cumple con los requisitos para ser un musical pero va más allá del musical. Es una película que se hace larga en ciertos tramos lo que se puede achacar a la propia forma que tiene un musical. Muchas veces los números musicales no sirven para avanzar en la propia trama sino que sirven para enfatizar una idea en concreto. Es, por ello, que en tres o cuatro ocasiones el espectador pueda sentir impaciencia por averiguar los siguientes pasos. Es la principal desventaja que encuentro junto con sus propias rarezas que, aunque a mí me gustan, pueden volver caótica la película lo que puede resultar peligroso para una película que quiere trasladar una idea tan firme.
De todos modos, merece la pena verla. Soy de las personas que creen que los musicales se deben ver o en un teatro o en la gran pantalla pero, en este caso y de cualquier manera, es recomendable verla en cualquier formato. No te va a dejar indiferente y creo que en la actualidad hace falta películas que consigan crear movimiento. Este movimiento puede ser de indignación, de enamoramiento o de odio. A veces da la impresión de que las películas son todas iguales, no consiguen dar otra vuelta de tuerca. Hace falta desorden y que los directores provoquen. Provocar nos empuja a pensar, debatir y hacer que una película perdure. Esto lo explicaré con más detalle en la peligrosa "zona spoiler" al que todos cinéfilos respetamos como si fuera un altar donde rezar al cine.
Con respecto al reparto, Adam Driver se come a Marion Cotillard porque el propio personaje del primero acapara la pantalla. Se puede lamentar el poco protagonismo de Marion Cotillard por su innegable talento pero, por otro lado, si analizamos fríamente la película, ella es el centro. No deja de ser el centro.
Como musical cumple los requisitos. Ambos actores cantan con solvencia y los números musicales poseen el ritmo necesario para que no se hagan tan largos como una liturgia de misa.
Por lo tanto, vedla. Probablemente la odies u os encante. Seguramente debatiréis sobre el enfoque de la trama y probablemente mi crítica os indigne después de verla pero si la película os consigue despertar algún sentimiento, habrá merecido la pena haberla visto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
vera
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4 de septiembre de 2021
63 de 103 usuarios han encontrado esta crítica útil
A lo mejor soy yo. Es más, viendo el panorama de críticas y éxito del film, es muy probable que el problema sea mío, que quizás estoy demasiado anclado en el pasado, que estas moderneces me pillan demasiado fuera de onda… pero no. Es que no.

Hacía tiempo que no veía una película tan insufrible, hacía tiempo que no sentía ganas de irme del cine a cada minuto que pasaba. Me encontraba mirando a mí alrededor esperando que esto fuese una broma pesada y que la verdadera función comenzase. ¡Y esto tienes la desfachatez de llevarlo a Cannes!

Pero no, aparte de ser la película más bochornosa del año, ‘Annette’ tiene la mala baba de durar más de dos horas y convertir su visionado en mi pequeño infierno particular. Aunque el montaje comienza llamándome la atención, ya arranca mal, con una canción que suena a improvisación barata para rellenar minutos, sigue mal con una Marion Cotillard que pone el modo Édith Piaf y que concluye con un inaguantable Adam Driver como monologuista.

Es una broma innecesaria. No he encontrado nada, PERO NADA, a lo que aferrarme. Claramente Carax, no es para mí.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Hickeystyle
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21 de julio de 2021
31 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por cosas de esta vida he visto recientemente Annette en un cine de París, donde las luces se apagan y la proyección empieza, como todos los demás. Un flash naranja, luego otro amarillo, a lo que sigue un parpadeo loco de colores que se superponen con el logo de Cannes 2021. Se suceden, igual de psicodélicos, los primeros compases de la película. Flashes rápidos, colores vivos, rayas disparatadas y ningún mensaje para personas epilépticas. Todo parece avanzar, los títulos se han acabado, empiezan a cantar, pero los flashes continúan. La gente de la sala sigue mirando hipnotizada la pantalla, murmuran entusiasmados y comentan el arrojo del director al empezar con tanta bravura. Yo empiezo a tener nauseas. Han pasado seis minutos de metraje y la pantalla vuelve a blanco, las luces se encienden. El proyeccionista entra en la sala. Efectivamente, el proyector está roto y en breves nos pondrán la película desde el principio. Se disculpan. La película vuelve a empezar. No hay flashes. La ópera se abre paso en la pantalla y la gente recapacita en sus asientos.

Y no, no creo que todos los que pongan más de un 8 a las películas de Leos Carax sean unos pedantes y unos puretas. Pero hay que reconocer que entre ellos habrá más de uno. Y Annette, siendo una buena película, adolecerá de lo que suele adolecer este tipo de producto: una exaltación de sus bondades (que claro que las tiene), mientras sus defectos se guardan debajo de la alfombra. Nada nuevo, ninguna revelación. Tampoco lo contrario es justo. No se puede apedrear una película como esta si te has metido por tu propia voluntad en la sala de cine. Tendrías que saber lo que vas a ver. Y en este caso el material que ofrece Carax no es de digestión difícil. Asi que mejor optar por ver la película, respirar, y evaluarla tranquilamente.

Es el problema/virtud de este tipo de cine: todo el trabajo recae al final en el espectador. Y aún más concretamente, en su gusto y afinidad con el material. Menuda obviedad. Así que sí. La verdad, a mi no me gusta Carax. Y la ópera rock no es mi género favorito. Que se le va a hacer. Asi que todo lo que pueda decir es desde esa perspectiva. Para mí, la ópera se desenvuelve bien, con un discurso que quizás se vuelve algo más confuso en sus últimos compases, pero que ante todo ofrece notas interesantes. Pero ahí se queda, 6 - Interesante. No me ha desesperado, como lo hizo en su día Holy Motors, pero tampoco me ha dado por aplaudir al final de la sesión.
rub92sanchez
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