El séptimo día

Por desgracia yo no lo estaba.
Guión penoso para una nueva película de exorcismos, un subgénero maltratado como pocos.
Desastre a todos los niveles. Las interpretaciones no se pueden ni juzgar con la cantidad de incongruencias de la historia.
El tema de la posesión tratado con muy poca verosimilitud, todo es muy explícito, no se insinúa nada, intenando que las posesiones sean un show de 'poderes' y rozando la caricatura.
Mucha sangre, cero terror, y situaciones muy absurdas. En spoiler un par de ejemplos.
Y qué decir del giro de guión? el que se ve venir con mucha anterioridad pues te van guiando por si no lo pillas... En definitiva, de las peores películas de exorcismos y además muy aburrida.

Lo mejor: La fotografía
Lo peor: Todo lo demás

Película sin ningún valor y como dice muy acertadamente la crítica que está antes de esta (Quedas advertido) cosa que lamentablemente leí después de ver este bodrio y caí en la trampa. La trama si se puede llamar de alguna manera nos sitúa a dos sacerdotes en donde uno de ellos le debe enseñar al otro el duro oficio de exorcizar gente, comenzando por un niño que asesino a toda su familia y puede estar involucrado en el hecho fuerzas demoníacas que lo impulsaron a hacerlo. Por supuesto hay todo tipo de tonterías imaginables como para intentar crear una atmósfera de terror, cosa que no ocurre en ningún momento logrando solo dar risa. Guy Pearce hace lo que puede dentro de una mediocridad generalizada. Desechable.

Es una película diferente, con una propuesta diferente. Si buscas algo como Expediente Warren o Insidious es obvio que no te va a gustar. Sin embargo, si abres tu mente y te dejas llevar por la trama, la película es entretenida, ya que no dura mucho y es perfecta para pasar un rato con tus amigos. En cuanto a la trama, es cierto que tiene varias incoherencias, pero no está mal, es interesante, el único problema que tiene es un par de escenas bastante locas, y que algunas veces los exorcismos parecen ridículos.

En síntesis, es una película que si que podría estar mejor, pero que no es tan mala comparado con todas las nuevas películas de terror que hay últimamente que ni dan miedo, ni tienen trama. Esta película por lo menos si que tiene varios sustos ( no muchos pero alguno hay).

Película de exorcismos que esta dirigida por el responsable de la interesante The Dark (2018), y que cuenta con un reparto con nombres como Guy Pearce (Memento, 2000), Vadhir Derbez (El Tamaño Sí Importa, 2016), y Stephen Lang (No Respires, 2016).

Un reconocido exorcista se reúne con un sacerdote novicio en su primer día de entrenamiento. A medida que descubren el infierno que existe sobre la Tierra, las líneas entre el bien y el mal se distorsionan, dando lugar a que emerjan sus propios demonios.

La película parece una mezcla entre Training Day (Antoine Fuqua, 2001), y El Exorcista (William Friedkin, 1973), ofreciendo muchos elementos copiados de ambos, con mucha menos gracia que las obras de referencia. Sobre una historia entretenida que ofrece algún giro de guión decente, la total carencia de originalidad al elegir los trucos para causar terror, los cuales están sacados de otras miles de películas sobre exorcismos, y un ritmo demasiado pausado para un tipo de cine de género que demanda celeridad, sabotean lo que hubiera podido ser una buena propuesta. Las actuaciones cumplen, con un Guy Pearce, que sobre llevar el piloto automático en todo momento, queda resulton en el papel de exorcista curtido.

Y Al Séptimo Día es una propuesta con algunos momentos a destacar, pero la ya habitual en estos tiempos falta de originalidad, junto su ritmo empalagoso en ciertos momentos consiguen que la película sea una película totalmente olvidable.

Nota personal 5/10

Sin duda, porque es tan mala que tiene que ser un demonio.
Empecé bien, viendo el exorcismo inicial, aunque poco impresionada. Tras eso, todo se volvió un montón de sinsentidos aburridos que me llevaron a empezar a adelantar la película tras apenas media hora. Cuando vi que pasaba más de la mitad aquello seguía sin aportar nada más la quité.
El cura guay, que sabe los nombres de los demonios, olerlos, sentirlos o yo que sé es una especie de Constantine de segunda, ni mucho menos tan interesante, un personaje de cine de acción perdido en una película de terror sin terror.