¡Tierra a la vista!

Curioso y original melodrama sobre dos cuñados (polos opuestos) y avanzada edad que deciden hacer un viaje a Islandia a modo de esos viajes iniciaticos de los adolescentes, sin ser conscientes que son dos abuelos completamente diferentes en un mundo diferente. De todo esto salen algunas situaciones realmente divertidas o curiosas que se amplían con conversaciones realmente conseguidas (como la de la cena con las dos muchachas). Al fin y al cabo, "Tierra a la vista" es una gamberrada de lo mas entretenida, una rara avis que no trata a los viejos como idiotas que pretende hacernos entender que siempre hay un momento para cada cosa, incluso para equivocarse y lo cuenta a modo de "road movie". Los protagonistas son imperfectos (pero arrebatadores) y eso descoloca pero también motiva al espectador a querer saber mas lo que, a su vez, provoca algunas escenas hilarantes por lo inesperado de la situación (como cuando el doctor, sin darse cuenta que habla con dos lesbianas, les dice que han de vestirse y maquillarse mas provocativas). No cabe duda que la película funciona por la oposición de los dos caracteres principales en un escenario que les es ajeno (también al espectador) pero cuando funciona lo hace muy bien pues por fin tenemos una película con dos protagonistas de avanzada edad que no cae en los tópicos geriátricos y lacrimógeno/cachondo al estilo "El exótico hotel Marigold" o "Plan en Las Vegas". Aquí los protagonistas se equivocan constantemente y no tienen mas futuro que el inmediato, como unos adolescentes de 70 años que no han aprendido nada ni tampoco van a aprender nada del viaje en el que se han metido.

Ojalá todas las películas fuesen tan entretenidas, tan optimistas y tuviesen tan buenos papeles para gente de esa edad como lo es "Tierra a la vista", un motivo para meterse en una sala de cine y pasar 90 minutos de buen cine, sin mas. Los directores no pretenden mucho, solo entretenernos y darnos motivos para envejecer con una sonrisa en la boca. ¿Qué mas se puede pedir?

Curiosa y original película sobre dos cuñados norteamericanos de más de sesenta años que deciden hacer un viaje a Islandia... Los que la vean les vendrán muchas ganas de visitar este país. Un film divertido, con un Mitch (Paul Eenhoorn) muy cachondo. Película modesta, que se presentó en el Festival de Sundance y que tuvo buenas críticas.

El toque, distintivo e interesante, de mezcolanza y colaboración australiana y estadounidense por tierras islandesas, no logra ser funcional pues intenta embelesar con su estética olvidando nutrir, con acierto y ganas, su esencia.
Jack Nicholson y Morgan Freeman se escaparon de un hospital para cumplir su lista de deseos, una última juerga, correría de amigos en su último empeño, aquí no hay ni juerga, ni correría, ni deseo, sólo escarceo de una excursión donde invita el que habla incesantemente y, el compañero ex-cuñado, sólo se deja llevar y arrastrar ya que tampoco tiene cosa mejor que hacer y, de paso, ¡hace turismo gratis!
Dos jubilados, pretendiendo una gracia y un encanto que no es su fuerte, conduciendo un Hummer por Islandia, sin levantar mucha pasión ni entusiasmo en su camino, con diálogos igual de insustanciales y baratos y una sucesión de espacio/tiempo/escenas que no se sostienen pues aportan poca gratitud/escaso alimento a su observación, paisajes preciosos de deliciosa fotografía local que no cubren ni arreglan el ínfimo interés por una pareja que vive de su antagonismo y de un espíritu aventurero gamberro que no cubre necesidades, naturalidad de exhibición y actuación que no despierta gran atención por su compañía, sirve como guía turística para visitar tan deslumbrante región pero no para desear su presencia como compañeros de viaje.
Aaron Katz y Martha Stephens, un apunte: sólo dos personajes expuestos a la incentidumbre de qué hallarán y su mutua compañía no es competente ni hábil, no es suficiente con exponerlos a su suerte, colocarlos en un punto y que rueden, se deben cuidar las conversaciones, las gentes, los anexos con lo que se cruzarán, que intercambien información suculenta, una relación atractiva entre ellos, familiaridad que absorba y seduzca, aquí sólo te aburres de sentencias sin condimento, de cháchara monologuista, de palabras por apalabrar.
Adquiere mejor ritmo en su segunda mitad, conforme deja el ingenio sin talento eficaz y se adentra en crucigramas más ricos pero, sigue dependiendo, en exceso, de su firme y espléndida estética de vistas y panoramas exquisitos y de escenas de postal preparadas y forzadas para provocar un ánimo, coraje y diversión que nunca llegan a presentarse ni a cuajar, venta de desfachatez a edad madura que se queda en colorario de pretensión que nunca fue.
"La extraña pareja" queda muy lejos de la química, arte y comicidad espontánea de Walter Matthau y Jack Lemmon, estos sólo necesitaron compartir un piso en Nueva York para enamorarte y cautivarte ya que contaban con un guión delicioso de diálogos ocurrentes, chispeantes y punzantes, acá los protagonistas conducen, caminan, comen, beben y se hacen fotografías moviendo el culo pero la juerga cómica que vende la sinopsis sigue perdida y a la espera pues creyeron que con otorgar personalidad a la cinta no necesitaban más, que no era necesario incluir carisma, que Tip y Coll podía hacerlo cualquiera y que el público se enamoraría de la vejez de dos ancianos, sencillamente, por el hecho de estar ahí, que con la simple complicidad de dos amigos de toda la vida, de años de relación con su intimidad, confianza y seguridad mutua no se necesitaba esfuerzo, ni caricaturas ni adorno mayor pero erraron y se equivocaron pues se mira, observa y visiona sin complacencia, ni connivencia, ni satisfacción resultando, todo ello, insuficiente para su completo disfrute.
Acepto la venta de sus intenciones, no el resultado que con ellas logra.

