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El semblante (C)

Thriller. Drama. Terror España. Año 1692. La Santa Inquisición entra en una larga decadencia y, como reacción, sus servidores son más despiadados que nunca. Un inquisidor lleva años buscando el aparato de tortura perfecto que capture el rostro más puro del dolor y así mostrar al mundo las terribles consecuencias de servir al Diablo. El nuevo invento de su ingeniero, «El Semblante», una aterradora silla de tortura, parece que va a conseguirlo. Pero Elena, la ... [+]
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
4 de octubre de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mundo de los cortometrajes me resulta altamente complicado. Condensar en quince minutos historias que podrían llevarse dos horas de metraje por delante es un ejercicio tan complicado para contar una historia que no quiero ni imaginármelo. En ‘El semblante’ Raúl Cerezo y Carlos Moriana se atreven con una historia compleja y llena de recovecos en los que ocultar todos los detalles que el aura del cortometraje planea sacar a la luz en el momento climax del mismo.

Un hombre con unas habilidades fuera de lo común para crear el horror se topa con un despiadado que las incentiva y agradece, creando entre ellos una relación que da el juego continuo y necesario al metraje del documental. La relación entre ambos protagonistas, interpretados de una manera maravillosa por Carlos Santos y Daniel Ortiz, es el aliciente para que ‘El semblante’ sea un cortometraje que, propiamente dicho, se hace corto debido a su factura de tan alta calidad. Desde el comienzo ya se ve como se cuidan los detalles del mismo y como se consigue una ambientación que agobia y no da tregua ni deja lugar a la relajación.

Una fotografía impactante y con unos tonos muy medios y hasta terrosos en ciertos instantes alimentan aun más la innegable angustia que se va creando segundo a segundo de ‘El semblante’; como una rara criatura que se va alimentando poco a poco hasta un final que resulta ser una fuerte y plausible firma al gran trabajo previo del mismo. Con una sola linea argumental que seguir y un guion tosco y creado para alimentar en el espectador esa sensación de angustia continua, ‘El semblante’ no te da tregua y te cuenta, te cuenta, te cuenta hasta que ya no puedes más. Acabas agotado y con ganas de mucho más de lo que sea que Raúl Cerezo y Carlos Moriana te están dando..

Los ejercicios de maquillaje, vestuario y efectos están más que correctos y la elaboración de todos los elementos que conforman este cortometraje brillan con la suficiente fuerza como para ofrecernos en ‘El semblante’ un cortometraje muy interesante, muy cuidado y que resulta ser un trabajo magnífico por parte de todas y todos los que lo han hecho posible. Para no perdérselo.

Crítica para MagaZinema.
https://www.magazinema.es/
Garzía
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26 de noviembre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conclusiones
Las aportaciones al cine desde el cortometraje nacional son maravillosas, esta es una muestra de ello, nos narra una historia enmarcada en un siniestro y aterrador pasado de nuestra sociedad y la iglesia, la perfecta fotografía nos mete de lleno en la época oscura donde trascurre, con unas interpretaciones desbocadas de sentimientos y mensaje.
Lo que nos Enseña
Es poco frecuente ver cortos ambientados en pasados tan lejanos, seguramente debido al sobrecoste que eso conlleva, en este caso el riesgo de la ambientación es sobradamente funcional, tanto en interpretaciones como en los escenarios, y la ambientación de todo lo narrado, te meterá de lleno en la temida inquisición y la locura de sus persecuciones, eso si es justo decir que quizás los vestuarios se asemejan demasiado a algo más moderno de lo que cabría esperar en algo de este tipo, pero aun así eso no hace daño al corto, porque todo lo acontece es perfecto y esta pequeñez no ensombrece algo tan milimétrica y perfectamente dirigido, un corto con una historia que aun no siendo sorprendente en lo que cuenta si lo es en como lo cuenta con un acierto a cada paso, un final excelente con unos maquillajes de infarto, ya es un constante, el sí está en medio Cerezo hay calidad.
La ya mencionada fotografía merece un punto y aparte, pues sus tonos están muy cercanos a las épocas doradas de nuestra pintura, perfectamente podríamos estar ante un lienzo en algunos de los fotogramas, en especial hacia el final de la historia, además una vez comienzan los créditos dan ganas de tener en las manos una novela grafía contando más de esto, en definitiva parecen querer unirse cine, pintura y comic, tres artes al servicio del espectador.
https://fantasticoesp.wixsite.com/fantasticoesp
FANTASTICO ESPAÑOL
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3 de diciembre de 2022
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*España, finales del siglo XVII

Como historiador, uno siempre teme encontrarse vestigios anacrónicos, o aspectos incoherentes dentro de los trabajos que sustentan el argumento en otra época. Aquí, desde el segundo uno, tenemos claro en donde estamos, y, además, la producción sabe valerse de un espacio lo suficientemente acotado que no desmerezca la brecha temporal. El diseño de vestuario es acertadísimo, así como el maquillaje de los personajes; esas manos negruzcas de Carlos Santos, no pasan desapercibidas. O el corte de pelo de Daniel Ortiz, y su vestimenta, propia del estamento no privilegiado; también podría ahondar en el acting, pero este es un tema a parte y en el que tampoco puedo extenderme mucho.

