Haz click aquí para copiar la URL
España España · almeria
Críticas de TOM REGAN
Críticas 5.350
Críticas ordenadas por utilidad
5
14 de diciembre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
339/12(13/12/23) Funcional y ordinario drama de ciencia ficción, siempre se espera mucho más de Steven Spielberg que no un rutinario film de catástrofes sobre una (ya muy manida) invasión alienígena, enfocada en un padre divorciado y sus dos hijos, siendo una obra que no aporta nada original, siendo muy previsible y sin chispa alguna, aun teniendo algunos elementos apreciables se queda en un pasable entrenamiento con algunos bajones y muchas lagunas argumentales. Dirige el ya mencionado cineasta de Cincinnati, adaptando el guion de Josh Friedman (“La Dalia Negra”) y David Koepp (“Jurassic Park”), basado libremente en la popular novela homónima de HG Wells de 1898, cambiando el escenario de la Inglaterra de finales de SXIX a los USA post 11-S, centrándose únicamente en una familia partida que huye de la invasión. Tom Cruise protagoniza el papel principal en una actuación simplemente correcta, junto a una Dakota Fanning sensacional, ella le otorga carácter y dulzura en su mirada angelical, esta niña desprendía luz, imán para la cámara, da igual que su papel sea el de una chica constantemente gritona, Miranda Otto, como la madre en un papel plano y Tim Robbins, demostrando vigor en los pocos minutos en pantalla, con narración de Morgan Freeman. Sigue a un trabajador portuario estadounidense que debe cuidar a sus hijos, de quienes vive separado, mientras lucha por protegerlos y reunirlos con su madre cuando los extraterrestres invaden la Tierra y devastan ciudades con máquinas de guerra gigantes. Tercera de Spielberg sobre el tema de las visitas extraterrestres, junto con “Encuentros en la tercera fase” (1977) y “ET, el extraterrestre” (1982, siendo la primera en que se nos muestran como hostiles.

Historia donde el heroísmo nos está en los actos contra los invasores, si no que la victoria es sobrevivir, seguimos a esta familia mientras intentan encontrar un lugar seguro, con los que vemos las grandes masas de personas que hacen lo mismo, cual refugiados en busca de la supervivencia que hemos visto en informativos sobre las guerras. También tiene como referente los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre, como son las imágenes de gente corriendo por las calles llenándose de cenizas, la paranoia del terror ejemplificado cuando preguntan al inicio si lo que ocurre es por los terroristas, o ya hilando con esto hay paralelismos claros con el militarismo que vemos contra los invasores con las Guerras de Irak y Afganistán, entonces muy presentes en los informativos, esto reforzado por el recurso de guion de hacer que el hijo del protagonista hace un artículo sobre los franceses en Argelia, o cuando el perturbado Harlan comenta Ray: “Las ocupaciones nunca funcionan. La historia nos lo ha enseñado mil veces” (los europeos encabezados por ingleses invadieron Norteamérica hace varios siglos, y aún siguen allí ¿?).

Spielberg en vez de jugar a lo macro de la batalla contra los Aliens, se atiene a una historia intimista con bordes épicos, un padre intentando poner a salvo a sus dos hijos, es su única misión, todo lo demás no le importa, y si para ello debe matar a humanos lo hará. Pero nunca desde una vertiente vengativa o violenta contra los invasores, un canto a las ganas de vivir de los civiles en las guerras. En este caso es parecido a otro film ‘spielbergiano’ como “Jurassic Park” en como los Dynos vendrían a ser los aliens y los que huyen de ellos pues los humanos. Aquí, como en las pelis de zombis, se examina el comportamiento humano en condiciones extremas, aquí reflejado en dos ocasiones, una cuando hordas de personas atacan la van de los protagonistas comportándose cual monstruos linchadores; el otro momento se da en el encuentro de Ray y su hijita con Harlan en el sótano de este. Harlan deseoso de entrar en lucha contra los invasores, frente a Ray que solo desea pasar desapercibido y seguir huyendo con su niñita, tomando Ray una drástica determinación cuando ya no puede ‘negociar’ con Harlan.

