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Aleluya

Drama. Musical Los negros trabajan y sufren día a día en las plantaciones de algodón. Pero rezan a todas horas y eso les consuela de su desdichada vida. Cuando Zeke pierde a los dados todo el dinero de su familia, su hermano Spunk decide reclamar y se inicia una pelea que le cuesta la vida. Zeke, arrepentido, se convierte en predicador para llevar a los suyos la esperanza y la resignación. Pero la mujer que le estafó aún le causará más problemas. (FILMAFFINITY) [+]
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
21 de diciembre de 2008
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta la primera obra sonora de Vidor, y una de las primeras en la historia del cine, constituye una inevitable referencia. Efectivamente, con "Aleluya" podemos hablar del musical pionero ("El cantor de jazz" no pasó de ser un híbrido) que inauguró un nuevo género.

Encorsetado y castrado después, durante largas décadas (de los treinta a los sesenta), el musical se alejó de lo cotidiano conformando un universo propio e irreal, envuelto en celofán y cuajado de historias que no iban más allá de increíbles cuentos de hadas. Fueron las décadas en que todo se sustentaba sobre la espectacularidad de las coreografías, las acrobacias de los bailarines y la inagotable "sonrisa arcaica" de unos protagonistas sin esqueleto, huecos, que deambulaban por unas tramas acartonadas y de esperpéntica simplicidad.

Es un lugar común, al analizar la evolución del musical, el reseñar que con "West side story" (1961) el género encuentra por fin su lugar en la calle, en el asfalto, entre los seres de carne y hueso. Por ello resulta tan disfrutable como impactante la visión de "Aleluya" porque trás revisarla no cabe sino apuntar, en justicia, que con "West side ..." el musical no inició ningún camino nuevo sino que, simplemente, volvió a sus orígenes reencontrándose con la calle y ... con sus propias esencias.

"Aleluya" es una cinta irregular, capaz de momentos inolvidables junto a otros absolutamente prescindibles. Pero resulta innnegable que el film cuenta con una historia, que retrata (con mayor o menor precisión, según las secuencias) una dura realidad y que la cámara de Vidor se mueve (en sus mejores momentos) ayudando a integrar los números musicales en la estructura de una acción que progresa, así, fundiendo la palabra cantada a la hablada.

Los mayores aciertos de Vidor se concentran en los tramos inicial y final del film, en su épico y naturalista arranque (con las secuencias que muestran el trabajo en los campos de algodón), en el barrido, duro y seco, que recorre los rostros de los asistentes al entierro del hermano de Zeck y en esa secuencia final en que Zeck regresa a casa cantando una balada folk sobre un carro primero, en el vagón de un mercancías luego y atravesando un bosque a pie por fin. Eso sí, junto a estos momentos mágicos, señalar la pobre y simplista visión que el director ofrece del mundo negro.
Capitán Trueno
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22 de marzo de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras una brillante etapa muda, el maestro Vidor inaugura su filmografía sonora con esta inclasificable obra maestra. Ïntegramente rodada en escenarios naturales de los estados sureños y con un reparto coral con actores y actrices de color, Aleluya supone un hito decisivo en la historia del cine al lograr una magistral simbiosis entre el musical godspel, el naturalismo poético y algunos elementos dramáticos con claros tintes realistas. Un recolector de algodón es engatusado y estafado por una mujerzuela originando en el campesino una catarsis que le hará convertirse en predicador, lo que pese a las nuevas injrerencias de la golfa, permite al gran Vidor dibujar con una precisión y una ejemplar austeridad narrativa , una bellísima fábula moral sobre el perdón y el arrepentimiento en este singular camino de perfección del hijo pródigo en cuestión. Obra maestra absolutamente recomendable.
tasiodesevilla
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8 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“No la hagas, no va a interesarle a nadie”, “Jamás vas a conseguir que se exhiba en las salas del sur”, “Solo los negros van a ir a verla”, “No botes tu dinero”… Estas y muchas otras frases de ese calibre, escuchó el director (blanco) King Vidor, cuando manifestó su propósito de hacer una película sobre la cultura afrodescendiente. Pero su idea era firme. Él había tenido muy cerca a los negros de Galveston, Texas, el lugar donde nació, y en sus oídos aún resonaban los magníficos spirituals que ellos cantaban en sus ceremonias religiosas y las alegres canciones que entonaban mientras recogían el algodón en los días de verano. Había visto sus excelentes rituales de bautizo, sus magníficos bailes… y su arduo trabajo para sacar adelante la cosecha. También había conocido a hombres y mujeres de gran calidad humana, y para Vidor, los negros eran una raza especial, donde había hombres malos y mujeres traicioneras, pero donde la riqueza cultural y la dignidad a ultranza, también tenían lugar entre muchísimos de ellos.

