Nada que ver tiene el cine actual, pura basura repleta de falsos sentimientos y actuaciones sobre actuadas, con el maravilloso cine de los años setenta, fornido, robusto y pletórico en cuanto a argumentos y modo de narración. Asistimos a un nuevo drama de la existencia humana, bien llevado, perfectamente relatado y estupendamente interpretado. Creíble hasta la última célula del intelecto, sin exageraciones, sin desmesuras ni situaciones rocambolescas.
Completado por una deliciosa melodía, sin la estridente y repugnante música con la que cualquier producto actual se adereza, este filme supone un canto a los sentidos, a la melancolía, a la pasión por la vida.
Un padre tiránico, que desea ajustar la vida de su hijo, pero finalmente bondadoso, un hijo rebelde al estilo de los sesenta y los setenta, una novia pobre y no demasiada bella, otro padre proletario y de origen italiano, conformarán un relato inolvidable, maravilloso, infinitamente hermoso e infinitamente superior a cualquier película actual.

Michael Cimino vuelve a demostrar que fue un loco megalómano pretencioso y desustanciado.
Razones para denostar esta película.
1.- No es creíble de principio a fin.
2.- Lambert es un pésimo actor.
3.- La historia real está completamente falseada.
4.- Los bandoleros siempre aparecen limpios a pesar de estar todo el día en el monte.
5.- La escena de amor y sexo con la Duquesa es imposible.
6.- Maniquea hasta decir basta.
7.- Diálogos impostados.
8.- Montaje que hace impreciso el guion y la secuencia de acontecimientos.
9.- Falsa imagen de la Mafia Siciliana.
10.- Engañosa en cuanto a la fotografía para otorgarle un aire grandilocuente, del que carece.

Plagada con todos los clichés lacrimógenos de Spielberg que a la postre han convertido al cine actual en basura, con diálogos pretenciosos, música grandilocuente que no viene a cuento e interpretaciones impostadas. Sin embargo no puedo evitar aplaudir esta cinta, a la que asistí a su estreno en marzo de 1988, y que siempre ha sido una de mis debilidades por el muchacho Jim Graham/Christian Bale. Entiendo a los que odian a este niño y/o su interpretación, pero las escenas del Mustnag P-51 el Cadillac del aire, y el re-encuentro con sus padres me obligan a perdonar los muchos defectos de forma de esta película. Y aún a pesar de que el cine clásico ya caminaba a su tumba, estas películas donde se pretendía rememorar las grandes super-producciones de David Lean o William Wyler, no dejan de entretener y aportar las últimas chispas de luz al otrora Séptimo Arte, actualmente Séptima, Octava, Novena y Décima Hez.

Dos magníficas actrices, un buen director, unos secundarios de nivel, una trama interesante basada en un guión apetecible, pero una película fallida, a pesar del interés que suscita desde el primer fotograma, debido esto último a la interesante trama policial como a la sensualidad y belleza de T.Russell. Lo cierto es que se dan toda una serie de situaciones totalmente imposibles e inexplicables a la razón, absurdas e incoherentes que arruinan por completo la veracidad de la historia. La rapidez de los acontecimientos y el interés del espectador le llevan a dejarlas pasar y a no percatarse. Pero sí, no es creíble en absoluto esta historia, con fallos grandes y pequeños, detalles insignificantes y planteamientos completamente baldíos.

Sin embargo el ambiente creado, la música absorbente, la sensualidad absoluta, y las miradas de Russell caldean tanto el ambiente que el espectador queda plenamente hipnotizado sin darse cuenta de lo tramposa que es esta cinta.

Oficial y Caballero es un drama realista, y entiendo a quienes la denostan por su contenido patriotero y por la animadversión hacia Gere, y por supuesto a toda esa caterva de anti-americanos. No la compararé con el Neo-realismo italiano ni con la Novelle Vague, pero sí refleja la esencia del proletariado y las condiciones de vida americanas a finales de los setenta y principios de los ochenta. Y no criticaré a los que protestan por algunas escenas como la de la pelea callejera del protagonista, porque el cine estadounidense en esencia siempre fue comercial y a tal fin hace, hizo y hará concesiones. Los personajes son unos perdedores en esencia, gente que huye de su pasado y de sus miserias en distintos grados y escalas, empezando por el protagonista Zack Mayo, su amigo de la escuela naval, las dos muchachas… Todos lo son, pero bien es cierto que luchan desmedidamente y a brazo partido por huir de semejante horror personal y vital, y eso les hace grandes, y eso hace grande a la película, por mostrarnos la realidad con la crudeza pertinente, sin velos ni maquillaje.