Pero lo malo es que estos protagonistas resultan planos, nunca empatizo con el padre, un mero estereotipo con patas, sin dilemas morales, siempre hacia adelante, no empatizo con el insoportable hijo adolescente al que da vida un grimante Justin Chatwin), irritante hasta dar arcadas, la única es la hijita, pero no es suficiente para que me enganche la historia, la sigo, pero nunca me apasiona lo más mínimo. A estos se le suma que estos seres se comportan en muchas (demasiadas) ocasiones de forma atropellada, sobre todo a la razón. Todo avanza sin que me termine de hincar el diente, hasta desembocar en un final pasteloso hasta no ser apto para diabéticos. No ayuda que Spielberg quiera ser apto para el público familiar, y con ello se amansa de modo pueril, nada que ver con la casquería impactante de “Salvar al soldado Ryan”, aquí no hay visión apenas de muertos, a pesar de suponerse estamos ante un genocidio humano, no hay sangre, con ello llega uno de los elementos estridentes, y es que los malos se cargan a humanos con un rayo que los hace evaporarse, pero extrañamente dejan la ropa vacía, pueden exterminar la carne pero no la tela, todo sea para que Spielberg nos pueda regalar imágenes turbadoramente poéticas como la del bosque en que llueven decenas de vestimentas del cielo.

En lo bueno está que es Spielberg, y por tanto es una superproducción con unos valores colosales, con una ambientación impresionante en sus efectos visuales CGI entrelazados a la fotografía (del de siempre con Spielberg desde “La lista de Schindler”, el polaco Janusz Kaminski), con una labor de sonido tremenda, ejemplo es el sonido mantra de cuando se acercan los Aliens en sus naves, o esas mismas naves espectaculares influenciadas por la propia descripción de HG Wells, titanes grandiosos en forma de calamar, moviéndose con sus tentáculos, surcando las ciudades de forma avernal, e incluso es original el diseño de los extraterrestres inspirados por el número tres.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
9 de diciembre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
334/07(08/12/23) Decepcionante comedia que tuvo un gran éxito, provocando con ello el nacimiento de una saga con varias partes (de las que se eliminó el componente de la pareja del inspector Closeau, y donde aquí es un reparto coral, en el resto el protagonismo absoluto es para el Inspector), e incluso el famoso spin-off en dibujos animados dedicado al mítico personaje de la Pantera Rosa, su fama no está ni de lejos a la altura de su calidad hueca de contenido. La he revisto con ocasión del 60 aniversario de su estreno (el 18 de diciembre de 1963), y mis sensaciones han sido incluso peores que la vez anterior, pues le ha resultado un thriller en formato comedia elegante muy arrugado por el paso del tiempo, su humor me ha sido francamente muy infantiloide, todo basado en la figura del roba escenas Inspector Clouseau encarnado por el genial comediante inglés Peter Sellers, pero 6 décadas después sus gags slapsticks me son del nivel teta, culo y pedo, todo basado nen su torpeza pueril, de golpes con puertas, caídas, y demás accidentes, nunca hay atisbo de algo de ingenio o mordacidad. Pero es que cuando no está él en pantalla el nivel ya baja al sub suelo, en medio de una trama caricaturesca, con ladrones de guante blanco irritantes en su pedantería, el epítome es por supuesto David Niven que parece parodiando de mala manera a su encasillamiento de gentleman british y con una princesa bellísima como a la que da vida Claudia Cardinale con un rol de florero hermoso, pero sin carácter, sin olvidarnos del adulterio ridículo protagonizado por la sexy Capucine, y teniendo de MacGuffin el diamante titular. Provocando un refrito de casi dos horas que termina por hacerse pesado, y eso siendo primordialmente una comedia es un crimen de cárcel mínimo. Curiosamente Niven era el protagonista nominal y Clouseau estaba destinado a ser un personaje secundario, sin embargo, el personaje resultó tan popular que el siguiente vehículo de Sellers (sustituyó en el ´último momento a Peter Ustinov), “Un disparo en la oscuridad”, fue rápidamente reelaborado para desarrollar aún más el papel de Clouseau.