lulupalomitasrojas.blogspot.com.es

Una canto a la vida, pero especialmente a la amistad como pilar fundamental para transitar los últimos años de existencia. Repleta de situaciones emotivas y a la vez divertidas, esta comedia islandesa con pinceladas dramáticas cuenta con las muy buenas actuaciones de Earl Lynn Nelson y Paul Eenhoorn.
Un producto atractivo conseguido por los realizadores y guionistas Aaron Katz y Martha Stephens, pero que tienen la debilidad de no llevar a fondo todas las emociones y terminan optando por escaparse por la comedia. Por momentos, salvando las distancias, tiene puntos de contacto con Last Vegas con las actuaciones de De Niro, Douglas, Freeman y Kline.
La historia se mete en la vida de Mitch (Earl Lynn Nelson) y Colin (Paul Eenhoorn), dos veteranos que son cuñados, uno bancario y el otro cirujano ambos retirados, el primero enviudó y el otro se separó. Con personalidades muy distintas, no solo compartieron la relación con las hermanas que se casaron, sino también construyeron una férrea amistad.
Un buen día Colin le propone a Mitch irse de vacaciones, dejando todas las costumbres y los problemas atrás para así salir a disfrutar de la vida en un sorprendente viaje por Islandia.
Así arrancan ambos con un recorrido donde irán compartiendo emociones fuertes, disfrutando de aventuras por bellísimos paisajes naturales, saliendo a tomar unas copas por la noche, disfrutando de las aguas termales y consolidando una amistad de muchos años que en la actualidad los hace sentirse bien.
Casi como si fuera un road movie, esta entretenida propuesta se convierte en una atractiva exploración de la vejez y la soledad, con el epicentro puesto en la amistad a través de los años. En su contra tiene la falta de profundidad en algunos tramos y ciertos diálogos que se escapan de la esencia propuesta, igual no deja de emocionar, querer ser parte de viaje y meterse en la vida de esos viejitos queribles y libres.

Calificación Fanaseriecine: 7 sobre 10

Estuvo bien esta película, fue agradable y relajante pero le faltó algo de emoción o alguna sub trama más interesante.

Las actuaciones me parecieron un poco flojas y me fastidió que nadie en ningún momento hablase en el idioma local, o sea el islandés, todo el mundo hablaba inglés.

Los diálogos no eran muy interesantes y eso hacia un poco lenta la película en algunas partes y algunos diálogos me parecían muy pesados y me sentía incomodo porque pensaba que en cualquier momento alguien se ofendería y cortaría el buen ambiente pero lo que sí tuvo de bueno, fueron varios paisajes preciosos, sobre todo en la parte final de la película.

Y el final estuvo bonito.