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Críticas de Reaccionario
Críticas 4.431
Críticas ordenadas por utilidad
Ataque a los Titanes (Serie de TV)
SerieAnimación
Japón2013
7,9
17.558
Animación
3
17 de enero de 2017
4 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
A los pocos capítulos empecé a sospechar que el cúmulo de incógnitas que se acumulan a lo largo de "Ataque a los Titanes", por ejemplo, ¿de dónde vienen estos monstruos? ¿de qué se alimentan?, ¿por qué atacan a los humanos?, ¿qué se guarda en el sótano de la casa de Eren?, ¿qué ha sido de su padre?, ¿por qué Mikasa es tan "perfecta"?, entre otras cuestiones que no puedo desvelar para no caer en SPOILER, iban a quedar sin respuesta. Efectivamente es así pero Tetsuro Araki tiene una medio disculpa. La adaptación es incompleta, pues si la serie televisiva se emitió en el 2013 el manga original sigue en curso así que nada más lejos de concluir con un final cerrado. Esto como digo te deja un poco indeciso a la hora de evaluarlo. Mi opinión es que las respuestas van a ser insuficientes pero como no han salido aun tengo que dejarlo en suspenso.

Sea como fuere es una serie que da un poco de rabia. La idea, la de una humanidad acosada por una especie de gigantes carnívoros, pudiera estar bien pero desde el primer momento "Ataque a los Titanes" no funciona, empezando por esa ridícula forma de cazarlos, estos equipos tridimensionales, siguiendo por su escasa lógica y concluyendo por el retrato demasiado grotesco de las autoridades y los adultos en general. Parece ser que todos son unos bobos, ¿a qué viene no querer saber nada de fuera del muro?, unos egoístas y unos cobardes menos Eren y sus amigos. Hay que apuntar también el permanente histrionismo de los personajes, que cada dos por tres se ponen a gritar por cualquier tontería o a llorar cuando las cosas se ponen más difíciles. Con todo, uno casi se acostumbra a su estilo y por momentos tiene emoción y despierta incertidumbre.

Pero "Ataque a los Titanes" tiene otra cosa aún peor: los personajes, especialmente los protagonistas. Eren es un chico que cae mal por su orgullo, agresividad y sus claras tendencias psicópatas, como las de Mikasa. De hecho, Mikasa es aún más delirante, una especie de Rei Ayanami más valiosa en el combate "que cien hombres juntos", ¿en serio? Lo curioso es que siendo un ser sobrehumano es una arrastrada ante Eren, él incluso la golpea. Sea como fuere puede llamarnos la atención que el elenco femenino se divide en dos categorías básicas: las que son más duras que cualquier varón del mundo mundial, como Mikasa o Annie; o las femeninas, como el caso de Krista o Sasha, "La Chica Patata", que es mi favorita desde que aparece, además de por su belleza, porque es descrita como algo tonta, alegre, glotona y más adelante, una miedosa de cuidado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
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1
21 de agosto de 2011
49 de 124 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hago un esfuerzo de memoria para recordar otra película peor que esta pero no lo consigo. Hasta "Barbarella" o la de la "Spice Girls" son mejores. Es, al menos de las que he visto, la película más cutre, estúpida, pretenciosa, vacía, tontaina, desesperante, incongruente, llena de memeces, y en fin, asquerosa, de toda la historia del cine.

Cierto que empecé a verla con algunos prejuicios. El director, David Fincher, se había cargado la extraordinaria saga de alien con la muy floja "Alien III" aunque se enmendó en parte con una aceptable "Seven". Aún así, cuando vi en FILMAFFINITY que algunos que calificaban a "Bailando con Lobos" con un 1 daban un 10 a "El club de la lucha" mi hostilidad hacia esta última fue enorme. Además del año 1999, con el cine en caída libre.

En efecto, sólo te hace falta unos segundos de visionado para percibir la tremenda porquería que tiene uno ante sus ojos. La primera media hora es para meter en la cárcel a David Fincher, horrible, totalmente insoportable. Edward Norton rayando sin parar, una narración detallista hasta el ridículo (lo de Ikea o lo de los conductos del gas, por ejemplo), y cosas repugnantes y patéticas hasta decir basta (todo lo de las enfermedades es vomitivo). Luego, cuando aparece Brad Pitt, la cosa se hace un pelín más soportable, pero igualmente la cinta es malísima.

Y entremos en faena. La historia es una absoluta payasada. En realidad Jack es un auténtico zumbado y, al igual que Tyler, todo lo que dice y hace son una sarta de chorradas imposibles de dirigir para cualquier espectador. Todo lo que sea convertir sus delirios en filosofía barata para perroflautas sólo indica que la locura es contagiosa. Es todo tan incongruente como cuando Tyler critica a los que van a los gimnasios a ponerse cachas y luego él y todos los que están en el Club de la Lucha están cuadrados.