Dirige el sobrevalorado en la mayoría de su filmografía Blake Edwards (solo salvaría “Chantaje en Broadway” y “Días de vino y rosas”, resto es un reguero de un quiero y no puedo), con guion propio y Maurice Richlin (“Operación pacífico” o “Confidencias a medianoche”), siendo la primera entrega de la franquicia The Pink Panther. Su historia sigue al inspector Jacques Clouseau mientras viaja de Roma a Cortina d'Ampezzo para atrapar a un famoso ladrón de joyas conocido como "El Fantasma" antes de que pueda robar un diamante de valor incalculable conocido como "La Pantera Rosa".

No ayuda a mejorar el producto final unos diálogos sin chispa alguna, ninguno ingenioso, no hay un solo gag dedicado a una conversación. Un film que se cree mucho (pero mucho) más divertido de lo que es realmente, una cosa sin sustancia alguna, donde la dirección es perezosa no sabiendo medir el tempo de cada escena, careciendo con ello de ritmo ágil, y alargando muchas sin sentido, sobre todo en las que no sale el inspector. Es una comedia que lo más que me saca en contadísimas ocasiones es una mueca parecida a un gesto de media sonrisa. Lo único medio salvable es la manida secuencia de vodevil en la habitación de hotel donde dos amantes de la mujer del Inspector hacen ejercicios de escapismo para huir de ser descubiertos por el ‘avezado’ agente, ello ayudados por la infiel mujer, una secuencia de enredo con algo parecido al ingenio, pero realmente sobresale por el erial que es la película. He leído que también el tramo de la fiesta de disfraces con los dos gorilas y la persecución posterior es divertida, a mí me ha sido muy estúpido este segmento. Y todo coronado por idiotesco juicio, tirando de recursos de guion de mal escritor, propios de descartes de gags de malos programas de sketches. Para lo que en realidad es una oda a la inmoralidad, donde se ensalza el robo, el adulterio, o la estafa.

Solo queda para la posterioridad la Homérica música creada por el maestro Henry Mancini (que oigo mientras escribo), melodía jazzística de orquesta que cala y se te enrosca de modo melifluo en el subconsciente, con su clásico sonido de saxo, y sus toques con la batería y su solo de clarinete, uno de los temas míticos de la Historia del Cine, muy, pero muy, pero muy, por encima de la calidad de esta peli olvidable. Edwards inserta un clásico impasse musical, cuando oímos alrededor de la chimenea de un albergue de esquí cantar a Fran Jeffries la samba Meglio Stasera (It Had Better Be Tonight), con música de Henry Mancini y letra de Franco Migliacci y Johnny Mercer, nada trascendente; ; También queda el personaje principal de los créditos iniciales, una Pantera Rosa que pasó a tener su propia serie popular, siendo un personaje muy al estilo de Bugs Bunny; Pero esto de la música y la figura de dibujos animados está en los créditos del comienzo, lo malo es lo que viene justo después, un montón de situaciones sin apenas gracia, donde la inteligencia ni está, ni se le espera, con actuaciones que parecen decir: ‘Todos tenemos que pagar hipotecas’. Solo se salva Peter Sellers, no porque este muy bien, ha estado inmensamente mejor en otros trabajos, es porque parece tener ganas de agradar, aunque en ello vaya que su actuación parece de extraterrestre en el contexto de la historia. Impregnando a su guiñolesco rol de su más exacerbado histrionismo, con muecas mil, siempre solazándose en su desmaña, aunque cuando los has visto varias veces regodeándose en su torpeza ya agota, ye s que como sus números comediescos son tan burdos termina por generarte la nada en la mayoría de momentos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Los Simpson: La casa-árbol del terror XIX (TV)
EpisodioAnimación
Estados Unidos2008
5,7
1.316
Animación
5
7 de diciembre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
332/02(03/12/23) Otra muestra más del desgaste de la otrora mejor serie de la TV, “Los Simpson”, le quedan ideas ya preconcebidas por el patrón de la saga “La Casa Árbol del terror”, pero su desarrollo resulta endeble (siendo generoso). Cuarto episodio de la vigésima temporada. Como los otros episodios de Treehouse of Horror, contiene un prólogo que versa sobre el día de las elecciones en que hay que elegir entre McCain y Obama; más tres segmentos independientes, en "Untitled Robot Parody", Los robots transformadores se vuelven locos en Springfield; en "Cómo salir adelante en Dead-Vertising", agentes publicitarios contratan a Homer para matar celebridades para que sus imágenes puedan usarse de forma gratuita; y en "Es la gran calabaza, Milhouse", Milhouse invoca una calabaza devoradora de hombres. Guion de Matt Warburton (con este ocho guiones para la serie) y dirigida por Bob Anderson (nada menos que 48 episodios ha dirigido de la serie). Hace ya tiempo la serie perdió el colmillo de la mordacidad incisiva que nos hizo adorarla, ahora la vero por el cariño que ele he tenido, la sátira es muy blandita, Ya solo quedan en estos especiales la diversión de buscar guiños a la cultura pop, pero los momentos ácidos que la elevaron al Olimpo catódico son escasos, cuando antes eran hemorragia.