King Vidor anhelaba entonces hacerles un justo reconocimiento. Quería mostrar al mundo, y sobre todo a su país -todavía signado por el esclavismo y el racismo-, que los negros eran seres humanos como cualquiera otros y que merecían la inclusión, el respeto y los mismos derechos que los demás.

¡ALELUYA! es una alabanza a Dios, un clamor lleno de esperanza y una obra hecha con la mayor honestidad, donde podemos ver las dos caras de una cultura que tiene grandes raíces en América y en el mundo. Fue el primer filme sonoro de King Vidor, realizado íntegramente con personas afrodescendientes, y el director se sentirá tan inspirado, que el hasta entonces incipiente uso del sonido lo aprovechará de forma brillante, haciendo escuela con las posibilidades infinitas como éste permitía usarse. Todavía apegado a las grandes cosas que había hecho en el cine mudo, buena parte del filme lo rodó de esta manera, incorporando luego la música y los efectos sonoros. Experimentó, innovó… y el resultado es un filme que ya hizo historia y que hace parte de las más valientes obras que se hayan realizado en la historia del séptimo arte.

Visto objetivamente, hay dos o tres momentos que adolecen del recitado y uno o dos más que pudieron requerir una edición más rigurosa, pero en general, el filme está lleno de calor humano, de belleza plástica, alegría contagiosa y toques dramáticos realmente conmovedores.

Daniel L. Haynes –intérprete extraído del musical “Show boat” de gran éxito entonces- logra recrear a Zeke como un personaje con el que es muy fácil identificarse, porque anhela la superación personal y espiritual, pero se siente atrapado por la ambición y por el sexo que, bien que saben, como hacer flaquear a cualquier ser humano. Y Nina Mae McKinney –quien entonces hacía parte de la revista musical “Blackbirds of 1928”- es una estupenda Chick, seductora y perversa, dispuesta a servir de tentación para ese hombre que lucha por encontrarse a sí mismo.

King Vidor sería nominado al Oscar como Mejor director… pero prefirieron dárselo a Norman Taurog por una película que ya casi nadie recuerda.
Luis Guillermo Cardona
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3 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Primera película sonora de King Vidor, con un reparto compuesto por actores de color. Muestra el esforzado trabajo en las plantaciones sureñas de algodón, llevado con religiosa animosidad y alegría, ensamblando habilmente las canciones y los bailes con la narración. A ritmo de Godspel se suceden los acontecimientos.
El argumento principal trata sobre un hombre honesto e ingenuo, que es estafado en el juego después de ser seducido y embaucado por los encantos de una bella mujer de vida fácil y su compinche, provocando una reyerta en la que muere su hermano.
Los remordimientos de conciencia le llevan a tomar el camino de la predicación, pero vuelve a caer en la tentación y abandona a su familia para irse con ella.
Drama que aúna el costumbrismo con la religión, la pasión con el crimen y la música con la redención. Filmado con una bella fotografía que ofrece estampas de gran lirismo, enmarcadas en los paisajes naturales. El desconocido reparto hace interpretaciones con cierta teatralidad en los momentos emocionales, pero ello va a tono con la musicalidad de la narración. Vidor dirige con maestría, componiendo escenas de hermosa factura y exprimiendo intensidad de los actores cuando lo necesita. A destacar la labor de Daniel L. Haynes y la desinhibida presencia de la preciosa Nina Mae McKinney.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Wellesford
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21 de diciembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bello film musical de King Vidor protagonizado por un reparto 100% afroamericano, pionero del género.
Góspel , Blues,, Spirituals , Work songs y Jazz sirven de marco para el desarrollo de una tierna historia llena de sacrificios de la oprimida raza negra y narrado utilizando su rica cultura y folklore. La legendaria cantante de Blues Victoria Spivey interpreta un pequeño papel en el film al inicio mismo de su carrera.
Cakewalks , cosechas de algodón , escenas de bares , cantos religiosos , léxico negro del Sur y costumbres típicas de la raza , hacen de Hallelujah un clásico irrefutable . Para mí siempre ha sido un privilegio disfrutar esta película a través de los años ya que amo esta cultura , en mi opinión , pilar fundamental de la música actual , tal como la conocemos .
Pablinchi
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