Madagascar 3: Los fugitivos

A pesar de que el título original de la tercera parte de esta excéntrica historia de animales domesticados sea "los más buscados de Europa" en España, cómo no, lo han cambiado de cabo a rabo para darle un aire más guasón y optimista. Y debo decir que por una vez estoy de acuerdo. Porque si hay algo que le sobra a "Madagascar 3" es marcha, mucha marcha, demasiada marcha (aunque poca Europa, a saber: Roma y Londres). Y sin embargo le falta todo lo demás. Empapada de gags ridículos y acentos aun más ridículos, esta película es un constante bombardeo de imágenes a todo color -incluyendo el neón- que cansan la retina y el cerebro y dejan totalmente insatisfecha la sed por la diversión.

Una verdadera pena tratándose de una franquicia que había conseguido lo que pocas: tener una segunda parte más entretenida y humana que la primera.

"Madagascar 3" adquiere ahora unas impropias dosis de adrenalina y en apenas 90 minutos nos meten por los morros (y con calzador) una historia que alcanza una velocidad y unos límites de subrealismo indignos incluso de la compañía Dreamworks. No es que esta película desafíe las leyes de la física, sino que directamente pasa de ellas de un modo que desoncertará incluso a los más pequeños.

Ni siquiera la historia genera la más mínima empatía. El león Alex (soso y neurótico como de costumbre), la zebra Marty (mucho menos humana y más ridícula), la jirafa Melman (perdida su hipocondría sin dar ninguna explicación) y la hipopótamo Gloria (abandonado su carácter arrollador) son infelices en Africa y añoran (¡aun!) Nueva York, de modo que deciden ir a buscar a los pingüinos a los casinos de Monte Carlo para que estos les lleven en su avión a casa. Puesto que son acechados y perseguidos por una cruel y sádica agente francesa, tienen que entrar de polizones en un circo en el que, mira por donde, descubren que si son felices.

A los seguidores de esta franquicia no solo no nos dejan disfrutar de los antiguos personajes, sino que además introducen nuevos envueltos en estereotipos etnicos y culturales que no generan nada más que suspicacia. Así, no aparece ni uno solo de los personajes que conocimos y amamos en la divertida Africa de "Madagascar 2". Los pingüinos, perdida su personalidad gamberra y divertida (hasta ahora lo más divertido de la saga, sin duda) son convertidos en meros y aburridos hombres de negocios cuyas apariciones se cuentan con los dedos de una mano. La belicosa ancianita es indignamente sustituida por una mala malísima agente con marcado acento francés que persigue a sus presas con el afán de un depredador, sospechosamente parecida en sus gestos al robot de "Terminator 2" que imita a Edith Piaf a la perfección. (sigue en spoiler)

Al igual que hace un mes yo no daba un duro por Ice Age 4 y me gustó aunque no tanto como las otras, este mes ha llegado la tercera parte de la saga que mejoró a la primera parte tanto en frescura como en aventuras. Pues bien, ahora se han vuelto a superar, si bien la segunda parte a mí por lo menos me dejó bastante satisfecho, con esta tercera parte me he quedado asombrado y he pasado 80 minutos enbobao. Para nada me esperaba que fuese tan buena. Quizás algunos la tachen de empacho visual, que el guión hace aguas en algunos momentos como el hecho de que la poli francesa huela y adivine donde están los animales o que atravesase paredes, pero señores, estamos ante una película infantil para niños en la que unos animales hablan, unos pingüinos son mafiosos, ¿Qué más nos puede sorprender en esta película que no sea real?. Personalmente me he divertido con todos los personajes, por lo menos ya no cansa ver a Melmann haciéndose la víctima todo el rato, o el repetido mal humor de Gloria de lo que algunos piden. Álex no es un personaje que en sí haga gracia pero tiene su tono y como protagonista que es, es un digno personaje. Los pingüinos vuelven a ser lo mejor de la cinta sin tener nada que ver con esa estúpida serie que me aburre. Los perros son los que más me han hecho reír junto a la osa y el rey de los lemures montados en la Ducati. La película en sí tiene momentos muy buenos y espectaculares como la huida de Mónaco con un espectacular 3d muy bien cuidado o la espectacular presentación en el circo con la canción de Fireworks de fondo. Oír el Con te partiró de fondo viendo a Baron Cohen besando la mano del papa es desternillante. En sí la película no es mala no tengo punta que sacarle. Hacía tiempo que no veía en una sala de cine en la sesión de las 5 a niños bailando al final de una película y aplaudiendo a raudales, concretamente no lo veía desde Toy Story 3 y eso que no me he perdido casi ninguna cinta de animación. Sin duda, se han superado, han metido más color, más humor, más acción, más aventuras y un guión bastante interesante. Tampoco pido una obra maestra porque esto no es Pixar y para lo que da Dreamworks es bastante decente e interesante. En fín, una gran película de Dreamworks en la que pido por favor que no hagan una cuarta parte como hicieron con Shrek o Ice Age que una trilogía suena bien y más con este gran cierre.

Las nuevas aventuras del cuarteto animalado del zoo de Nueva York (el león Alex, la cebra Marty, la jirafa Melman y la hipopótamo Gloria) carecen de la chispa hilarante en su libreto que sus predecesoras sí tuvieron... aunque sí mantiene la simple distracción de aquellas.

Como entretenimiento familiar al menos es tolerable, y como entretenimiento infantil es de lo más oportuno (a los niños de mi familia les encantó). Pero permítanme que diga que, como joven que disfruta de las cintas de animación llenas de humor, mis expectativas buscaban más. Y es que la aguda e ingeniosa "Madagascar 2" me hizo (y me sigue haciendo) llorar de la risa, pero en "Madagascar 3" no soy capaz de levantar más de media mueca incómoda.