En la escena inicial, Homer intenta votar por el candidato demócrata Barack Obama en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2008. En la secuencia de inicio, la ciudad de Springfield está repleta de propaganda política, una parte con el Partido Demócrata y el otro por el Partido Republicano, el abuelo Simpson levanta un cartel con la frase "Aún me agrada Ike", aludiendo al presidente Dwight "Ike" Eisenhower, y con ello haciendo mención a su senilidad pues este fue presidente en los años 50, amén de estar muerto. En el colegio electoral tenemos el gag de la gordura de Homer (que originales!), ello porque le tiene que ofrecer la cabina de votación XXL. En la cabina la máquina de votación está manipulada para registrar su voto por el candidato republicano John McCain (pero si la FOX es republicana, como dejan quedar mal a su candidato). Después de seis intentos de votar (incluido votar por McCain una vez con la esperanza de que se registrara para Obama). El mejor momento de este inicio es cuando Homer dice que eso de la votación arreglada tal vez suceda en Ohio, pero no en Estados Unidos, haciendo coña de la importancia del estado norteño para el devenir de cualquier elección presidencial USA.

En una parodia de Transformers, Bart le compra a Lisa un Malibu Stacy convertible como regalo de Navidad. El auto resulta ser un Transformer. El robot transforma toda la tecnología de Springfield en robots para que puedan hacer la guerra entre sí. Cuando los líderes robots empiezan a sacar sus armas, es similar a la escena de la película "The Mask" ("La Máscara", 1994) donde Jim Carrey en su personaje de The Mask, saca ridículas armas pesadas con sus brazos; ES un segmento muy pobre imaginativamente, recurriendo a uno de los sempiternos mantras de la saga, como como es la invasión extraterrestre del planeta, y con ello el sometimiento esclavizante de la raza humana, muy manido y falto de garra.

