Un hecho violento

Como una pesadilla que se vuelve realidad, la atribulada peripecia de los protagonistas se enreda en una madeja de azares que J.M, Forqué trata de resolver con acierto variable.
La falta de credibilidad, la interpretación anodina por parte de los protagonistas y una atmósfera permanente de ingenuidad no favorecen el desarrollo de la acción.
El argumento resulta válido pero en su trayecto hasta la pantalla pierde verosimilitud.
La película es dura, algo exasperante e incómoda por la naturaleza de la trama, lo cual la convierte en interesante.
Pero tiende a mostrar debilidad en su elaboración cinematográfica.

Vamos, que estando escrita por Alfonso Sastre, digamos que según el resumen de la peli, la indisposición de la protagonista Maber Karr puede interpretarse como la de la república española y Adolfo Marsillach sería la representación de la represión del Caudillo Calvillo sobre el héroe Morse (?) al que no puede perdonar su ligero desliz moral al cometer el atraco. Y nos quedamos tan a gusto con las alegorías, a ver si va el pueblo soberano y lo pilla... La película está bien filmada aunque resulta estrámbotica cuando nos quiere hacer pasar por yankees a tipos de la Alcarría profunda (¿Existían los directores de casting en la industria de los 50?) en este drama precursor de alguna película de los directores americanos de la generación de la televisión. Artesanalmente correcta y digna, por lo demás,