Sorprende en la puesta en escena, que Raúl Cerezo y Carlos Moriana hayan optado por saltarse la tangente en lo habitual dentro del género de época. Una cámara inestable, que sigue a sus personajes de forma prácticamente documental, casi como un cronista de los acontecimientos. Es decir, sin ser una apuesta naturalista, sí que pretende ser más que una simple recreación. Busca indagar en lo auténtico de sus elementos tanto de utilería, vestimenta como arquitectónicos (ahí queda el estupendo hacer de la dirección de arte de Laura Lostalé).

Mientras que el director de fotografía Ignacio Aguilar, y seguramente me halle equivocado, parece estar tratando de buscar una luz y una paleta que va a caballo entre la de la obra pictórica de Velázquez y de Juan Valdés Leal (ambos, pintores del XVII). Del primero tomaría los tonos marrones, claroscuros, y la elaboración de bodegones en su etapa formativa de Sevilla; mucho más presente en la primera parte del cortometraje. Siendo el último tercio, en el que la paleta, adquiere tonos ocres, amarillos apagados, algún elemento rojizo, y nuevas texturas tanto del altar inquisitorial, como en los san benitos de las condenadas. Ello entroncaría con la obra de Valdés Leal, y en su temática macabra y mirada desquiciadamente violenta envuelta en sombras y luces mortuorias.

*Galería del dolor: artefactos y herejías

A muchos les cuesta creer que la Inquisición se dedicase al perfeccionamiento de técnicas destinadas a infligir dolor sobre los sospechosos de herejía en la Época Moderna. Tampoco se ha abordado lo suficiente desde el punto de vista cinematográfico, y aquí es donde el estupendo guion del tándem Cerezo-Trigales, consigue sacar jugo de la actitud, de precisamente muchos hombres de fe que buscaban acabar con el mal, cayendo en lo contrario: una actitud de disfrute sádico.

Huxley en su novela-ensayo Los demonios de Loudun, 1952, que recoge el proceso inquisitorial a Urbain Grandier, ya deja plena constancia de que muchas veces, los procesos inquisitoriales, buscaban satisfacer la sed de sangre de hombres desequilibrados ávidos de fe. El personaje de Carlos Santos, en una de las mejores interpretaciones de su carrera, no es una caricatura: esos hombres existieron. Justificaban bajo soflamas de fe, el deleite por ejercer poder y dominio sobre la carne de los demás.

La figura del maestro, encarnado por un soberbio Daniel Ortiz, no es sino la resignación y aceptación de una individualidad, que a pesar de ser consciente de la incoherencia de su proceder para con el mensaje de Dios (el amor al prójimo); opta por buscar excusas de convencimiento: lecturas vetadas, supercherías, etc. La tercera en discordia, será su hija, Elena, también interpretada genialmente por Lucía Díez, representación afín a la perspectiva humanista (Erasmo de Rotterdam ya había criticado duramente el Índice de libros prohibidos, así como las supersticiones en su Elogio de la locura, en el XVI).

El Semblante no es un mero estudio de la violencia, sino del dolor. De ahí que preste especial atención al rostro. En cierto sentido, comparte con La pasión de Juana de Arco, de Dreyer, 1928, el interés por el rostro, de ahí que en el momento del semblante no se abogue por lo explícito. Hasta su discreta música (genialmente orquestada por Joan Vilá), cumple con el cometido de crispar; es el taladro que se va introduciendo progresivamente en nuestro subconsciente y que no hace sino acrecentar lo que va a llegar, hasta el punto de convertirse en un chirrido que sirven para contrastar con lo grotesco de la tortura.

Cerezo y Moriana han concebido genialmente una secuencia que resulta, no solo incómoda, sino que pone los nervios a flor de piel, y que resulta impactante e inquietante a partes iguales. Porque hemos visto cómo funciona el artefacto; ese montaje asociativo del rostro de Santos y del muñeco, más el de Díez, no pasa desapercibido en su nexo conceptual; pero es en el detenimiento sobre el rostro, en donde empatizamos.

*Conclusión

El Semblante es un cortometraje de altísimo nivel que demuestra la gran habilidad y destreza de dos cineastas que saben entenderse mutuamente en todo momento. No solo en la puesta en escena, sino en la dirección de actores; respetando los códigos de rol social de la época, en los movimientos, en el mirar y el hablar. Todos los elementos mencionados y habidos encajan de forma armoniosa, obteniendo además un ritmo increíble, y sabiendo aunar una propuesta que podría haber pecado de teatral (en el sentido peyorativo), pero de la que se vale, y amplía desde lo cinematográfico.