Cómo salir adelante en Dead-Vertising: Comienza con un gran momento (no todo es pasable en el episodio), y es la intro de este segmento, en una divertida parodia de la intro de la serie “Mad Men”Homer lleva a Maggie a una guardería y la anima a disfrutar de un mural con el payaso Krusty para que se sienta mejor mientras está lejos de sus padres. Sin embargo, Krusty ya está allí y les espeta: ‘Hola, hola niños! Tu viejo amigo Krusty te enseñará cinco palabras nuevas: uso sin licencia de mi imagen!?, tras lo que borra a fuego las imágenes de su rostro del mural, es marca registrada y se ha utiliza sin su permiso. Esto deja a Maggie molesta y Homer, indignado, empuja a Krusty en represalia, enviándolo accidentalmente hacia una trituradora de madera, destrozándolo vivo (en una clara parodia-referencia al rush final de “Fargo”). Más tarde, dos agentes publicitarios (en clara alusión en su físico a los protagonistas de la serie de culto “Mad Men” a los que dan vida Jon Hamm y John Slattery) se acercan a Homer y le explican su plan de utilizar imágenes de celebridades en publicidad sin problemas de permiso, simplemente matando a aquellos que se niegan a prestar sus nombres para la publicidad. Para amenizarle la explicación le ponen una risible parodia del mítico final de “El Planeta de los Simios”; Es una buena premisa que desarrollan torpemente. Tiene buen sentido del guiño popular con la aparición de varios personajes famosos, y es que Homer mata a celebridades (de chocantes formas) como George Clooney, Prince o Neil Armstrong, ello en montaje con el tema de fondo "Psycho Killer" de Talking Heads, Homer dice que ganó una fuente de chocolate matando a Kate Winslet. También en el cielo salen Golda Meir, Edward G. Robinson, John Wayne o John Lennon, George Washington, Abraham Lincoln, William Shakespeare o John F. Kennedy, ello para otro de los ajados mantras de Springfield atacado por hordas de muertos. Pero les falta colmillo para ofrecer la mordacidad que el episodio requería.

Es la Gran Calabaza, Milhouse: Parodia del especial de Halloween "It's the Great Pumpkin, Charlie Brown" (Es la Gran Calabaza, Charlie Brown), Bart inventa un personaje llamado la Gran Calabaza, en el que Milhouse comienza a creer. Milhouse es incapaz de convocar a la Gran Calabaza frente a sus amigos, quienes se van a una fiesta de Halloween. Empieza a llorar y sus lágrimas y su fe infantil dan vida a la Gran Calabaza. Sin embargo, la Gran Calabaza se horroriza al descubrir que las calabazas se tallan y se comen en Halloween, y se come a Homer, Nelson Muntz y al jardinero Willie por hacerlo;... (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
7 de diciembre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
330/23(30/12/23) Fallido film bélico japonés dedicado a una de las batallas más mortíferas de la WWII, se combatió durante 82 días, desde el 1 de abril hasta el 21 de junio de 1945, cayendo en la contienda cerca de 100.000 soldados japoneses, más de 12.000 estadounidenses y al menos 100.000 civiles locales, incluidos cientos que fueron obligados a matarse a sí mismos. Fue la batalla que decidió a los USA a utilizar la Bomba Atómica, pues las consecuencias mortales hicieron a decidirse a que no podían desembarcan en Japón sin que murieran millones de personas. Esta épica cinta la dirige Kihachi Okamoto, escrita por Kaneto Shindo (“Onibaba”), siendo protagonizada por Tatsuya Nakadai y Tetsuro Tamba, aunque es una producción más bien coral, demasiado entre sus defectos. El desarrollo es cuasi un docudrama saltando entre múltiples escenarios para intentar un fresco de lo sucedido, desde únicamente el lado japones, los yankis son un ente sin rostro. Se exhibe el fanatismo patriótico en la peor de sus vertientes, donde no existe la palabra rendición, o victoria o muerte, esto es más sangrante por cómo se les inocula esto a los civiles.

Tras la conquista de la isla de Iwo Jima en la Guerra del Pacífico, los estadounidenses se dirigen a la Isla de Okinawa. La película describe los dos meses y medio que duró la batalla. En la película no existen lo que podrían denominarse protagonistas ya que cuenta diferentes historias dentro de un mismo contexto que es esta batalla. Entre algunas de estas historias están: el comandante Mitsuru Ushijima, dos gobernadores, soldados, médicos y enfermeras, civiles. En la primera parte de la película podemos ver como se organizan y visionan la batalla los japoneses convenciendo a la población de que van a ganar, pero para ello los civiles también deberán luchar, pero lo único que consiguen es instaurar el miedo. A medida que avanza la película podemos observar una desorganización y falta de armamento una de las soluciones que ponen es enviar a kamikazes para poder destruir la aviación estadounidense más fácil y rápidamente, pero aun así no consiguen detenerlos.

