El argumento, además de confuso al principio, es insulso, en ningún momento consigue atraer la atención sobre la película. Por si fuera poco, encima de darte igual lo que pasa, hay un abuso ridículo de la cámara lenta. ¿Qué pretenden con ella? ¿que nos fijemos más en los detalles? ¿que nos recreemos en las tomas? pues no. Solo consiguen que el espectador se duerma. Solo se salvan los efectos especiales, pero, a estas alturas, eso ya no llama la atención.

La serie es impecable, incluso diría que fantástica. La trama, los personajes y con una dirección de cámara muy llamativa. Ahora bien, la visión que da del cuerpo de antidisturbios no es real. Se ajusta a una visión muy partidista y los muestra como gente inestable, desquiciada, drogadictos, cuando en realidad es gente muy profesional que debe superar pruebas psicológicas muy exhaustivas de forma periódica.

La serie hay que verla como un divertimento más, disfrutar del cine, de la historia y de sus personajes pero no creérsela porque miente. El problema es que muchos espectadores pensarán que estos profesionales son realmente así...

La película está llena de grandes detalles. La realización, como siempre en Pixar es fantástica, es entretenida, original y tanto pequeños como mayores, pueden pasar un rato muy agradable.

En cualquier caso, una película, cuyo destinatario principal es el público infantil, no puede tener una duración de casi dos horas. Es imposible que un niño aguante tanto tiempo.

Lo que en principio parecía una serie policíaca más, resultó ser una gran serie que destaca por unos magníficos personajes secundarios que no desmerecen en absoluto el trabajo del protagonista, Brendan Gleeson.

La trama es muy adictiva y se toma su tiempo para desarrollar unos personajes fantásticos que acaban siendo el alma de la serie. No decae en ningún momento, manteniendo un nivel muy alto desde el primer capítulo hasta el último. Incluso destacaría la introducción de cada capítulo que se va adaptando a lo que va aconteciendo.

Como en tantas otras series, lo que imagino que será un intento por explotar la gallina de los huevos de oro, prolongándola con una segunda temporada, es un error. De hecho, la segunda temporada decae muchísimo fallando justo donde la primera tiene sus puntos fuertes. La trama es mucho menos atractiva y los personajes secundarios rozan lo ridículo.

En resumen, una primera temporada fantástica y una segunda totalmente prescindible.

La película tiene el mismo guión visto una y mil veces. Aún así se deja ver sin más pero me animo a escribir esta crítica porque me parece imperdonable que una película para niños contenga multitud de palabras mal sonantes.

Vi la película con un niño de 7 años y no daba crédito al oír frases como, y cito literalmente, "Joder, esta puta versión de Pinocho y Gepeto me ha dejado acojonado." o "desde ahora, repollas, o mejor dicho, minipollas...", por poner un ejemplo.

Imperdonable.