Una estupenda muestra de cómo algunas personas especiales son capaces de ver la vida de una forma distinta a los demás. Es por esas personas que merece la pena vivir, y dar gracias a la vida por tenerlas en tu camino.

La protagonista es una de esas personas que son capaces de juzgar lo verdaderamente importante de las personas; el corazón, lo puro, lo singular. Es en cierta forma (y en conjunto toda la película tiene muchas referencias) como Amélie, pero menos naïve. Ella tiene una visión única, e intenta mejorar el mundo como puede, dando lo mejor a quienes lo merecen y lo peor a quienes no, como Amélie. Una especie de justiciera a pequeña escala.

Hay muchos otros detalles que recuerdan a la obra maestra francesa: la fotografía, la música, las fugaces bromas de trasfondo sexual... También se aprecian influencias de otras películas, como La princesa Mononoke, o la obra del mismo director "El laberinto del fauno", que comparte con ésta un lenguaje narrativo mágico.

Si crees que eres una de esas personas elegidas, vete a verla: te hará sentir especial.

Lo primero que hay que constatar sobre esta serie es que es de esas historias con un punto de partida inimaginable y fantástico, pero que es un puntazo, como pasa en Death Note o Code Geass. En este caso, nos encontramos con un poblado que vive bajo tierra, en unas condiciones peculiares, por no decir malas, y ante las cuales la mayoría de la gente es conservadora, pero un grupo liderado por la férrea voluntad de Kamina y el voluntarioso carácter del protagonista, Simon, se opone a tal creencia.

Otra característica clásica de esta serie es que todo lo que está pasando siempre forma parte de una trama a un nivel superior del que estamos viendo, la cual normalmente ni vislumbramos de lejos, y en la cual normalmente los personajes cambian de enemigos a aliados, o al revés (y los cambios tienen sentido). En este sentido, la gente suele decir que la serie tiene dos mitades claras, lo cual es evidente, pero yo diría que a nivel de "lo que vamos conociendo sobre la trama", hay más de dos partes. De hecho, en mi opinión podrían incluso haber hecho otra trama por encima más, añadiendo unos 8 capítulos al final.

Además, otra característica que me gusta de esta serie es que no alargan los combates innecesariamente, sino que se terminan en el momento justo, antes de que empiecen a rallarte. Por eso aunque sean pocos capítulos, la serie da bastante juego. En general, los combates son bastante monótonos y se ganan "por bravura", aunque algunas veces ganan gracias a estrategias nuevas que, pese a que normalmente son fantasmada, son de agradecer.

Acabo de mencionar el principal problema de la serie, que es que no sólo los combates, sino en general las decisiones se suelen tomar mas con el corazón que con la cabeza, lo cual puede hacer que la serie se os haga algo monótona, pero de todos modos, considero difícil que su comienzo no os atrape, o que decidáis abandonarla por la mitad, así que mi conclusión es que os recomiendo verla

Antes de nada, la película se compone de las OVAs 5 y 6, y en la 5 muestran trozos de la serie, así que los que no hayáis visto la serie hasta la temporada de Shishio, no veáis la película.

En la quinta OVA vemos que, como en la serie, Kenshin trata de olvidarse de su pasado ayudando a los demás y salvando vidas. Sin embargo, su pasado le volverá a dar guerra, ya que alguien que desde aquella época fue acumulando rencor hacia él le obligará a recordar aquellos días, y afrontar sus miedos enfrentándole a la realidad. Esta vivencia no sólo no nos resolverá la dualidad de nuestro protagonista, sino que se confundirá aun más.

Más tarde, los continuos viajes que Kenshin realiza en su afán por ayudar a los demás toman protagonismo a través de los ojos de una resignada Kaoru, que tiene que afrontar cada despedida como si fuera la última vez que fuese a ver a su ser más querido. Nos muestran cómo, aun así, la vida sigue, y las nuevas generaciones van ocupando los lugares que antes ocupaban otros. Además, vemos qué ha sido de los personajes que nos han acompañado durante la serie, que aunque ya son mayores siguen manteniendo parte de su personalidad. Por ejemplo, Kenshin sigue escogiendo las palabras y, sobre todo, los silencios, como en las primeras OVAs, mostrándonos esa parte tan reflexiva y filosófica de su ser que nos invita a ponernos en su piel para adivinar sus pensamientos. Sin embargo, sus ideas han cambiado ligeramente ya que ahora ha comprendido que no va a poder cambiar el mundo. Sin embargo, no se puede lamentar por no haberlo hecho, ya que lo ha intentado todo lo que ha podido. De hecho, sabe que, desde que "despertó", ha aprovechado la vida al máximo y, aunque una enfermedad amenace a cada instante con quitarle la vida, ha hecho todo lo que ha podido para ayudar a los demás, para expiar sus pecados y para resolver su dualidad. Sin embargo, en esto último, sabe que aún le queda algo por hacer, y deberá luchar con sus pocas y disminuyentes fuerzas para lograr su objetivo, lo cual introduce algo más de emotividad a un final ya de por sí emocionante, aunque en parte esperable, y sobre todo, muy interpretable