Comenzamos con los preparativos de defensa previos a la invasión (comenzaron en julio de 1944), luego pasando al bombardeo aéreo, a la invasión estadounidense y finalmente al combate terrestre. El triunvirato militar del lado japonés formado por el general Ushijima y sus dos subordinados, el teniente general Isamu Cho (Tanba) y el coronel Hiromichi Yahara (Nakadai). Ushijima admite tener conocimientos tácticos inferiores y elige bando en discusiones entre Cho y Yahara. Cho tiende a favorecer la agresión, Yahara es siempre más moderado. Yahara deja las fuerzas estadounidenses aterricen sin oposición para conservar municiones, serían necesarias para más adelante en la batalla. Los soldados japos se fortificaron en cuevas y se defendieron de un abrumador ataque estadounidense durante un período de varios meses. Okinawa había sido elegida por el alto mando imperial de cordero de sacrificio para retrasar el gran ataque estadounidense al continente.

El realizador tiene éxito al mostrar el feísmo, la dura vida en las cuevas, el horror, los hospitales de campaña, la muerte, la sangre, la desesperación, el seppuku, los suicidios colectivos, bien sea con envenenamientos o con granadas, asistimos al averno gore de amputaciones, como padres matan a sus hijos por supuesto sacrificio, tiene su punto didáctico en como vemos de vez en cuando las estrategias militares japonesas, muestra bien el radicalismo de la causa de los asiáticos, aunque estuvieran regidos por una atávica dictadura imperial, nos llega el caos imperante.

Pero falla y en muchos elementos, empezando por como al querer hacer un crisol de historias termina abarcando muchísimo y apretando poquísimo. Son un puñado de viñetas mal cosidas que se alternan de forma un tanto caótica y nunca provoca sensaciones dramáticas; Falla en no capturar el drama humano al hacer disperso el foco anula el tener un asidero emocional, pues todos los personajes resultan esbozos con poco más que rostro y caras, te importa poco quien muera o viva; Falla en su parcialidad grimante, sobre todo al querer ser una lección de lo que pasó, y es que retrata a los japoneses como poco más que angelitos invadidos por los monstruos norteamericanos, estos no dudan en matar a sangre fría a todo el que se pone por delante. Nunca vemos autocrítica entre los japoneses, ellos empezaron el conflicto con Pearl Harbor, ellos tenían invadidos varios países asiáticos como China, Filipinas o Birmania. No se menciona que los militares japos obligaron a muchos civiles a suicidarse, también les adoctrinaron para creer que los estadounidenses eran unos bárbaros come-niños, nada de esto se menciona. Los soldados USA (en realidad figurantes japoneses) son entes sin rostro, vemos los tanques avanzar y sus siluetas, pero si son reflejados como salvajes sin moral alguna dispuestos a tirotear a los que se rinden, utilizando de forma indiscriminada lanzallamas, en una visión bastante panfletaria propia de propaganda imperialista nipona, dando con ello la razón a los que suicidaban, pues en realidad, según la visión de este film, era lo que les esperaba si se entregaban al ‘bárbaro’ enemigo; Falla en tener un presupuesto muy parco para lo que este batalla epopéyica requería, donde hubo 180,000 soldados USA frente 140,000 nipones, y aquí lo que vemos son pocas más que escaramuzas con apenas no llegan a decenas las más numerosa, ridículo. Los efectos especiales son muy pobres, hasta la sangre canta a falsa, las coreografías de la acción es histriónica y poco veraz; Falla en el sentimentalismo a empellones que te emiten, pues se recurre continuamente a el dolor de mujeres y niños para ocultar las debilidades dramáticas del film; Incluso no es de recibo el goteo de humor chirriante, sobre todo por parte de esa cargante mujer (al que vea el film sabrá quien me refiero).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
3 de diciembre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
331/01(02/12/23) Divertidillo cortometraje (de dos carretes) obra del mayor Icono del Séptimo Arte, Charles Chaplin (escribe, edita, produce, dirige, y por supuesto protagoniza con su clásica imagen vestido de traje negro, con zapatones, pajarita y bombín, pero sin encarnar al clásico patético vagabundo) que, sin ser de sus mejores, le falta la imaginación prodigiosa que está por llegar, estamos hablando del nivel del Homérico Chaplin, pero siempre deja humor que provoca risas en sus ágiles 25 minutos. Es el quinto trabajo de los 12 que hizo para la Mutual, la compañía que le hizo el artista mejor pagado del mundo. En 1914 y principios de 1915, Chaplin realizó sus primeros cortometrajes de comedia. En general, casi sin argumento y consistían en que él asaltaba la cámara y golpeaba a la gente. En 1915 abandonó Keystone Studio y empezó a hacer películas más elaboradas con Essenay y finalmente, en 1916, con Mutual donde realizó sus mejores cortometrajes de comedia, aquí ya con tramas más trabajadas, donde incluso abordó argumentos con dosis dramáticas, este aún no es el caso, pues la historia es de gran ligereza. A su lado, como siempre em la Mutual, intervinieron los intérpretes Eric Campbell, Edna Purviance y Albert Austin.

