The Devil's Mercy

Según llevo siete minutos y medio viendo The Devil´s Mercy me doy cuenta que estoy ante una de esas películas de serie B realizadas para TV, de esas que ponen los domingos por la tarde en la tele y que suelen ser un bodrio de mucho cuidado, pues eso; no creo que aguante mucho: mala realización, bajo presupuesto, actores mediocres... Intento aguantar un poco más, tampoco resulta tan mala... Después de media hora sigo pegado a la pantalla, el guión no es tan malo como parece... Una hora y veinticuatro minutos después me he tragado enterito el supuesto bodrio y no resulta tan mala como parece. La historia me ha enganchado; si, no es para tirar cohetes, pero para pasar un rato no esta mal, pasable, aunque hay cosas que no se entienden muy bien, pero bueno, a la hora de la siesta todo se perdona.

Acostumbro a ver esta clase de películas con pocas espectativas y normalmente esa actitud me funciona bastante. De hecho, siempre digo que soy muy permisivo con esta clase de films, y en esta ocasión, antes del visionado, adopté mi talante habitual. Y la verdad es que me fué bien hasta, más o menos, el minuto 80 de la película. Es decir, hacía al final.
Los minutos anteriores se hacen interesantes. Más que por las cosas que pasan por las cosas que deben pasar. Por lo que intuyes que puede suceder pero que no acaba sucediendo.
La película, a pesar de su discreto ritmo, no se hace lenta en demasía y juega bien sus cartas hasta el final. Los minutos restantes a partir del 80 son, a mi entender, totalmente decepcionantes. La resolución de la película alcanza, incluso, cotas cercanas a la ridiculez y eso, de alguna manera, acaba perjudicando la valoración final que uno mismo hace de la película.

Le hubiera puesto un 6 de tener un final un poco más sólido y compacto. Dudaba entre el 4 y el 5 y, finalmente, he apostado por este último.

Los que hayáis visto The Devil's Mercy, tenéis todo el derecho del mundo a mear y no echar gota. Los que no la hayáis visto, aceptad el consejo de un amigo: no os acerquéis a ella.

Melanie Orr, guionista mediocre y directora nefasta, se pone al frente de este bodrio mayúsculo que es The Devil's Mercy. El guion de James A. McLean es una mezcla de La semilla del diablo, La profecía y algún que otro episodio de series chungas como El club de medianoche o Historias de la cripta. Esa combinación podría ser incluso buena si estuviera hecha con algo de sentido común, pero eso de meter varias ideas en la exprimidora y servir el resultado no es del todo buena. Podría ser, también, que una idea tan floja pudiera haber llegado a algo en manos de alguien que tras las cámaras tuviera ambición o, por lo menos, el mínimo de inteligencia cinematográfica exigible para trabajar en este mundillo. Si bien es cierto que The Devil's Mercy cuenta con el mismo presupuesto que un niño que va a comprarse la merienda, eso no es excusa para lo que vemos en pantalla, pues simplemente con una cámara puede hacerse algo mucho mejor que buscar planos inquietantes sin fortuna durante toda la película. Se nota, por otra parte, que Melanie Orr ha visto bastante cine asiático de terror, pues busca en el maquillaje y los sustos largos meter el miedo en el cuerpo de un espectador al que los 90 minutos de duración de la película se le hacen eternos. Luego, bueno... llega el esperado final y resulta que te cuentan cuatro o cinco gilipolleces que no hay por dónde cogerlas y ahí acaba todo, con preguntas en el aire y respuestas absurdas.

Stephen Rea, actor aceptable que misteriosamente ha estado en nómina de varios de los bodrios más grandes de los últimos años, hace de malo maloso. Rea parece no esforzarse, como si supiera que está haciendo una mierda importante. Deborah Valente posee belleza, pero no talento. Sin embargo, visto que el talento brilla por su ausencia en todos los apartados de la película, una cara bonita no sobra, pues a nadie le amarga un dulce. Michael Cram es el tercer adulto, que empieza como protagonista a un nivel nefasto y que luego se dedica a ponerse la mano en la tripa como único gesto que evidencia su "enfermedad". Los dos jóvenes de la película son los mejores, de lejos. Por un lado tenemos a Dylan Everett, que aguanta la montaña de mierda que tiene a su alrededor con un temple impropio de su edad. Por otro lado, Hannah Lochner, protagonista (o antagonista) a posteriori de la película, hace un trabajo de aprobado raspado, superior al del resto del reparto.

Resumiendo, que es gerundio: The Devil's Mercy tiene un muy mal guion, una dirección espantosa, una puesta en escena injustificable pese a la falta de medios y unas flojas interpretaciones. Para colmo de males, el montaje es un absoluto desastre.