Lady Godiva

Esta bonita leyenda inglesa acaecida en la Edad Media (siglo XI), que los propios historiadores dicen que se fundamente en una base real, entre ellos el cronista del siglo XIII Roger de Wendower, merecía un mejor tratamiento cinematográfico por parte de Arthur Lubin, director de la conocida saga de comedias de los años 50, que tenía como protagonista a la mula Francis.

Su película no profundiza demasiado sobre los hechos de esta leyenda medieval, dejando simplemente, lo que pudo haber sido un interesante romance histórico, en una moderada cinta de aventuras en tecnicolor. Su ligero argumento y superficial guión, ambos de Oscar Brodney, sólo se apoyan en un buen reparto entre los que destacan por supuesto la siempre fordiana Maureen O’Hara, que da vida de una manera veraz a la bella dama anglosajona, Victor MacLaglen en el papel de Grimald y Torin Thatcher como Lord Godwin entre otros. Más desapercibida pasa si cabe, la interpretación de George Nader como Lord Leofric, Conde de Mercia y esposo de Godiva. Destacar como simple curiosidad para los más cinéfilos, la fugaz aparición sin acreditar casi al final, de Firts Saxon, un joven Clint Eastwood, que interviene del mismo modo que también lo hiciera ese mismo año en el clásico de ciencia ficción de serie "B" Tarántula de Jack Arnold. Encontrarlo sin saberlo es todo un ejercicio de agudeza visual.

Por lo demás, yo les sugiero que imiten un poco a Peeping Tom (el sastre mirón), el único vecino que a través de una ventana no pudo resistirse en observar a Lady Godiva a lomos de un caballo por las vacías calles de Coventry, y echen un vistazo a esta aseada y discreta cinta de la Universal.

Pero desgraciadamente sale poco, y su larga melena pelirroja tapa hasta los tobillos prácticamente, así que no se hagan ilusiones.

Es una pena, no por el despelote que es lo de menos, porque la leyenda de Lady Godiva podía haber dado mucho más de sí en una película. Supongo que a la mayoría de la gente el nombre ahora si acaso le suena a los deliciosos bombones belgas. En realidad son los bombones quienes se inspiraron en esta leyenda inglesa.

Naturalmente no son nada fieles, y lo que era un puteo entre marido y mujer aquí lo convierten en un folletín de aventuras con romance medieval. Se salva la siempre atractiva Maureen O'Hara, porque el pardillo que hace de galán está ridículo con ese tupé.

El conde de origen normando Eustace, quiere imponer mayoría normanda en el gobierno del Rey Eduardo a lo cual, como es lógico, se opondrá la oposición sajona. Surge pues una breve exposición de esas confabulaciones de palacio de las que tanto se hablan de la Edad Media, y que tanto se escribe en artículos y novelas históricas. Los diálogos resultan, aparte del uso clásico del plural al referirse a la segunda persona, muy al uso actual pero tampoco es cuestión de infravalorarlos, lo mismo que el vestuario, muy al corte inglés y aceptable.
No falta de nada, escenarios campestres y decorado de categoría que hacen que las casas y el pueblo resulte simpático, y se sigue el hilo del argumento sin dificultad. Maureen O´Hara es ideal para su papel de mujer que se impone ante su marido, el otro conde que no acepta que los normandos hagan y deshagan a su antojo, y ella tampoco se somete a que su marido haga y deshaga por medio del ordeno y mando, y representa muy bien la valentía y la inteligencia para ir ganando terreno en esos reinos de batallas entre caballeros leales y desleales.
Por ahí está su amigo en otros repartos históricos Victor McLaglen, con una antorcha encendida con la que perseguirá al Tom El Fisgón, o Tom El Mirón. Lady Godiva es un mito que ha inspirado películas, literatura, obras musicales, esculturas y multitud de obras pictóricas hasta la actualidad, y ello debido a darse un paseo desnuda a caballo por las calles del pueblo que por aquel entonces de cuando surgió la historia, fue un notición. Hoy sería noticia de un día.

Vista dos veces, la primera de ellas cuando tenía unos doce años, pensé esto de ella:

"Entretenida película, basada en una leyenda medieval,, realizada con más pericia de la habitual por su realizador.
Una de las primeras apariciones en el cine del, tiempo más tarde, magnífico Clint Eastwood (este comentario lo añadí años posteriores)".

Viéndola de nuevo, por televisión, en una bonita copia, en agosto de 2020, sigo pensando que es entretenida y vistosa, con gran profusión de medios en cuanto a vestuario, peluquería y dirección artística y una convencional pero a la vez funcional realización de Arthur Lubin, el director de, por ejemplo, las chistosas películas con la mula Francis.
Aquí, lo cierto es que gusta la historia y se sigue fácilmente gracias a un simple pero certero guión, aunque como tampoco tiene nada realmente memorable, como no sea la belleza de una Mauren O'Hara preciosa con esa sublime larga melena roja, pues digo que, se puede olvidar con facilidad. Pero mientras se ve es amena y deja un buen sabor de boca.
No es una gran película, pero es agradable.

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Pero como si no. Si algún ingenuo pensaba atisbarle el culo a Maureen O'Hara, ya puede olvidarlo. Para colmo, la película es mala de cojones. El galán, o sea, George Nader, era gay, del círculo de Rock Hudson, y un intérprete nefasto (claro que con ese guión...). Ah, atención a la aparición de Clint Eastwood casi al final, cuando liberan al galán de la cárcel. Tiene frase y todo.