La trama es un trampantojo débil par air colgando gags, y es que el argumento no sostiene el mínimo análisis en su des propósito, aquí no hay dilemas morales, dudas, o elementos emocionales, es solo comedia para intentar hacerte pasar un ratito ameno. Donde el humor brota sobre todo del comportamiento estrafalario sin filtro de Charlot, en el tramo inicial por su torpeza como aprendiz de sastre, ya sea midiendo a una mujer para un vestido o planchando ropa; más tarde por el mal sabor y olor de un queso y como juega con este; y ya en el clímax suplantando a un conde (de ahí el título original) en una fiesta de alcurnia, donde despliega su vis para provocar risas durante un cena comiendo espaguetis de modo tontorrón y creando escuela degustando sandía protegiéndose para no mancharse, y ya en el clímax luciéndose con su especialidad de vodevil con acrobacias surrealistas bufonescas, ello mientras de fondo de modo chancescamente flemático la banda musical continúa tocando mientras los personajes corren y combaten; y entre medio de todo esto la sempiterna rivalidad de Charlot con el Goliat Eric Campbell (da igual cuando diga esto), aquí con un bigote (de manubrio estiradísimo) y barba (de chivo doble) insuperable en su rimbombancia indescriptible. Abro figuradamente paréntesis, por lo de la importancia cómica que daba Chaplin al vello facial, no solo para Campbell, cuando aparece el conde Broko (Leo White) también luce risible bigote. Volviendo a Chaplin, remarcar la química chispeante con Campbell, demostrándolo una y otra vez en sus desiguales enfrentamientos, aquí muy guiñolesco el que mantienen mientras bailan cada uno con una mujer, y se dan patadas de diferentes formas.

Charlot es aprendiz de sastre, y su labor es caricaturesca, toma las medidas a una mujer de los labios, las uñas, los dedos, y como muestra vergüenza ante tener que hacerlo con el trasero. El sastre (Eric Campbell) lo manda a planchar, pero es aun peor en este trabajo. Tras este escenario pasamos a la cocina de la mansión de los Moneybags (el apellido traducido es definitoriamente chistoso), donde hay una cocinera (Eva Thatcher) un tanto ligera de cascos con los hombres, pues pasa primero Chaplin, luego otro hombre, y finalmente hasta un poli que parecen con algún amorío con ella, esto por como todos ellos acaban escondiéndose, donde un queso apestoso es el MacGuffin. Para acabar este tramo con la negociación para la suplantación sastre y Charlot, donde el segundo debe colocar una silla como escudo; y tras esto llegamos al sarao, primero con la mencionada cena, luego con el disparatado baile con patadas furtivas, llegando incluso a haber una batalla de pasteles, ya un clásico un tanto manido en el cien comediesco. Hasta finalizar con una persecución un tanto estándar para lo de que Chaplin hemos visto.

La actriz fetiche interés romántico Edna Purviance también aparece, pero vez no tiene peso emocional alguno, es una muleta sin rol más que de acompañante sin carácter alguno.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow