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La Bohème

Musical. Romance Adaptación cinematográfica de la famosa ópera de Puccini. París, primera mitad del siglo XIX. Cuatro amigos comparten un ático cochambroso. El grupo lo forman el poeta Rodolfo, el artista Marcelo, un músico alegre llamado Schaunard y el filósofo desprendido y un poco gruñón Colline. Los cuatro son bohemios y pobres pero llenos de pasión y con muchas ganas de vivir. En Nochebuena deciden irse al Café Momus para celebrarlo. Este hecho ... [+]
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Críticas 8
Críticas ordenadas por utilidad
29 de diciembre de 2010
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya sorpresa!

Adoro la ópera y me encanta el cine. Para las personas como yo esta película es perfecta. La Bohème tiene mucho mérito por varias razones:

- La ópera, como el teatro, filmada presentan siempre un problema para ser valorados como algo cinematográfico, sometido a las leyes y lenguaje del séptimo arte. Sin embargo, esta visualización del bello monumento lírico-romántico compuesto por Puccini contenta a la perfección a los puristas del bel canto y a los amantes de las películas.

-Algunas ideas, caso de la utilización de la pantalla partida o las escenas en blanco y negro, funcionan a la maravilla, transplantando a la ópera códigos del musical. Los escenarios nevados, el edificio y las frías habitaciones, la ciudad misma...dejan de ser decorado para pasar a ser personajes móviles.

- La interpretación está a cargo de cantantes de ópera y no de actores que cantan o que simulan cantar. Se han buscado cantantes de ópera de primer nivel y eso se nota. A mi juicio todos bordan su papel y realizan unas actuaciones de máxima calidad. A destacar, como no, los dos protagonistas Anna Netrebko y Rolando Villazón, cuya química en la pantalla es innegable.

- Esta es una producción loable, digna de ser tenida en consideración para que las personas inquietas culturalmente se acerque a ella. Al fin y al cabo puede ser una forma de atraer a un mayor número de personas el género operístico, lo cual está genial.

- Además no todo el mundo tiene la posibilidad (o el dinero) de ir a la ópera o de poder ver a estrellas del nivel de esta película en acción, así pues, esta es una forma de ver en casa una de las óperas más famosas de todos los tiempos. Como curiosidad diré que esta obra refleja las propias vivencias de Puccini durante sus años de estudiante en el conservatorio de Milán, donde compartió habitación con Pietro Mascagni.

Para mi ha sido una grata sorpresa y la recomiendo a todo amante de la música y el buen cine. Eso sí, a quien no le guste ver películas en VOSE o musicales, no creo que disfrute mucho con el film.

Saludos!
Ana Cervantes
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26 de diciembre de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelente película, quizás la mejor, sobre la ópera de Puccini. No me estoy refiriendo a la mejor versión de la Boheme, sinó al resultado cinematográfico.

La ópera, en general, es un género que por sus características, resulta muy difícil de plasmar en la gran pantalla sin caer en un producto visualmente poco convincente y sobretodo poco natural y aburrido.

Robert Dornhelm, sabe muy bien lo que hace y también conoce muy bien esta ópera de Puccini, sin duda, su obra maestra, junto a Tosca y Madama Butterfly sin olvidad la inacabada y espectacular Turandot. La cámara se convierte en un personaje más de la obra y nos dice cual es el camino a seguir en la filmación de este grandioso género musical.

Los protagonistas cumplen excelentemente su cometido, especialmente la pareja de amantes,Rodolfo y Mimí. Es esta pareja una de las mejores que actualmente podemos encontrar y comparable a otras grandes del pasado como,Freni-Pavarotti, De los Ángeles-Bjorling, Tebaldi-Bergonzi.....añadiendo su convincente actuación y naturalidad de interpretación.
Betulo
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15 de julio de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace años que los directores escénicos campan libremente en el mundo de la ópera. Estos indeseables -salvo raras excepciones- son la lacra de la ópera actual y veneno para la taquilla. Su objetivo: realizar todo tipo de tropelías para mancillar la obra de los compositores y libretista, trasladando (actualizando, dicen) acciones a geografías y tiempos distintos de los concebidos originalmente, importándoles una higa la obra del autor a machacar.

No es que haya ido mucho a la opera pero, con la dictadura de los escenógrafos, creo que la opera se ha convertido en un espectáculo degradado que no compensa su precio. Pagar 250 euros en el Teatro Real de Madrid por una Boheme para encontrarse en vez de un Rodolfo bohemio parisino y una delicada Mimí – enfermiza como manda el libreto- un Rodolfo (supongamos) traficante de drogas en Nueva York en los 80 o una Mimí, prostituta en Tailandia (que en lo de cargarse la propiedad intelectual moral de la obra, los analfabestias escénicos no tienen freno alguno) es un negocio al que no me apunto.

Por eso, reconforta ver una adaptación como esta: hoy lo revolucionario, lo verdaderamente atrevido y moderno es respetar la obra de los compositores, según fueron concebidas (recordemos, por ejemplo, que Wagner no solo era el libretista de sus óperas, sino que llegaba incluso a supervisar los figurines de los cantantes y, por supuesto, toda la tramoya escénica). Digo yo, ¿quién puñetas es un director de escena para cargarse la obra de Wagner en todos los aspectos meticulosamente concebidos por su autor?

Hace años se interpretaba las cuatro estaciones de Vivaldi por auténticos mamotretos sinfónicos, recordemos las versiones de Karajan con 150 músicos, o las películas de cine negro se coloreaban. Hoy se acepta que el respeto a los creadores requiere, en el primer caso, una orquesta barroca (mejor con instrumentos originales) y, en el segundo, el blanco y negro original (pues así fueron concebidas esas obras). Nada de eso sucede en la opera actual donde los directores de escena, sujetos que deberían estar en arresto domiciliario a la espera de juicio, no encuentran ninguna freno a la hora de perpetrar sus destrozos.

La excelente ambientación, el rico vestuario, y por supuesto las voces de la bella Netrebko y de Villazón suponen un espectáculo de una modernidad revolucionaria por ir valientemente a contracorriente de la tendencia desgraciadamente dominante.

Algunos “peros” impiden una nota superior:

- Villazón: lo suyo no es la actuación (roza la exageración en varios momentos). Tiene además este hombre unas cejas que piden recortes urgente y su sorprendente parecido con Millán Salcedo (de Martes y 13) me desconcentra.

- En el “sono andati” vemos unas imágenes que recuerdan a los videos de los karaokes. Imágenes a cámara lenta en blanco y negro donde los protagonistas se hacen carantoñas sin cantar. Se malogra este pasaje tan bello.

- La escena inicial de los bohemios siempre me ha parecido muy pesada, hasta el “che gelida manina”. A Puccini le pasa como a Wagner que tiene momentos sublimes pero pesadísimos cuartos de hora. No es culpa del cineasta obviamente, esta ópera es como es, pero no deja de afectar al resultado final.

Teniendo en cuenta lo dicho y, sobre todo premiando la valentía de una versión cuidadosamente académica va mi 7 final.
Alvaro3
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4 de diciembre de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema más habitual de las óperas que han sido llevadas al cine es lo forzado que se vuelve el lenguaje cinematográfico al someterse al del teatro; la verdad es que este caso el resultado es bastante espontáneo, gracias sobre todo a las licencias de guión que se han tomado respecto al libreto.

Y es que las óperas de Puccini, que tanta importancia le daba a las cosas pequeñas, son quizá las que mejor se adaptan al cine.

La ambientación sin embargo no es lo más conseguido, y eso que La Boheme, igual que Fidelio, debe ser una de las óperas que menos medios demanda, (!y con lo fácil y barato es ahora hacer cine!), pero sí necesita algo tan difícil de definir como es el "encanto", ese ambiente cálido y amable (recordemos que en esta historia no hay ni buenos ni malos, los únicos "malos" son el frío y la pobreza), y aquí es donde falla: se echa en falta una atmósfera algo más cálida, y sobra algo de luminosidad, sobre todo en los actos I y III.
Es cierto que en La Boheme, tanto en las anteriores veces que se ha llevado al cine como en sus infinitas reposiciones escénicas, se suele abusar de la gama de tonos pardos y fondos azulados; y aunque aquí se juega con un concepto diferente, inspirado en los comienzos de la fotografía, no está del todo resuelto, debido a ese exagerado contraste que baña toda la cinta.
Como propuesta es interesante -se nota que es una producción europea-, pero hubiera sido bonito que el primer acto transcurriera de noche: no tiene mucho sentido que dialoguen sobre la luz de la luna que les baña en pleno día.

Sobra también algún que otro efecto digital sobre todo durante las arias, ya que enturbian la homogeneidad del concepto visual, y que sin duda será lo q primero envejezca -qué lejos estamos de aquella versión de Karajan - Zeffirelli de los años 60...

En cuanto a la parte musical, quizá la Netrebko resulte un punto demasiado dramático para a la lírica protagonista, lo q junto a su incapacidad para los pianissimo la hacen una Mimí menos ñoña de lo habitual, aunque está a años luz de una Freni o una Tebaldi. Pero claro, incluso en el ámbito operístico, para vender entradas o copias del DVD hacen falta nombres conocidos, aunque el oscuro color eslavo de la voz de Anna Netrebko se de de patadas con el fino personaje genuinamente italiano.

De Rolando Villazon cansa sobre todo sus gestos histriónicos (¿y por qué no lleva al barbero los dos visones que tiene encima de los ojos?), pero es un Rodolfo juvenil y apasionado.

Estupenda Nicole Cabell en su Musetta, aunque quizá no todo lo "sourbette" que demanda el papel. Buen trabajo de los secundarios y de la dirección, aunque quizá el segundo acto resulte un poco precipitado. Se disculpan algunos cortes de poca importancia (los dos acordes finales con los que se remata el tercer acto, entre otros) que se han hecho a la partitura, ya que al menos un 90% de la música original está presente, cosa que no siempre pasa en las óperas llevadas al cine.
Munrraku
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19 de noviembre de 2010
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el éxito de “Manon Lescaut” (1.893), Puccini irrumpía con una nueva ópera basada en la obra por fascículos de Henri Murguer, “Scènes de la vie de bohème”. En febrero de 1.896, se representó en el “Teatro Regio” de Turín por primera vez. La historia es ampliamente conocida por dos protagonistas amantes, Mimì y Rodolfo.

Así de natural la historia, así de sencilla es una puesta en escena, que no resulta nada fácil cuando de diálogos musicales se trata. El cineasta de este interesante film, es Robert Dornhelm, un realizador rumano desconocido para la inmensa mayoría, quien se atreve con una cámara firme y muchas elipsis, revelarnos una ópera con todos sus parámetros. ¿Alguno de ellos?

La exageración interpretativa, y de grande histrionismo. Por supuesto, toda una adaptación con ese claroscuro de una ópera cargada de emotividad. ¡Qué nada! Un film para disfrutar dos nombres de postín: La soprano Anna Netrebko y el tenor Rolando Villazón.

Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic. Barranquilla, Colombia)
gonzalo restrepo sanchez
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