La luz prodigiosa

Incomprensiblemente desconocida obra, que hurga en el olvido y en los recuerdos de sus protagonistas, desarrollando en la trama una caricia en lo mas hondo de nuestra alma. Con magia pero sin demasiados trucos; afianzada por el poderío de las tres interpretaciones masculinas (Landa, Manfredi y jose luis Gómez en su brevísima aparición), la siempre hipnotizante música de Morricone, la belleza de una Granada fría y distante, junto a una dirección, fotografía y montaje de una sutileza conmovedora.

El film fue premiado en el festival de Moscú con el premio del publico, el San Jorge de oro y premio vogue al mejor vestuario. También fue premiado al mejor director en el festival latino de Los Angeles.

Lo importante de la película no es Lorca sino el bello viaje hacia su descubrimiento.

Ingeniosa metáfora que entremezcla los remordimientos del pastor (Landa), la falta de escrúpulos de una oportunista (Kti Manver), la melancolía de un trasnochado artista (José luis Gómez) y admirador de Lorca; y un hombre-sombra ( Manfredi) que perdió la memoria y la razón al igual que, una España rota que al mismo tiempo perdía aun gran poeta y nunca le encontró.
Moraleja; el mas insignificante hombre puede albergar en su interior al mas grande, aunque ni el mismo lo recuerde.

Leí las críticas, me anime a verla y me ha encantado, en ella ví a mi padre, ya mayor, desorientado a veces, temeroso de todo lo extraño.. . Alfredo Landa magnifico en su papel , ha sabido transmitir, pero quien de verdad me ha parecido supremo en su interpretación ha sido Manfredi, me ha arrancado lágrimas de emoción esta película.. estoy deseoso de comentarla con mi mujer para que la vea, ella ha sido quien me ha aficionado a los dramas y tambien la que me ha hecho investigar dentro del cine español. Disfrutad visionándola.... y gracias Landa porque aunque te he descubierto tarde te disfruto. Le he visto en ese homenaje que han hecho en los Goya y aunque no se si esta enfermo o solo estuvo desafortunado... en su intervención, por papeles como este y por el de Luz de domingo bien merece la pena que siga rebuscando en tu filmografía.-

No es que sea una obra maestra, pero sí es ejemplo de algunas cosillas. Se me ocurre, que es ejemplo:

- De que Alfredo Landa siempre cumple (¿Será esa la definición de “buen actor”?)
- De que se puede hacer una buena intriga a partir de una idea sencilla, sin necesidad de dar 15 vueltas de tuerca, y sin necesitar un presupuesto desorbitado.
- De que este país aún puede hacer buen cine (Perdonen por el tópico).
- De que a poco que tengas un guión decente, ya no es imprescindible tener actores jóvenes y guapos, ni otra clase de artificios (Ni tampoco enseñar las tetas).
- De que desgraciadamente, hace falta una buena promoción para llegar al gran público (Y posiblemente enseñar las tetas).
- De que esta página web parece que funciona, porque sino nunca hubiese visto esta peli.
- De que Baltasar Garzón no debe abrir fosas, porque nos destripa el cuento.
- De que se han hecho tantas películas de la guerra civil española, que va a resultar que fue una guerra rentable.
- De que la poesía nace en el cerebro, pero se instala en el corazón (Buagg, ¿He dicho yo eso?).
- De que existe una intriga mayor que la de saber quien es el personaje. ¿Cómo demonios consiguieron la música de Ennio Morricone?

No se me ocurre más. Me voy a cenar.

Bonita es poco, 'La luz prodigiosa' es una película preciosa, de esas que merece la pena descubrir, de esas que llegan a tus manos sin saber por qué y logran conquistarte y robarte el alma. Es inexplicable que estas caricias convertidas en película no logren ser conocidas y que bazofias españolas inunden los cines, los videoclubs y nuestras mentes, será por eso por lo que tiene tanta magia, porque carece de lo que todo el cine comercial posee. La historia es sencilla pero brillante, y las actuaciones son la cumbre de dos grandes del cine.

Soy una persona que se emociona fácilmente, es cierto, pero pocas películas me han conseguido llegar tanto como ésta y eso que la he visto ya varias veces. Es una crítica soberbia a la guerra civil y a las ideologías y prejuicios.
Es pura poesía, está soberbiamente narrada y las interpretaciones de sus protagonistas son magníficas (sobre todo Alfredo Landa como Joaquín, Nino Manfredi como Galápago, Iván Corbacho haciendo de Joaquín de joven y José Luis Gómez como Silvio).
Me he sentido dentro de cada escena, recorriendo las calles de Granada con Joaquín y Galápago, vibrando con su inocencia, con su amistad y cariño.
Joaquín no había olvidado tras cuarenta años a ese “desconocido” al que, con los ojos limpios de un chaval de diecisiete años, supo ver desde el primer momento sin ideologías ni prejuicios, sólo como el ser humano que era y al que trató siempre con una bondad natural que traspasa la pantalla. A pesar de todo el tiempo transcurrido, incluso cuando Galápago ya era mayor e invisible para todos los que le rodeaban, salvo para él, Alfredo Landa nos da una lección magistral de humanidad.
Qué hermoso sería este mundo con más gente como Joaquín.