Esta película está dividida en cuatro OVAs, narrando la historia de Kenshin desde que es un niño hasta que decide no volver a matar, pasando lógicamente por su etapa como Battosai el carnicero.
Está marcada por un dibujo distinto del de la serie, mucho más sobrio y épico, adecuado para narrar esta historia con el minimalismo que merece. La pega es que, al reflejar los rasgos japoneses de los personajes, al principio los personajes se confunden mucho. En cuanto a la música, simplemente es muy buena, al igual que la de la serie, conformando otro elemento de sobriedad, que se complementa con la sutileza de los diálogos para potenciar el elemento unificador de las seis OVAs (estas 4 más las otras 2): el simbolismo.

Está claro que hay muchos fans de esta y otras series de anime que aprecian mucho más las batallas que las historias o los sentimientos. Si eres de esos, sin duda te gustarán las dos primeras OVAs, las correspondientes a la época militar activa de Kenshin. Tiene el pero ya comentado de que se confunden algunos personajes, pero si nos fijamos sólo en Kenshin, podemos apreciar una historia que tendría un paralelismo claro en la actualidad: la de un joven idealista que parte de unas ideas incuestionablemente pacíficas y positivas, pero que cuyo entorno (en este caso la guerra civil, pero en la actualidad podría ser algún político radical de poca monta) lo lleva a radicalizarse y lo fideliza hasta el punto de convertirlo en un arma que prácticamente no tiene sentimientos, aunque progresivamente va planteándose sus convicciones y lo que está haciendo actualmente, lo cual le hace entrar en razón.

Para la gente que, como yo, aprecia más otras cosas que la sangre gratuita, están las OVAs 3 y 4. Básicamente, se trata de un retiro de Kenshin en el campo, acompañado casualmente de una mujer, Tomoe. En él se repondrá de su sanguinaria etapa anterior mediante el descanso, la paz interior, el amor a la vida e incluso un poco de afecto.
Es ejemplar cómo se sobrepone a la rutina del labriego y a la incertidumbre de su situación fijándose en las pequeñas cosas, apreciando cada detalle. Tomoe también está experimentando lo mismo, lo que hace de los diálogos un monumento a la sutileza.
Esta parte nos muestra las relaciones hombre-mujer de la época (s. XIX), en cuanto al respeto mutuo, el trabajo compartido en el campo, etc. Es un acto de valentía mostrar las cosas como eran (se supone que algo suavizadas) dado que al ser el hombre el protagonista, podría parecer machista o políticamente incorrecto.
En general, esta parte está llena de sensaciones que si las captas son muy bellas, aunque a nuestro protagonista le perseguirán siempre los fantasmas del pasado, haciendo que su felicidad nunca vaya a ser incompleta.

Esta es, junto con "Largo domingo de noviazgo", la película más agradable que he visto, y con diferencia. Pese a una trama que pueda al principio parecer insulsa, pero que va desembocando en una mezcla de historias que te atrapa totalmente, esta película está tan bien contada y con unos efectos luminosos tan bellos que valdría la pena contemplarla sin fijarse en la historia, con el único objetivo de sentirse deslumbrado por esa maravillosa sucesión de imágenes, del mismo modo que admiraríamos un cuadro o escucharíamos una canción.
Además de su belleza sensorial (tanto por sus preciosas imágenes como por sus bellas músicas, que ayudan a teletransportar al espectador a este mundo de fantasía), esta película cuenta con la ternura de su protagonista, y con la gentileza desde la que se abordan en casi todo momento las pinceladas que nos aportan visiones reveladoras acerca de su carácter. Realmente, esa gentileza está presente en casi todas las descripciones, mientras que cuando se describe a algún personaje antagonista, se hace desde la óptica de la pillería, y no desde la de la maldad absoluta, como para evitar que reste belleza a la historia de la película.
Como ya comentaba al principio, el periplo de Amelie comienza de manera más bien inocente, pero va desembocando a lo largo del tiempo en un conjunto de pequeñas historias personales más o menos entrelazadas en las que la acción sucedida durante el transcurso de la película puede incluso dar sentido a toda una vida. Aun así, no todo es belleza poética durante la película, sino que también hay lugar para el humor, basado en su imprevisibilidad y mayoritariamente de índole sexual.
Para valorar esta película no hace falta juzgar las actuaciones, ni buscar dobles sentidos al argumento ni nada parecido; la belleza de su historia y de su presentación hacen que esta película merezca totalmente este diez. Sin paliativos.