Sabe cuándo tensar el ritmo desde la edición para causar una impresión, y se toma su tiempo para preparar el terreno, con un remate, que, si bien a priori pudiera parecer impostado, enlaza de forma directa con la obsesión de su desquiciado antagonista: un grito agónico y expresionista, que podría ser, perfectamente, antecesor del pintado por Munch. Os advierto: no podréis apartar la mirada.

Escrito por Álvaro Panadero Jiménez
Cinemagavia
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1 de marzo de 2022
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es complicado ver en las producciones actuales de la era poscovid, y sobre todo dentro del formato cortometraje, trabajos que sean puramente de época. En el caso de El Semblante, el último cortometraje dirigido por Raúl Cerezo y Carlos Moriana, quizás hallemos la panacea de un nuevo cine de terror que sabe aprovechar lo histórico, respetarlo, y, además, emplear el género de forma subversiva para aterrorizarnos.

España, finales del siglo XVII
Como historiador, uno siempre teme encontrarse vestigios anacrónicos, o aspectos incoherentes dentro de los trabajos que sustentan el argumento en otra época. Aquí, desde el segundo uno, tenemos claro en donde estamos, y, además, la producción sabe valerse de un espacio lo suficientemente acotado que no desmerezca la brecha temporal. El diseño de vestuario es acertadísimo, así como el maquillaje de los personajes; esas manos negruzcas de Carlos Santos, no pasan desapercibidas. O el corte de pelo de Daniel Ortiz, y su vestimenta, propia del estamento no privilegiado; también podría ahondar en el acting, pero este es un tema a parte y en el que tampoco puedo extenderme mucho.

Sorprende en la puesta en escena, que Raúl Cerezo y Carlos Moriana hayan optado por saltarse la tangente en lo habitual dentro del género de época. Una cámara inestable, que sigue a sus personajes de forma prácticamente documental, casi como un cronista de los acontecimientos. Es decir, sin ser una apuesta naturalista, sí que pretende ser más que una simple recreación. Busca indagar en lo auténtico de sus elementos tanto de utilería, vestimenta como arquitectónicos (ahí queda el estupendo hacer de la dirección de arte de Laura Lostalé).

Mientras que el director de fotografía Ignacio Aguilar, y seguramente me halle equivocado, parece estar tratando de buscar una luz y una paleta que va a caballo entre la de la obra pictórica de Velázquez y de Juan Valdés Leal (ambos, pintores del XVII). Del primero tomaría los tonos marrones, claroscuros, y la elaboración de bodegones en su etapa formativa de Sevilla; mucho más presente en la primera parte del cortometraje. Siendo el último tercio, en el que la paleta, adquiere tonos ocres, amarillos apagados, algún elemento rojizo, y nuevas texturas tanto del altar inquisitorial, como en los san benitos de las condenadas. Ello entroncaría con la obra de Valdés Leal, y en su temática macabra y mirada desquiciadamente violenta envuelta en sombras y luces mortuorias.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Álvaro
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12 de marzo de 2022
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
En estos tiempos oscuros,se agradece productos como "El Semblante", donde se muestre que hubo un tiempo más oscuro aún,dónde personas eran quemadas o torturadas por brujería, dónde las torturas y humillaciones por parte de la iglesia católica eran constantes. No hay muchos cortometrajes que se desarrollen en la inquisición o en la edad media. El guión de Cerezo-Trigales es muy inteligente, dinámico y aterrador al mismo tiempo.Un inventor (Un extraordinario Dani Ortiz) que tiene la difícil tarea de obedecer al inquisidor (no menos extraordinario, Carlos Santos, en otro de sus memorable papel), cierra el circulo la actriz Lucia Diez ,la cordura entre tanta locura. Lucia hace lo que parece imposible dar luz a tanta oscuridad. La decoración a cargo de Laura Lostalé y Ana Cobos resulta apabullante y muy realista.Lo mismo que el vestuario, todo encaja. La fotografía de Nacho Aguilar , resulta muy pintórica, dándo prioridad a la luz frente a la oscuridad al principio y al final al revés... La música de Joan Vila, resulta aterradora, la música te mete en ti sobre todo en su parte final que es dónde realmente es abrumadora. El vestuario, el maquillaje, la dirección de producción todo funciona en este extraordinario cortometraje. Los directores , se entienden a la perfección dirigendo con aplomo e inteligencia. No es un cortometraje de terror pero lo parece por la época, pero es más un drama, pero cuándo tocas la inquisición no podemos adornarla, ni mimizarla. Como todas las producciones de Eye Slice Pictures son producciones muy bien cuidadas y muy bien ambientadas.Todo está cuidado al milímetro, se nota el cariño y el amor que sus socios ponen en cada producto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Orson_Welles
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