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Mi primo americano

Drama Sandy es una adolescente que vive con sus padres y sus dos hermanas pequeñas en un idílico rancho en Canadá. No obstante, ella no es feliz: sus padres la tratan como a una niña. Una noche recibe la visita de su primo Buck, un joven californiano, que llega en un precioso cadillac rojo. (FILMAFFINITY)
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Críticas ordenadas por utilidad
30 de enero de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, uno de los aspectos más atractivos de observar películas compulsivamente es que jamás dejo de aprender cosas nuevas y de descubrir esas pequeñas gemas que han pasado ampliamente inadvertidas a pesar de sus sobrados méritos. Siento que ese es el caso de “Mi Primo Americano”, un tierno, divertido y emocionante drama que recrea de una forma sumamente justa y evocativa la vida en un pequeño pueblo canadiense de los años 50, desde la perspectiva de Sandy (Margaret Langrick), una jovencita de 12 años, quien, a pesar de su inocencia, desea con todas sus fuerzas que sus padres – y la gente a su alrededor – deje de tratarla como a una niña.

La directora Sandy Wilson presenta la historia de una manera convencional tanto en la narrativa como en otros aspectos de estilo, sin embargo, no se puede negar que precisamente su sencillez es lo que hace que nuestra atención, como espectadores, radique en el fascinante atractivo de los personajes principales y, sobre todo, en los detalles que la hacen encantadora y verdaderamente reconfortante.

La cinta narra con prolijidad el encuentro de Sandy con su primo Buck (John Wildman), un simpático y rudo "a-la-James-Dean" joven californiano, evento que para Sandy tendrá una importancia capital pues ve en él a un ídolo, a un modelo, al amigo-hermano-novio que siempre quiso tener, a ella le duele su indiferencia (él la trata – igual que todos – como una niña) y le encantan sus detalles. Buck, por otro lado, aunque se siente un poco fastidiado por Sandy, la respeta y se muestra comprensivo y dulce en ciertos momentos. De esta manera es como se va desarrollando un maravilloso cuento de transición de niña a mujer lleno de matices y concebido con honestidad y un adorable toque personal.

Margaret Langrick y John Wildman realizan interpretaciones realmente fantásticas. Langrick comunica con sinceridad las angustias de una adolescente y esa encantadora, cuasi-victoriana y pseudo-trágica concepción de la vida y el amor, propia de toda chica de su edad. Wildman, por su parte, es puro carisma y uno comprende fácilmente, gracias a su fascinante retrato de un “rebelde sin causa”, porqué causa tanta admiración en la heroína de la cinta.

En conclusión, si en algún momento tiene la oportunidad de ver “Mi Primo Americano”, no lo dude y hágalo, quizás su candidez, precisión, ternura y sinceridad le cautivarán tanto como a mí.
Luigi De Angelis
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