En realidad con el que te identificas plenamente es con el jefe de Jack y la sensación que tiene uno es la de este cuando le dice a Jack que no es más "que un estúpido chiflado de mierda". Porque eso es lo que son Jack, Tyler y toda la panda de energúmenos que los siguen y que pertenecen al "Club de la lucha", unos estúpidos chiflados de mierda.

¿Nietszcheanos? ¿Fascistas? ¿Generación X? Por favor, pero si se dedican a pelearse entre si como idiotas y a romper escaparates y chorradas de ese tipo, pero ¡sacrilegio! no hacer daño a las personas, de ningún modo, hasta hay podíamos llegar, que son muy buenos chicos. A lo sumo son altermundistas y quizás por eso son presentados de forma positiva. Al final "la filosofía", por llamar algo a esa basura, de Jack y Tyler es la correcta y la última secuencia, a modo de exteriorización de los deseos del espectador, apunta hacia esa dirección.

En fin, traumática, absurda y patética muestra hasta que estado de dearrea mental puede llegar el cerebro humano.
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2
16 de marzo de 2014
14 de 55 usuarios han encontrado esta crítica útil
En plena Guerra Civil Española el periódico socialista "Claridad" pedía el exterminio de los cómicos con el argumento de que: "Todos los humoristas acaban al servicio de la barbarie" y también "Hay que desconfiar de los humoristas profesionales. Siempre llevan dentro un contrarrevolucionario”. La fácil imbricación del humor con el derechismo lleva a que generalmente cuando un izquierdista intenta provocar risas, haga el ridículo. Por supuesto, hay excepciones pero la teoría explica por qué tienen tan poca gracia los progres hasta el punto de que en muchas ocasiones, como es el caso de en "La vaquilla", sólo se la encuentran los que son de la misma cuerda. Supongo que por solidaridad ideológica.

El caso es que eso de tomarse a broma una guerra, como cualquier otra tragedia, es siempre de muy dudoso gusto. Berlanga se acerca en clave sátira esperpéntica pero lo que le sale es una especie de guerra de Gila con el agravante de que éste tenía mucha más gracia, que es al final es lo que cuenta. "La Vaquilla" quiere ser retrato de las dos Españas pero, al mismo tiempo que completamente estereotipado y falaz, carece por completo de sentido del humor. Tal vez porque la gracia no deriva de la diferencia ideológica, los rasgos de cada bando o el conflicto bélico en sí, que es la base de la parodia, sino de chascarrillos, a veces soeces, catetadas, frikis y folclore. Tan irreal que acabas por desconectar.
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3
27 de diciembre de 2012
7 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de las piedras anteriores uno se pone a ver este tercer y último (¡menos mal!) número de la trilogía con la misma sensación que los minutos de la basura del final de un partido de baloncesto. A estas alturas está todo el pescado vendido y si hay mejoría, es porque el equipo contrario se ha relajado. Confieso que como el estropicio del "Señor de los anillos" era irreparable y la película contiene tantas ridiculeces y es tan pomposa que uno se relaja, se ríe de lo que sale, se hace bromas y hasta le parece más entretenida que las anteriores en las que se esperaba ilusamente algo bueno. Desgraciadamente Peter Jackson nos ofrece lo mismo que en sus anteriores trabajos aunque aquí riza el rizo y se vuelve tan solemne que prácticamente todo es épico, aunque sea bajarse de un caballo o asentir con la cabeza. Pero me temo que el director es tan burdo que confunde lo épico con poner caras, una música majestuosa y usar cámara lenta. Y así nos tiramos minutos y más minutos. Me parece que no ha visto "Los Caballeros del Zodiaco". No obstante, como decía, más de lo mismo, por lo que lo apuntado en mis críticas anteriores sigue siendo válido para "El retorno del rey". Me temo que para lo único que sirve esta mastodóntica, pretenciosa y absoluta nada es para hacer gracias. Y si no que se lo digan a "Cruz y Raya".

Así que visto lo visto me sumo a la idea de reírme a costa de Tolkien-Jackson. ¿Os habéis fijado en el parecido de Gollum con el que fuera ministro del PP, Josep Piqué? ¿O que al enano se le he puesto acento de alemán en esta última entrega? Por otro lado, descubrimos que Pippin y Merry son porretas. Observad como hablan de que se han fumado la hierba que les quedaba. Respecto a los malos, su nivel de incompetencia es de órdago. Por ejemplo, Sauron es un completo inútil. Se limita en toda la película a gritar con voz cavernosa "¡Pippin!" cuando este coge la bola. Pero cuando Frodo y Sam están junto a sus narices escalando un totalmente desguarnecido volcán no se cosca para nada. En cambio los secuaces son divertidos pues no dejan de ser los de la banda de "Lordi" aquellos que ganaron Eurovisión. Mientras tanto podemos descubrir en Galdalf el antecedente al anciano karateca y luchador que sale en todo dibujo animado moderno y en Eowyn la antecesora de "Mulan" pero a la bestia pues se muestra tan aguerrida y valiente en el combate que me convencí que era directamente lesbiana. Aunque para "raritos" esta historia tiene un tufo gay tremendo, con tanto Hobbit, tanto hombre y tantas caras que me ponen. Que conste que no soy el único que sospecha de la interpretación homosexual de esta historia.

