Las Navidades de Casper

Cuento navideño para niños pequeños ya que estos son los únicos que disfrutarán plenamente de esta película que deja bastante que desear. Por un lado la animación es bastante pobre, por no decir mediocre. Es para peques porque ellos no tienen un criterio definido y lo más probable es que les guste Casper y este tipo de historias navideñas que sirven para revivir a Casper, algo abandonado en lo que a la televisión se refiere. Este tipo de películas navideñas son un género que no se ha de tomar en serio ya que los directores tampoco lo hacen, porque esta película obviamente no está tomada en serio.

La historia está bastante caducada, ya que al no tomarse en serio esta película el guionista ha decidido no trabajarse una buena historia original, fresca y divertida, sino que ha ido a lo fácil como es de esperar. No es original pero para nada, ya que a partir de la serie de dibujos han salido películas como Casper (1995), que aun merecía el aprovado, Casper: la primera aventura (1997) que ya decae bastante, Casper y la mágica Wendy (1998), peor aun y para acabar la caída de la saga llegó en 2000 Las Navidades de Casper.

El guión y la banda sonora demuestran claramente que el músico se ha limitado a componer canciones navideñas bastante cutres y el guionista se ha limitado a escribir una historia amable para que los niños disfruten viendo a su fantasma favorito intentando asustar a gente de la que se acaba haciendo amigo.

Recomendada a los peques que amen a Casper y a esos fans de Casper que tienen la casa llena de pósters. A esos se la recomiendo. También la recomiendo a esas personas que tengan ganas de suspender una película.

Este pueril resultado de cómo explotar una peli infantil ya de por sí bastante cutre es jarto complicado de empeorar. Aburre a los niños (lo sé porque la vi con uno y dijo lo que dijo) y ofende gravemente a los adolescentes y adultos. Además de empalagar con ese tema que tanto asco me ha ido dando, la maldita Navidad (que me digan luego si tengo el síndrome de Scrooge, que me da igual).
1000 millones de veces es preferible ponerse "El día de la bestia". Y en compañía de los niños, claro, como si ellos fueran tan inocentes.