Ahí está el mayor problema de esta aventura circense de la pandilla zoológica: que su humor patina. Sin encontrarnos con un nuevo personaje a la altura de Moto-Moto (o la abuelita asesina) y con sus personajes ya conocidos algo desvirtuados (el cachondeo de Marty aminora la marcha, Melman parece estar curado de su hipocondría, Alex ya no resulta un guasón presuntuoso, etc.) y sin tanto carisma como acostumbraban, el film se llena de simplones chascarrillos desacertados y situaciones surrealistas que patinan bastante más que las ofrecidas de manera chispeante en sus predecesoras. Esta vez la gamberrada llega ser tan bobalicona y pueril que la risa no sorprende, y la sonrisa solo se encontrará si se busca muy a conciencia.

Pero el metraje por lo menos se soporta con agilidad. Aquí nos encontramos con un ritmo trepidante de situaciones memas (con un humor a medio gas). El montaje es enervado y magnífico. Y en su aspecto visual destaca más que las anteriores (el diseño de estos universos europeos y circenses es decididamente fastuoso, y destaca de manera notable su colorido y plasticidad).

Por ese aspecto gráfico y esa cadencia prácticamente desenfrenada, "Madagascar 3" puede sobrellevarse sin mucho esfuerzo, pero este relato de imposturas y amistades (que tienen todas estas cintas animadas familiares) escasea de lo fundamental: un guión que aporte un humor ocurrente tan desternillante y tronchante como se esperaba (sabiendo de sus precedentes). "Madagascar 3" corrobora lo que algunas terceras partes ("Shrek 3", "Spider-Man 3", "Superman III", "Terminator 3") ya confirmaron.

Lo mejor: Que a los niños sí les gustará.
Lo peor: Que su humor flojea algo más que en sus anteriores entregas.

La actual trilogía “Madagascar 3: De marcha por Europa” ha entendido perfectamente el formato y sus posibilidades para lanzarse al circo de tres pistas y convertir su animación en una extensión del universo Tex Avery, en un colorido e imposible Cirque de Soleil o en la cabalgata más gayer, con sexo interracial, que el mismísimo Rouco Varela aplaudiría. Si “Madagascar” (2005) era uno de los mayores refritos bajo un planteamiento insultante —animales que desean volver a sus jaulas, incumplir con la cadena alimenticia que sostiene ecosistemas y ser víctimas de una sociedad que les utiliza como objetivos—, en “Madagascar 2” (2008) el humor absurdo empezó a plagar la película como un virus… un virus salvador. Los pingüinos (que harán suyo su propio spin-off) y los simios siguen como constantes y la abuela Terminator se ha reconvertido en una implacable y sádica capitana francesa de control de animales. “Madagascar 3: De marcha por Europa” funciona tanto por su suma de referencias, sketches inverosímiles y su clara vocación de estirar y tensar el slapstick absurdo con salto y tirabuzón.

La película, aparte de ser la mejor de las tres pese a recibir numerosos tiros y palos de la prensa norteamericana en un claro y flagrante maltrato animal, resulta ser tan divertida como sorprendente saltando sobre lonas poco originales pero con piruetas inauditas. La mejora técnica es comprensible pero su astuto y ágil guión catapulta el espectáculo a un carrusel de fuegos artificiales y carcajadas a ritmo de Katy Perry y luces de neón en lo que podría ser la primera película ‘queer’ del cine de animación infantil y familiar.

Pese a que la película no se asomará por premios mayores y abogará la presencia de DreamWorks Animation a “El origen de los guardianes” y a un puñado de nominaciones técnicas en los Premios Annie, está por encima de la media de productos familiares y del cine comercial de animación mainstream. Con instantes frenéticos y descabellados pero con tramas de fondo aburridas y conflictos trillados, el show se formaliza sobre un gran número de estelas y pistas con grandes secuencias de acción y con infinidad de guiños en la ejemplar escena, con Montecarlo de fondo, entre perras travestis y una Osa Mayor ávida de cariño y HAMOR. Con tres continentes en su haber esperamos un “Madagascar 4: De marcha por Asia” como nueva gira final y trampolín a la animación donde solo cabe el aplauso final o el lanzamiento de calzones rosas.

Una cinta de animación extremadamente divertida, los animales parlanchines están de vuelta ahora por Europa en situaciones tan absurdas y a veces tan estúpidas que a simple vista del avance ya la vomitas, pero la película sorprende y las dosis de buen humor jamás se acaban.

Un punto a favor de la película es que nunca se toma en serio, y es su principal fortaleza porque se le da toda la libertad de formular chistes y momentos tan hilarantes que jamás se verían en otras películas. Desde que empieza hasta cuando termina no paras de reírte, aunque la trama sea previsible la historia no parece que sea lineal, incluso no parece que tenga un argumento lógico, porque sacan cada cosa que no te lo esperas. Es como una montaña rusa en lo divertido (algo drogada e idiota), y funciona en todo momento, ni siquiera te da un respiro. En pocas palabras, es como una caricatura con mucho presupuesto, donde los escritores estaban tomados o drogados, pero que les quedó un buen producto irónicamente.

Los nuevos personajes agradan y rápidamente te encariñas con ellos, mención especial para el león marino “Stefano” que casi se lleva la película, la villana me pareció un personaje demasiado excesivo. Los efectos visuales son espectaculares, la musicalización sería su punto negativo junto que abusan demasiado de las situaciones absurdas.

Excelente película que no recibirá un Oscar pero te llenará de tanta risa que terminarás amándola. También hay referencias de otras películas como “MATRIX” “Terminator 3” y “Pollitos En Fuga”, entre otras.

¿Qué pasaría si se toman en serio? La película simplemente no tiene las bases para eso, terminaría perdiendo.