Me da la impresión que Tolkien quiso hacer una especie de Leyenda Artúrica moderna sin darse cuenta que no llega a la suela de los zapatos. Una sola imagen de Uther Pendragon clavando Excalibur en la roca vale muchísimo más que toda esta farragosa historia junta. Lo que no sabría decir es como la gente puede valorar "El Señor de los anillos" existiendo joyas como "Excalibur" (1981). La única explicación es que no la conozcan. Aquí si que hay magia, honor, épica, drama, romance, fantasía y de todo. Comparada con la cinta de John Boorman, la de Peter Jackson es una completa porquería. Claro que más magia hay en "Dragones y Mazmorras", en "Conan" y hasta en "David el Gnomo" y "Los Pitufos". En "El Señor de los anillos" lo que hay es mucha palabreja que no hay quien entienda: "la torre blanca", "las naves negras", "la montaña de sombras", etc. y los seres fantásticos degradados al máximo, como por ejemplo, los dragones, convertidos en simples corceles. Qué diferencia con el dragón Fafnir, de la mitología germánica, que dormía encantado mientras bajo su cuerpo guardaba el tesoro de los Nibelungos, incluido el anillo y cuya sangre hacía invulnerable a quien se bañara en ella.

Ya que estamos con la Saga de los Nibelungos, os voy a contar el inicio para que veáis aquello a lo que Tolkien aspiraba y no logró: ante una batalla Odín ordenó a la valkiria Brunilda que se llevara al otro mundo al héroe Sigfrido pero cuando lo vio, se enamoró de él y lo perdonó. Por eso, Odín la condenó a yacer dormida sobre la cima de un monte, rodeada de llamas altísimas y privada de sus poderes divinos, que sólo recuperaría cuando un héroe sin miedo la rescatase. ¿Os imagináis quién puede ser? Esto, amigos, si que es un pedazo de historia, no la del "Señor de los Anillos"o la de Arwen (Liv Tyler, que con lo guapa que eres, que poco sales. Si es que es para pegarle a Jackson y a Tolkien), que os guste o no, es degradada de Elfa inmortal y poderosa a simple humana corriente y moliente con la excusa del amor. Una aberración que esconde el deseo de destruir la feminidad que representa Arwen a la par que al ser mágico. Y si no, ¿por qué no es al revés? él elfo y ella humana. Lo cual me lleva otra vez a la idea de que hay mucho mensaje gay en esta obra.
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4
15 de setiembre de 2013
11 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nostálgica mirada a la RDA (República Democrática Alemana, no es broma el nombre), aunque al final prima el amor materno-filial en ambas direcciones. De entrada hay que ponerse en situación para tragarse a una agente comunista como heroína cargada de idealismo, casada con la patria socialista como dicen, Christiane (Katrin Saß), la madre de Alexander (Daniel Brühl), sin que te se revuelvan las tripas. Dicho esto, y aunque mi anticomunismo es probado, la natural inclinación reaccionaria a añorar las causas perdidas te hace ver con cierta benignidad un mundo en el que, por supuesto, también habría gente decente. Por ejemplo, la desaparición de un día para otro de un país, una sociedad y una cultura es difícil que no cause pena, independientemente de lo que te repugne, que va a ser que sí, o no el régimen en cuestión.

Algunos piensan que Wolfgang Becker se mantiene neutral en el choque de ideologías que dividía Alemania hasta 1989 pues reparte culpas a un lado y a otro. Sin embargo, como suele pasar en estas terceras vías, la película es un respaldo a ese socialismo humano que si bien no cuajó históricamente, es un hermoso ideal por el que vale la pena seguir luchando. Por supuesto esto es una chorrada pero es lo que defiende nuestro director y también guionista. En concreto la caída del muro parece que lo único que aporta es pérdida de identidad, pornografía, comida basura, invasión extranjera o de la otra Alemania, paro, drogas, fuga de cerebros, huida a occidente o el abandono de la universidad para trabajar de camarera. Se le olvida que junto al capitalismo malvado llegó la democracia y las libertades, ¿o es que las rechaza?

"Good bye, Lenin!" resulta llamativa pero acaba siendo poco creíble. Por ejemplo, ¿en ese telediario grabado nunca dicen el día que es? Entre esto, la poca gracia, un desarrollo superficial y la forzada emotividad la película se estanca. En cambio el deseo de, a través de la mentira, construir la "RDA en la que me hubiera gustado vivir", dice Alexander, en realidad una porquería, incluso reconstruyendo la historia de modo insultante, revela la idea de que el socialismo en el fondo es bueno y el capitalismo horrible, porque nace del egoísmo y la avaricia. Dice uno "no todos quieren formar parte de la espiral consumista y el éxito personal, no todos encajan con la filosofía competitiva del capitalismo". Sí, pero la premisa socialista es falsa pues niega la naturaleza humana. Al querer imponer la bondad y luego la igualdad, causan el terror.
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