Kröd Mändoon and the Flaming Sword of Fire (Miniserie de TV)

Serie que se puede ver de una sentada, con mucho más aspecto de británica que de yankee (a pesar de constar como coproducción) y con un ritmo agradable debido a lo evidente de sus gracietas.

Limitada a un humor simple, y que funciona por acumulación, aún así entretenida y hasta prometedora si crea un precedente para entregas con más medios. Llena de prejuicios y obviedades, se requiere un cierto interés en el tema medieval y fantástico para que cale, pero de ser así es aconsejable.

Seis capítulos de unos veinte minutos cada uno para la primera temporada de esta coproducción inglesa-estadounidense. Es una parodia ambientada en la época medieval fantástica, un estilo a "the seeker", con buenos decorados y ambiente excelentemente cuidado. Con un extraordinario Matt Lucas que interpreta al Canciller Dongalor, el mejor y mayor tirano déspota que yo haya visto, enfrentado a un grupo de rebeldes liderados por un inocente y puritano Krod Mandoon interpretado por Sean Maguire (casi 300).

Utiliza muchos tipos de humor: simple y directo, por repetición, verde... pero menos absurdo, surrealista y genial que el humor de los monty python. A mi parecer sería una mezcla entre "Top Secret" y "little britain", si te gustaron ambas, Krod Mandoon and the Flaming Sword of Fire creo que tambien te gustará.

Mi resumen: no me ha gustado y me he reído poco. Su humor acaba siendo tan escatológico y tan poco plural que acaba igual que una bomba fétida: da un poco la tabarra y molesta al principio pero finalmente resulta inocua e infantil.

“Kröd Mändoon and the Flaming Sword of Fire” se queda en parodia venida a menos compensada por un desaguisado propio de la caricatura cómica, gags groseros y zafios de sexo, más sexo, mucho más sexo, humor ‘zoofilial’, gayer, más sexo si no quedaba y violencia desbocada. Matt Lucas lo hace bien y cuando se pone a cargarse hasta el apuntador es hasta entretenido… pero el resto parece un suplemento de “Epic Movie”.

La apología del humor zafio en todas sus vertientes mata por repetición y poca sorpresa. Ni pincha ni corta ni por supuesto mata por fétido que sea el invento.